Buenas tardes, me presento ante uds., mi nombre es
Francisco Vera, integro la mesa
Montevideo del Movimiento Nacional, en representación de los usuarios del
sector privado de la salud, y quisiera agradecer a las compañeras y compañeros
de los departamentos de Canelones y
Florida así como a nuestros
afiliados de Montevideo, por vuestra presencia y apoyo a esta Regional Sur, así
mismo manifestar algunos aportes sobre los temas que estamos trabajando.
En la declaración de los Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, la salud, es ubicada dentro del gran movimiento de la
seguridad social, junto al derecho al trabajo, la educación, la vivienda, la
alimentación y la seguridad.
La salud en Uruguay, es un sector de actividad, que
presenta un complejo entramado de relaciones económicas, sociales y de poder, en
la que observamos una salud pública, con creciente peso en la atención de los
sectores de menores recursos, y a un sector privado mutual (IAMC) con
situaciones diferenciadas entre sí, pero con tendencias críticas en la mayoría de sus Instituciones.
Este último, es un sector corporativo con fines de
lucro, en que se mezclan seguros parciales, emergencias móviles, atención
privada tradicional, empresas prestadoras de servicios de alta tecnología, y no
podemos dejar fuera a los laboratorios
de medicamentos, cuya situación es expansiva y representan el sector más dinámico
de la salud. Esta es una forma empresarial, que introdujo la noción de lucro,
en un sistema, mal llamado mutual.
La reforma de salud se instaló con el
objetivo de alcanzar el más alto nivel de salud de la población. La Ley Nº 18.131 estableció un régimen de
derechos y obligaciones para los usuarios/as y estrictas regulaciones sobre los
prestadores de salud (privados), con el propósito de mejorar la equidad y
calidad en la atención a la salud.
Es importante enfatizar el rol que los usuarios
juegan en este proceso y destacar, que así como es fundamental el conocimiento
de sus derechos, también es muy importante el conocimiento de las
responsabilidades asociados a ellos, con el objetivo de promover el buen uso de
los servicios.
En el contexto actual de la Sociedad de la
Información, la equidad en salud exige, entre otros factores, el acceso
igualitario al conocimiento o el derecho a la información.
Nuestro SNIS, toma como eje la gobernanza,
una nueva forma, conforme a la cual, en la formulación y aplicación de
políticas públicas, no sólo participan las autoridades estatales, sino también
las organizaciones privadas, y esto supone un cambio no sólo organizativo, sino
de carácter ético y cultural.
Esta forma de co-participación en las
decisiones, es compartir la
responsabilidad en el funcionamiento del sistema, para mejorar la calidad, y
debemos preguntarnos¿Cómo es posible enunciar, con sensatez, que una
persona es libre de hacer lo que no es capaz de hacer?. La falta de medios es tan limitante como la
falta de libertad, esta es una de las razones por la cual debemos reivindicar
el roldel Estado, en lugar de
criticarlo.
El criterio del mercado de la salud, como mercancía y las políticas de
salud, aplicadas en la década del 90, tuvo como resultado el desmantelamiento parcial
de nuestro sistema público de salud.
Desde el punto de vista formal existe un
amplio reconocimiento de los derechos del usuario, como así también la
participación de las asociaciones de usuarios en la toma de decisiones
sanitarias, sin embargo, a nivel de investigación y práctica clínica, los
laboratorios y la industria farmacéutica, continúan definiendo la agenda de
prioridades sanitarias.
La inclusión es una formalidad, ya que existe una importante
desproporción de poder que impide el diálogo auténtico en la toma de decisiones
sanitarias. Esta asimetría se refleja tanto en la práctica clínica, como
también en la investigación, dado el poder de la industria en el denominado mercado
de la salud. Estamos ante
un cambio cultural, el mercantilismo de la salud es un pensamiento que se impuso.
Se crea la Comisión de Bioética y Calidad Integral
de la Atención de la Salud. La incorporación
de la bioética, al contenido humano y al técnico-científico para juzgar la
calidad, establece un concepto diferente, ya no va a ser sólo la calidad
científico-técnica la única variable, se le acopla la calidad humana. Esta
filosofía tiene un enorme contenido, cuando observamos la profunda
deshumanización y mercantilización en la atención de la salud.
Es necesario considerar la salud como un objetivo, que se alimenta,
con la fluidez de la relación médico-paciente y la del equipo de salud con la
comunidad. Siendo la salud un
derecho, el médico como líder del equipo debe vigilar el cumplimiento de este
derecho, lo que es una tarea de servicio al individuo y a la comunidad. En los
últimos tiempos esto no ha sido así, algunos se han erigido en objetivos
fundamentales y no en servidores del derecho a la salud, ignorando el contenido
humano y la importancia de la empatía, así como también omiten el aspecto
relevante de la bioética. Se asiste a la priorización de intereses sectoriales,
en el área económica- salarial como la
de la Sociedad Anestésico-Quirúrgica, y
esto es conocido por la población, que ya no es cliente sino usuaria. Las
tercerizaciones de algunos servicios, como el mantenimiento privatizado de la
radiología, los laboratorios, la radioterapia oncológica, la cirugía estética y
en forma más vergonzante la cirugía oftalmológica, son solo algunos ejemplos.
El Ministerio de Salud Pública que tiene a su cargo
el cumplimiento del SNIS, plantea que ciertas técnicas de gran valor económico,
comiencen por el sector público, y que diversas tecnologías sean compartidas
entre el sector público y el privado.
Las circunstancias
han cambiado, el Sistema Nacional Integrado de Salud en los hechos ha
instaurado la vigilancia de la sociedad, un sistema que introduce en el
gobierno además de los trabajadores, a los usuarios, que nos constituimos en el
objetivo, por lo tanto nos transformamos en potenciales orientadores y
supervisores de la nueva organización.
El compromiso del Estado, que debe asumir
su responsabilidad en la conducción política, es el punto de partida de la
sensación de confianza y seguridad, de la comunidad en su conjunto, que se debe
constituir en participante activo e indispensable en las distintas etapas de este
proceso, teniendo la fuerte convicción, de que la salud, es un derecho de
todos, y requiere la participación responsable en la utilización de sus
recursos, en la adecuación y cuidado de su gestión y en la valoración y control
de sus resultados.
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Hace ya un tiempo, que manifiesto que como usuarios,
el sector público y el sector privado, tenemos un mismo objetivo, la calidad
asistencial, pero desde diferente enfoque.
ASSE viene egresando lentamente del pozo histórico
en que se encontraba estamos recibiendo mejor calidad asistencial que años
atrás, y por ello hemos aumentado nuestro nivel de exigencia, pero observemos
que lentamente en cada período de apertura del corralito, se van usuarios del
sistema público, trasladando sus capitas al sistema privado y aumentando como
consecuencia los costos operativos al mermar el ingreso por capitas FONASA.
ASSE atiende por FONASA a 501.736 usuarios y por
presupuesto a 852.233 usuarios (datos :SINADI, AES MSP), he aquí que no debemos
ignorar que hay 35.338 usuarios que tienen cobertura en ASSE y en las IAMC, 4.084 usuarios que contratan seguros privados
y tienen cobertura en ASSE, observemos que esta no cobra ticket, medicamentos ,
ni órdenes. Además, no olvidemos que atiende a los migrantes y a los que cruzan
nuestras fronteras secas para atenderse en Uruguay. O sea debemos creer, que
una cantidad importante de usuarios descubrió, que está brindando una mejor
calidad asistencial.
El sector privado atiende a 2.183.232
usuarios(61,72%) y compiten en la interna del sector por captar usuarios para
sus instituciones, será…¿ porque pierden dinero?.
No debemos olvidar que se llevan el 72 % del
presupuesto FONASA, estamos hablando de unos $ 71.000 millones de pesos, aproximadamente 2.100 millones de dólares y este aporte
económico, significa el 95% del presupuesto operativo del sector.
Los valores de las capitas que paga FONASA , fueron
negociados y acordados con los prestadores, debido al riesgo sanitario que les representa
nuestra edad, nuestro sexo, y la incorporación de los jubilados y sus cónyuges
al sistema, o sea, se paga un costo acordado, se paga bien, buena plata. Los prestadores privados no pierden plata.
Se paga por el cumplimiento de metas, cuyo
cumplimiento se premia, pues aporta a nuestra calidad asistencial, y ..¿es tan
así?.
Hagamos una breve reseña:
La meta Nº1, que ha sufrido múltiples
modificaciones, ha tenido en general un buen cumplimiento, está virtualmente
lograda, por lo tanto, todos los prestadores privados de salud, cobran el
porcentaje de premio establecido.
La meta Nº2, también fue modificada, absorbió a la
meta Nº3, trata al adolescente, al adulto mayor, los médicos de referencia y la
obligatoriedad de controles y exámenes paraclínicos. No está cubierta por el
90% de las instituciones privadas, pero
se cobra.
Tomo como ejemplo las unidades de evaluación
geriátrica, ¿quiénes las tienen de acuerdo al plan nacional del adulto mayor?. A
su vez, el tener un médico de referencia, no significa que el proceso
asistencial mejore en calidad. Se cobra no se cumple.
La meta Nº4, se destinó a financiar los cargos médicos de alta dedicación horaria
y se supone que esto favorecería la
mejora del primer nivel de atención, contribuyendo así a la disminución de los
tiempos de espera y la liberación de horas de especialistas. Se cobra no se cumple.
Además, a esto debemos agregar los copagos, que son
los tickets, a través de los cuales los usuarios, con nuestro aporte, amortizamos
una parte de los costos de los servicios y prestaciones sanitarias. Todos
podemos observar, que entre las distintas
instituciones del sistema, los precios de los
copagos, tienen variación para una misma prestación o servicio, pero así mismo,
varían según que los afiliados sean por FONASA, colectivos o individuales, o
sea cada vez pagamos más y obtenemos menos, pero… no hay copagos en ASSE.
En forma constante se nos dice que las IAMC
(mutualistas) dan pérdida, que no les alcanza lo que perciben como pago a
nuestra atención, que no cubre sus costos.
Pero observemos:
1º) Manifiestan tener un gasto muy alto por afiliado
en medicamentos, si tomamos en cuenta el precio promedio de los mismos, pero,
es bueno recordar, que una parte la paga
el usuario a través de los copagos y otra la aporta FONASA. Este costo podría ser menor, si no existiera
el gran poder oligopólico que históricamente, han detentado los laboratorios productores
de las drogas.
2º) El uso irracional, sobre utilizado y no
planificado de técnicas de diagnóstico, está vinculado al ingreso de un sector
empresarial, que lucra con la compra –venta de tecnologías, e induce a su
consumo excesivo.
3º) La existencia de altas remuneraciones, de
asesores y gerentes, adicionado ahora el “imprescindible” costo
de las consultoras) implica un nivel de egresos por remuneraciones sin
sentido, funcionarios de alto nivel (aprox. el 5% del total), gozan de salarios u honorarios que representan el 15 al 20 % del costo de la masa salarial.
4º) La competencia libre y salvaje, ha sido la base
para el enriquecimiento de un sector captador de socios, la reducción de gastos
superfluos de marketing, se basa en la eliminación (no solo por ley sino por la
vía de los hechos) de los compradores de socios y de otras estrategias
asociadas a la competencia desleal. En palabras del ministro Dr. Basso unos U$S
22 millones de dolares, circulan en torno al corralito.
¿Podemos entonces creer en el llanto? o podemos pensar que hay una
manifiesta mala gestión.
¿Y la equidad del sistema de salud?
El sistema ha ido tendencialmente perdiendo la
equidad y ha aumentado el grado de injusticia entre el sector público y el privado.
Unos 300 dólares por cápita en el sector público y 700 dólares por cápita en el
sector privado.
En Montevideo hay once(11) prestadores privados de
salud, más seis(6) seguros integrales, que dan cobertura aproximadamente al 38% de los usuarios, que
utilizan el SNIS, y aproximadamente un 10% del sistema se atiende a través de
ASSE, doy la razón cuando se menciona
que en la capital se reúnen los mayores recursos humanos, pero tenemos que
conocer que se brinda cobertura
aproximadamente al 48% de los usuarios
que utilizan el sistema y que realmente absorben la mayoría de profesionales.
Queda al descubierto lo que todos conocemos, que la
falta de recursos humanos profesionales, atenta contra nuestra calidad asistencial,
no se nos atiende en forma inmediata, y nuestra incertidumbre sobre nuestra
salud aumenta.
Y aquí
observamos que no se cumple con la meta cuatro, y tenemos los argumentos para
plantear nuestra firme protesta ante el incumplimiento de los objetivos
asistenciales 2016-2020 del MSP.
Hace unos años que en las cámaras se presentó un
proyecto para que los estudiantes de medicina a punto de egresar, realicen su
internado en el interior de la república, quizás debamos averiguar dónde y por
quien esta frenado. Esa es una herramienta que hemos dejado oxidar porque a la
corporación médica le conviene.
Como podemos observar, hemos mencionado algunas de
las micro situaciones o dificultades que junto a otras más, al generalizarse
serán esas macro situaciones o dificultades que tendremos que afrontar con
nuestra participación activa, la que se verá reforzada con el conocimiento que
aquellos que actúan en nuestra representación, nos transmitan en forma
permanente.
Las
políticas y los programas de salud, tienen componentes técnicos, pero
reducirlas solo a determinaciones técnicas, es una definición ideológica.
Siempre existen aspectos económicos, comunitarios, culturales y políticos, en
las relaciones de poder entre diferentes colectivos. Por ello la participación
social, es un vehículo para hacer oír la voz y los intereses de las grandes
mayorías, en especial de los más desfavorecidos.
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Como
se comprenderá, hay mucho por hacer e informarse, por ello es importante
nuestra participación activa. Debemos tener claro que no todos los programas son aplicables en todo el
territorio, ni tampoco las necesidades son las mismas.
Es imperioso, que demandemos el derecho que nos
otorga el decreto 269/008 en la creación de consejos consultivos en ASSE, pero
con la misma energía debemos demandarlos en los prestadores privados de salud,
y si estos no se concretan, debemos denunciarlos antes nuestros representantes
en las JULOSAS y JUDESAS, así como también al MUNUSPP mediante notas, tantas
como sea necesario, pero debemos denunciar estas irregularidades , y si esto no
se cumple que los órganos de gobierno MSP, FONASA, DIGESIS, adopten las medidas
necesarias para lograrlo.
Estos procesos no son lineales, por el
contrario, incluyen conflictos con grupos corporativos, con
resistencias y concepciones tecnocráticas, con manejos partidizados de la
gestión, sienten temor a la participación social, desde los directores
estatales, a los directores privados, pues tienen inercias institucionales y
también errores en el campo social.
Esta participación social en salud configura
diversos frentes para la acción ciudadana en el marco del Sistema Nacional
Integrado de Salud (SNIS).
Pero esto conlleva un compromiso, quienes integren
esos consejos, deben saber de qué se trata el tema al cual nos enfrentamos, o
sea se debe hablar entre todos los usuarios un mismo lenguaje y tener un
objetivo común, esto permitirá lograr el respeto que actualmente las diferentes
direcciones, sean técnicas de prestadores privados, sean las direcciones de los
policlínicos, o JUDESAS, no nos tienen, pues no tenemos planteamientos comunes
firmes, si todos los consejos del ámbito público o privado, sonamos la misma
campana, este repique se sentirá en todos lados.
Esto que parece un pequeño paso, es en realidad, el
comienzo de un camino a recorrer, esto nos permitirá en un corto plazo exponer
ideas de un mayor alcance, pues al desnudar las fallas del sistema, se obligara
a la necesaria corrección.
No eludimos la discusión desde el punto de vista de
lo macro, pero si no conocemos lo micro, como podremos mover a un parlamento
que tendrá que modificar leyes y algunos decretos, posible, pero llevara
tiempo, he aquí por qué debemos no menospreciar el análisis de las metas y los
objetivos sanitarios, pues ese conocimiento nos permitirá empoderarnos y ser
partícipes activos y rectores del SNIS.
Las circunstancias han cambiado, el SNIS ha
instaurado la vigilancia de la sociedad, el usuario es el objetivo y no el
cliente, pero el usuario piensa como cliente y no como ciudadano consciente y
responsable en el tema de salud.
Entonces reafirmo
mi pensamiento, todos debemos trabajar seriamente, en aumentar nuestro nivel de
conocimientos del SNIS. Esta dinámica nos convoca
a todos, podemos potenciarla participando, o por omisión enlentecerla.
¿Conocemos en nuestras zonas regionales, cuales son
las pequeñas dificultades asistenciales, que podemos definir como micro
dificultades, pero que sumadas, hacen a la macro dificultad, que para ser tal,
debe ser general sobre el territorio?, ¿lo hemos planteado por nota con firmes argumentos
ante quienes hemos elegido como nuestros representantes?.
La falta de información, hace que los planteos, al
no ser contenidos en las metas asistenciales y no tener el conocimiento
necesario sobre ellos, nos deja en condición vulnerable al mal trato o desdén
de algunos profesionales o funcionarios de la salud.
Esta violencia que soportamos algunos compañeros por
no tener información, se transmite en forma exponencial hacia los usuarios en
general, y si, .. es natural que respondemos a ese desdén o mal trato.
Las regionales, deben
ser el lugar donde volcar las experiencias y dificultades planteadas en
nuestros respectivos territorios, pero también la oportunidad de recoger
información general que tenemos la obligación de transmitir a nuestros
compañeros del movimiento, pues la información nos proporciona fuerza, la información no puede quedar en unos pocos, debe
masificarse para que sea realmente una buena herramienta que permita que
nuestros planteamientos no sean ignorados.
Una vez más, les
recuerdo, que debemos proteger el enorme caudal de dinero, que se vuelca en el
sistema nacional integrado de salud y no nos olvidemos de observar a aquellos
que se llevan la gran parte de la torta.
Espero que esta reseña sea de utilidad para nuestra participación ciudadana.
*Francisco Vera – Mesa Montevideo – MNUSPP
SINADI – Sistema Nacional De Información ; AES – Área Economía de la Salud ; MSP – Ministerio Salud Pública
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