LAS VERDADES DEL PRESUPUESTO EDUCATIVO por Daniel Olesker

En el debate entre candidatos Daniel Martínez afirmó que en el período que gobernó el Partido Nacional la educación (ANEP y UDELAR) redujo su presupuesto en valores constantes.

Lacalle Pou dijo que no tenía esos datos.

Seguramente no habrá leído el informe (entre otros) de la Evolución y ejecución presupuestal de la ANEP 1985 — 2015 de disponible en su página web.

En ella se toman los valores presupuestales de la ANEP hasta 2015 a precios de este año.

Y de allí surge el siguiente cuadro:

Es decir, es claro que en el gobierno del Partido Nacional el presupuesto de la ANEP cayó. Y como el presupuesto de la UDELAR quedó estancado entre 1989 y 1994 en términos reales, se concluye que la suma del presupuesto de las dos instituciones relevantes en la educación pública se redujo en el gobierno del Partido Nacional.

Y cuando desglosamos el presupuesto de ANEP por subsistemas, la caída es aún mayor: 17% en la UTU, 9% en secundaria y 11% en Primaria dado que la que sí aumentó fue la Unidad ejecutora CODICEN en 69%. ¿Para qué habrá sido ese aumento de las estructuras centrales?

El cuadro 2 nos trae otras informaciones del acumulado del presupuesto en estos períodos tomando ahora ANEP y UDELAR:

Este cuadro nos muestra que el gasto promedio sumado de ANEP y UDELAR de estos períodos ha ido creciendo en el tiempo y hoy el gasto es más del doble en el promedio 2010 a 2015 que en el período del gobierno del partido Nacional.

Lo mismo si lo comparamos con el PBI, que en aquellos años fue 2,86% y entre 2010 y 2015 promedió 3,79%.

Tenemos en claro que desde 2015 a 2018 ha seguido creciendo, llegando en el promedio de los 4 años que llevamos a un gasto de 75.000 millones de pesos y al 4,11% del PBI ´promedio de los 4 años y con tendencia ascendente.

Es claro además que ello ha traído aparejado un cambio relevante en la capacidad de atender la educación.

Solo 2 datos para la ANEP.

Mientras que a precios de 2018 el gasto por alumno en el quinquenio del Partido Nacional fue de 50.000 pesos, hoy, a pesar de una mayor matrícula en la ANEP, el gasto por alumno es de 92.000 pesos/año.

Y ese aumento de la dotación fue acompañado de aumento de trabajadores. Tomando el total de trabajadores de ANEP y su matrícula, al final del gobierno del partido Nacional había un funcionario cada 11 estudiantes. A 2018 hay un funcionario cada 7,5 estudiantes.

Entonces más presupuesto, mejora del salario real y más trabajadores hacen que el gasto en salario marque la diferencia. Lacalle padre arranco con 12.000 millones de pesos a precios 2015 y terminó con 11.000, es decir, ahorró en salarios, esa fue su estrategia fiscal. De 2010 a 2015 pasamos de 29.000 a 38.000 millones de pesos. Noten la diferencia.

Entonces no hay duda: el peor gobierno para el presupuesto de ANEP y UDELAR fue el del gobierno del Partido Nacional. Y desde que asumió el Frente Amplio todo fue crecimiento de presupuesto, de masa salarial, de recursos humanos y de participación del gasto educativo público en el PBI.

He aquí la verdadera historia.

Publicado el 7 de octubre en La República

UN NIÑO, UN INSTRUMENTO por Ignacio Martínez

La semana pasada se lanzó oficialmente el Programa “Un niño, un instrumento”. El mismo está destinado a niños y niñas de todas las instituciones educativas del país, que tengan entra 6 y 14 años.

Este Programa reposa hoy en 17 núcleos de trabajo que se encuentran en  Canelones, Colonia, Durazno, Flores, Florida, Lavalleja, San José, Soriano, Paysandú y Montevideo. Desde este emprendimiento se dictan clases de instrumentos de cuerda (violín, viola, violonchelo, contrabajo), vientos de madera (flauta, oboe, clarinete, fagot), vientos de metal (corno, trompeta, trombón, tuba), percusión y formación coral.

Al momento más de 1.500 niños participan en las actividades musicales con un potencial de varios miles más dispuestos a integrarse ya al programa. Se desarrolla desde el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles del Uruguay y se cuenta con la colaboración de intendencias, alcaldías, embajadas e instituciones educativas. ¡Bien por esta iniciativa!

El artista y pedagogo inglés Herbert Read publicaba en su libro “Educación por el Arte” en 1943 que el arte es “…un modo de integración -el modo más natural para los niños- y como tal, su material es la totalidad de la experiencia. Es el único modo que puede integrar cabalmente la percepción y el sentimiento”.

En 1910, Figari dice: “Es conveniente en sumo grado que las escuelas públicas despierten en el niño el concepto del arte y de la belleza, como se ha hecho en otras partes. Esto concurrirá a formar el carácter del pueblo, dentro de un plan más alto y más culto”.

Se vuelve imprescindible pensar hoy desde el sistema educativo formal y no formal, la difusión y promoción de las artes en su más amplia expresión, reconociendo que en cada niño o niña hay un creador ilimitado. El asunto es abrirle las puertas para que vea el mundo y descubra su capacidad interior para comprenderlo, interpretarlo y transformarlo.

Ojalá que a esta iniciativa del mundo de la música que aplaudimos fervorosamente, le sigan iniciativas que incorporen el teatro en cada centro educativo, que incorporen la danza como práctica artístico-pedagógica. Lo mismo pensamos para las artes plásticas y las artes audiovisuales. Ojalá que en cada centro de estudio se organicen círculos de creación literaria donde prolifere “la sociedad de los poetas vivos” para abordar la literatura en su más amplia y libre realización, como el arte de las palabras. Por ahí va gran parte de la transformación social. Como decimos en el PIT-CNT, los cambios son culturales o no son.

Publicado en el semanario VOCES 27-9-2018

 

TÚNICA BLANCA Y MOÑA AZUL por Jorge Bentancur

Por la igualdad

En la Villa del Cerro, donde el pedagogo José Figueira  y el docente Roberto Abadie Soriano escribieron los primeros textos escolares, por lo cual se dice que el Cerro le enseñó a leer al país. El cerro querido que está en el escudo nacional, belleza paisajista que le dio el nombre a la capital de nuestro país Monte VI d E. O. Allí también por primera vez los escolares supieron vestir la túnica blanca y moña azul.

La emblemática vestimenta de los escolares habría sido implementada por primera vez en la escuela 29 y 30, a iniciativa de la maestra Dominga Irigaray. Pasaron años para que fuese institucionalizada por ley a nivel nacional.

A  la propuesta que hacen en el presente ,  un grupo de padres de Florida,  de sustituir la túnica blanca y moña azul por un uniforme verde, el presidente de la República Tabaré Vázquez afirmó que “ la túnica blanca y la moña azul son un símbolo tan importante como la bandera uruguaya el escudo de nuestro país”.

El presidente del Codicen, Wilson Netto, ser manifestó en contra de la propuesta y defendió “la igualdad” que promueve la túnica blanca.

La ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, dijo que “la túnica blanca y la moña es algo que nos distingue en el mundo, porque túnicas blancas hay muchas pero con moña azul solamente en la escuela pública uruguaya de José Pedro Varela”.

LA MAESTRA DOMINGA IRIGARAY

Sin embargo, el maestro Hugo Rodriguez haciendo uso de la palabra en el 140 aniversario de la escuela 29 y 30, en el año 2000 dijo lo siguiente:  “La escuela pública es la escuela de la igualdad, esa la que tenemos que defender  a toda hora y uno de los sentimientos que definen  la igualdad en la escuela pública es el uniforme escolar, el de la túnica blanca y la moña azul. Lo que quizás no todos recuerden o no tengan por qué saber, es que el uniforme escolar nació en esta escuela. A principios de Siglo, una maestra de la escuela, la Sra. Dominga Irigaray elevó una nota a las autoridades de la enseñanza pidiendo que se generalizara a todos los niños del Uruguay con el uniforme  de la túnica blanca y la moña azul y lo fundamentaba de un modo que es difícil de superar. Decía que eso debía ser así, para disimular la vanidad de unos pocos y la pobreza de muchos”.

 El 17 de setiembre de 1924, el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal, estableciendo lo que ya era un hecho, resuelve:

“Establécese que los alumnos de las escuelas públicas usen durante las horas de clase un uniforme o simple túnica”. No se especifica el color de esa túnica ni se determina el uso de moña. Las fotos posteriores a esta fecha nos muestran, uniformemente, niños de túnica de color blanco y con moña.

Debemos esperar hasta el 6 de junio de 1950 para una nueva resolución sobre el tema:

“…dispónese que…todos los alumnos de las escuelas primarias públicas del país usen como distintivo la túnica blanca y moña azul marino.”

En 1876 el país contaba con 195 escuelas públicas que atendían a un total de 17.010 alumnos (87,2 niños por establecimiento). A cuatro años de implementada la reforma vareliana, la cantidad de establecimientos había crecido un 62%, y esto fue acompañado con un aumento del 54% en la matrícula pública. En 1910 la cantidad de establecimientos del sector público asciende a 793 (un incremento del 306,7% en comparación con 1876), atendiendo a un total de 74.717 niños (94,2 niños por establecimiento), más que triplicándose la matrícula de 1876 (un crecimiento del 339,3 % en idéntico período).

Entre 1938 y 1968 se matriculan unos 6.000 niños más cada año. La matrícula de educación primaria pasa de 199.651 niños en 1938 a 388.047 niños en 1968; es decir, un crecimiento del 94,4% en 30 años.

La cantidad de escuelas al 2016 eran 2323, la cantidad de alumnos 339.050. En jardines de infantes, 85833

Hoy tenemos 2.334 escuelas, 257 liceos, y 172 locales de UTU en todo el país.

MÁS CAIF PARA NUESTROS NIÑOS

En el ADN del Cerro está la lucha por la igualdad de oportunidades  y nuestro objetivo  hoy es en lograr que todos nuestros niños estén contenidos desde la primera infancia.   Nuestro territorio  hoy es la cuna del país, nacen 4000 por año. El 57 % de los niños nacen pobres. Y no todos tienen las mismas oportunidades. Los niños necesitan buena alimentación y estímulos afectivos para crecer sanos.

Cuando se anuncia la meta  de apertura de 140 nuevos CAIF, desde el territorio reclamamos que se ponga el foco en donde aún persisten los mayores índices de infantilización de la pobreza y estamos muy lejos de satisfacer la necesidad de protección a quienes más lo necesitan.

La desigualdad comienza en el vientre de la madre. Depende del medio ambiente adecuado donde nacen, de la alimentación. La etapa del embarazo y los primeros años de vida son fundamentales.

El 80% del cerebro crece el 1º año de vida. Cada uno al nacer tiene una información o programa genético que es nuestro DNA. La idea de un concepto de igualdad de oportunidades radica en que todos puedan expresar este programa genético. Una buena nutrición y estimulaciones afectivas y medioambiente correcto va a permitir que se exprese al máximo ese potencial de desarrollo genético.

El cerebro de un bebé cuando nace pesa 300 gramos, al año anda por 800 y a los 2 años alcanza al peso máximo de 1000 gramos. Es el órgano que se desarrolla más rápidamente si le damos nutrientes, seguridad afectiva y estímulos. De lo contrario tendremos muchos niños con dificultades mentales en primaria que no podrán comprender, con problemas de conducta y retrasarán al resto de la clase, toda esa historia que bien sabe un maestro del oeste.

La Organización de Usuarios de Salud del Zonal 17 junto a la Red de Primera Infancia del Municipio A viene desarrollando una serie de Mesas de Trabajo con autoridades nacionales para alcanzar este logro que es prioridad nacional.

Mas allá de la discusión por la ropa con que vayan vestidos,  la pobreza infantil alcanza al 20% del total de niños, mas del doble que la pobreza general y cinco veces más que los adultos mayores. Queremos destacar la importancia de la igualdad de derechos y que todos los niños al nacer puedan tener las mismas oportunidades: de recibir amor, buena comida y experiencias positivas que lo ayudarán para siempre.

Publicado en JUBICERRO

LAS PALABRAS Y LOS DIRIGENTES POLÍTICOS EDUCADORES por Ignacio Martínez

Manifiestos, escritos, comentario, discursos
humaredas perdidas, neblinas espantadas
que dolor de papeles que ha de llevar el viento
que tristeza de tinta que ha de borrar el agua

Las palabras entonces no sirven, son palabras… (Rafael Alberti-Paco Ibáñez)

 Es necesario hablar de la pedagogía en esa escuela llamada Sociedad. Referentes de esa educación no formal, de esa educación en el aula social, son los dirigentes políticos que van desde el Presidente de la República hasta los Ediles y Alcaldes, pasando por Ministros, Senadores y Diputados. Hay otros dirigentes, claro está, vinculados a los ámbitos sociales más diversos en cooperativas, sindicatos, clubes deportivos, iglesias, etc. Pero en esta oportunidad quiero referirme a los dirigentes políticos porque tienen un nivel de visibilidad ante la sociedad, que prácticamente les da una enorme cantidad de horas docentes a nivel nacional.

El mensaje que se da es, finalmente, de quien lo recibe. Si el dirigente quiso decir “A”, pero lo que queda es “B”, pues el mensaje verdadero será el “B”. “¡Ay, yo no quise decir eso!”, se argumentará, o “se me malentendió” se agregará, pero lo cierto es que lo que quedó en nosotros es el mensaje que perdurará.

Hay que ser y parecer, porque si uno es una buena persona, pero se parece a una mala persona, lo que sucederá, igual que lo de los mensajes “A” o “B”, es que quedará el parecer en la sociedad que observa.

Vivimos en una sociedad observadora, muy crítica, muy acostumbrada a filosofar y deducir. Eso es muy bueno. Las actitudes y las palabras de nuestros dirigentes son bien observadas, tienen críticas y deducciones de nuestro pueblo nada desdeñables. Aquí es donde debemos decir enfáticamente que no basta con conducir un país. Los dirigentes deben ser capaces de mostrar con claridad, con honestidad, con transparencia, con inmenso respeto hacia todos nosotros, esa conducción. Algunos le llamarán carisma, otros le llamarán don, yo le llamo comprensión pedagógico-didáctica aunque parezca un término un poco rebuscado. Quiero decir que el dirigente debe incorporar en su aprendizaje de tal, este aspecto fundamental, no sólo para el éxito personal de su gestión y la de su gobierno, sino para la función docente que el rol de dirigente tiene en sí misma. Si esto no sucede, si uno dice lo que se le ocurre y como se le canta, lo más probable sea que ayude a generar la idea de que todos los políticos son iguales, homogeneizando la visión del dirigente y de la política como un territorio rancio, de los avivados que nada tienen que ver con nuestro pueblo. Y esto no tiene, en principio, nada que ver con las ideas, sino, esencialmente, con las actitudes y con los actos. Y ¡guarda! a veces un solo acto fallido puede derrumbar mil construcciones positivas. A esto hay que agregarle, claro está, los especialistas en difamar, deformar, mentir, tergiversar y enlodar a sus oponentes.

La fuerza que tiene el compañero Pepe, por ejemplo, ha sido ganada por su modo de vida, su austeridad, su verbo sencillo y su humildad, y tira por la borda la figura del político tradicional, encumbrado e inalcanzable. Eso contribuye enormemente a su popularidad. Los sectores más humildes de la sociedad se sienten muy identificados con él, que además logró, como nadie, que esos mismos sectores que siempre votaron a los doctores encorbatados y acartonados, se volcaran a esta figura que incorporó la faceta de hacer docencia desde su pedagogía tan particular quizá, incluso, sin proponérselo demasiado.

El respeto que generan otros compañeros muchas veces se debe a que han dedicado sus vidas al estudio en sus diferentes áreas y cuando hablan son  extremadamente claros, convincentes, respaldados por el conocimiento y la vehemencia, sin poses ni pretensiones de cinco minutos de fama. Es que cuando alguien dice hasta dos, tiene que dejarnos la sensación de que sabe hasta diez y que tiene aún en el depósito una marcha multitudinaria de argumentos para reforzar lo que dice.

Si transmitimos inseguridad en la exposición, estamos liquidados. Si transmitimos la vulgaridad, las frases hechas, meros argumentos a la defensiva, por la negativa, estamos liquidados.

Si nos queremos hacer los populares o adjetivando inútilmente, estamos liquidados. Si descuidamos la enorme función pedagógica y los desafíos didácticos de nuestras palabras y nuestras acciones, está liquidado el dirigente nuevo para un Uruguay nuevo, y la política seguirá reducida a concebirse como un territorio insano donde la gente se pervierte. Además hay que agregar que para esa difamación están los especialistas de la oposición y de los medios de comunicación que miran con lupa para convertir la coma que pusiste mal, en la lápida de todo tu discurso.

Concluyendo; la función formadora y transformadora del dirigente se vuelve imprescindible en los anhelos de transformaciones y profundizaciones democráticas. Dentro y fuera de filas tenemos ejemplos para ambos lados. Los que dan el ejemplo de cómo relacionarse con la gente y los que deberían callarse la boca. A esos últimos, la historia no los absolverá porque, al fin de cuentas es cierto: el pez por la boca muere..

Si abrí los labios para ver el rostro

puro y terrible de mi patria,

si abrí los labios hasta desgarrármelos,

me queda la palabra.

(Blas de Otero)

Publicado en el semanario uruguayo VOCES el jueves 19 de abril de 2018

¿EDUCACIÓN QUE NOS DOMINA O NOS LIBERA? por Ignacio Martínez

El tema debe ser prioridad nacional. El mundo está padeciendo una ofensiva de la barbarie. La destrucción de la naturaleza, la justificación de la guerra, la humillación de la mujer, de los niños, de las poblaciones civiles, la glorificación de la frivolidad y la estupidez, la insensibilidad que se ríe del dolor ajeno, el individualismo competitivo, son algunas pruebas irrefutables del avance de la mediocridad humana. Para nosotros, los que estamos luchando por un mundo nuevo y mejor, es imprescindible pensar en una educación nueva y mejor.
No es todo Presupuesto, aunque ayuda.
El presupuesto es imprescindible para nuevos locales como el flamante Liceo 29. Precisamos centros de estudio que no superen los trescientos alumnos y aulas que no excedan los veinticinco. Más muchachos, es pedagógicamente insostenible y humanamente inaceptable.
Sigamos. No es solo Presupuesto, es cierto, pero un docente no puede ejercer como tal con sesenta o más horas semanales. Sueldos dignos, pero para no más de treinta y seis horas semanales y si es cerca de su casa, mejor.
¿Para quién educamos? Para el niño y el joven con nombre y apellido, con historia concreta, en un mundo familiar y social concreto, que debe estar en el centro de toda propuesta.
El mundo nuevo, la integración social, el combate a la inseguridad, la equidad entre las personas, requiere seres humanos críticos y autocríticos, reflexivos y creativos, solidarios y cooperativos, responsables y co-responsables, libres en sociedad, autónomos en pensamiento.
Para la construcción colectiva de este ser humano, se vuelve imprescindible abordar hoy cuatro grandes ejes: el conocimiento, la creatividad, la responsabilidad autogestionada y el trabajo.
Necesitamos conocimientos que se impartan de manera atractiva, convincente, seductora y relacionada con la vida en todos sus territorios.
Necesitamos talleres donde los alumnos se expresen en todos los momentos de la educación. Talleres de teatro, de música, de murga, de candombe, de artes plásticas, de cocina, de danza, de literatura, de huerta, de diseños de todo tipo, de máscaras, de oficios de todo tipo, de deportes de la más variada índole, donde cada escuela, cada liceo, sea un gran lugar de creación y se devuelva la autoestima, y se valore lo que ellos son capaces de hacer, y se divulgue cada obra.
Necesitamos darles a los muchachos responsabilidades concretas en su vida cotidiana. ¿Por qué no la limpieza del centro de estudio? ¿Por qué no la atención de la cantina? ¿Por qué no la administración de los mismos talleres, de los juegos, de los certámenes, de los concursos y de las competencias deportivas? ¿Por qué no el periódico del centro o la radio del centro? Necesitamos dar perspectivas laborales en cada vocación manifiesta, haciendo énfasis en aquellos jóvenes más vulnerables, más expuestos, más difíciles, por ejemplo los que están privados de su libertad.
Esto requiere que las cosas no se cocinen entra cuatro paredes ni entre cuatro personas. Esto requiere de todos los organismos de la educación, los sindicatos, la comunidad organizada, el INAU, la Universidad, los partidos políticos desde el llano, desde la gente y, sobre todo, necesita de los mismos muchachos, participando de la definición de las políticas en cada centro de estudio.
Nadie puede enseñar lo que uno mismo no es. Nadie puede dar lo que no posee. No partimos de cero. Rescatemos a Figari, que es mucho más que un pintor de cuadros o un rostro impreso en el billete de 200 pesos. Difundamos lo que se está haciendo en la escuela nueva de Santa Catalina o en la 119 de Salto, o en la 79 de Masoller o en la escuela de Colonia Miguelete o el liceo de Empalme Olmos o el liceo 30 de Montevideo o la UTU de Colonia o el Tomás Berreta de Canelones, o la escuela de Casabó, para nombrar sólo algunas referencias que he visitado y he quedado deslumbrado.
Hay que estar. Hay que trabajar. Hay que cambiar cabezas; las de los muchachos y las nuestras.
Entendámoslo de una vez: la educación no debe quedar en manos exclusivas de las autoridades del momento, debe ser definida por la sociedad y por eso es una cuestión de Estado. ¡Ah, y a los botijas hay que escucharlos mucho más! No debemos hacer una educación para adaptarnos al mundo que nos ha tocado vivir. Debemos hacer una educación para cambiarlo y hacerlo mejor.

Publicado en el semanario uruguayo VOCES el jueves 15 de febrero de 2018

EL PODER DEL CONOCIMIENTO por Ignacio Martínez

Así como la esencia de la angurria empresarial capitalista es dominar cada vez más la producción, concentrar la riqueza y poseer cada vez más mercados, la esencia del poder de las corporaciones del saber, es ser dueños del conocimiento y de la información, e incidir y determinar la construcción de la cultura de los pueblos.

Esos poderes están cada vez en menos manos. Se retroalimentan. Los dueños de los medios de producción se alían con los dueños de las grandes cadenas informativas y de los centros informáticos que pueden decidir con mayor o menor sutileza, qué vemos, qué oímos y qué debemos saber.

Esta construcción del pensamiento desde las usinas ideológicas del poder, no es nueva. Se ha venido procesando con la misma evolución de lucha entre las clases beligerantes. El mayor triunfo de la dominación es que, al fin del camino, el dominado quiera parecerse al dominador.

Al faraón o al césar no sólo les interesaba poseer la fuerza de los esclavos, sino también que los mismos sometidos se sintieran complacidos con el lugar social que les asignaban. Por supuesto que nada fue sencillo y, al igual que hoy, la prédica ideológica, convincente y sojuzgadora del poder, se combinó con la fuerza militar dominante.

En la actualidad, aún dentro de la burda barbarie, la dominación es más sutil. Cuando  estamos infinitamente comunicados, cuando tenemos acceso a la más variada información, cuando parece que se estuviera globalizando el conocimiento, la verdad es que se está imponiendo un modelo de vida, una manera de ver el mundo, un pensamiento único, el de los propietarios del conocimiento.

Como ejemplo vemos que la educación debe estar al servicio del mercado de trabajo. Serás ingeniero en apretar tuercas. Tendrás un título universitario, sí. Pero de la formación universal, nada. Del conocimiento de la historia, nada. De tus orígenes y tu cultura y tus raíces, cada vez menos.

El sistema te dará lo necesario para que vivas y produzcas esencialmente siempre al servicio de que te conviertas en un adicto consumidor.

Las industrias armamentistas y farmacéuticas (hoy también dueñas de grandes corporaciones agroindustriales), fabricarán guerras locales para vender, dividirán el mundo en productores de materia prima, en centros industrializados y en grandes mercados de consumo.

Se busca imponer una cultura alimentaria, de hábitos y costumbres, de modelos de vida, de cultura cinematográfica, musical, literaria, donde también las artes sean una mercancía.

Así como se quieren apropiar de las semillas y de los yuyos, también quieren digitar nuestras manifestaciones culturales y artísticas, y nuestros conocimientos.

El asunto es que lo aceptemos así, tal cual es. El asunto es que nos deslumbremos con el modo de vida americano o finlandés o neozelandés o… y nuestras aspiraciones de vida sean siempre individuales, nunca colectivas. El asunto es que comamos esa comida o nos vistamos de esa manera o nos deslumbremos con esas culturas, resignándonos a que las cosas son así y no pueden ser de otra manera. El proceso de aggiornamento del capitalismo hoy es ideológico, poseyendo el saber como resorte fundamental del poder. Esto, salvo matices, es igual para el eje de EEUU, de Alemania, de China y Japón.

El otro día en una escuela de niños muy pobres hablamos de lo peor del mundo. Salieron a luz muchas cosas (la guerra, las drogas, los robos), pero no salió en ningún momento la pobreza.

Publicado en Voces 17/8/17

 

Y AL BRAIAN, ¿QUIÉN ME LO CUIDA? por Adriana Cabrera Esteve

“El orador, el maestro de escuela y la otra persona que se hallaba presente se hicieron atrás un poco y pasearon la mirada por el plano inclinado en el que se ofrecían en aquel instante, bien ordenados, los pequeños recipientes, las cabecitas que esperaban que se vertiese dentro de ellas el chorro de las realidades, para llenarlas hasta los mismos bordes”. Así describe Charles Dickens, al finalizar el primer capítulo de su novela Tiempos difíciles, publicada en 1854, la escena que “tenía lugar en la sala abovedada, lisa, desnuda y monótona de una escuela”. Con sutil ironía, Dickens, ya entonces, nos ofrece una excelente descripción de la concepción “bancaria” de la educación. Una concepción que supone que siempre es el educador quien educa, disciplina, habla, prescribe y decide qué conocimientos brindar, mientras que el educando es el que escucha, es disciplinado/educado, no puede elegir temas de su interés porque no está “preparado” para ello, ya que simplemente es un receptáculo vacío, una cabeza hueca.

Menos de un siglo después, el brasileño Paulo Freire nos dijo que no había educadores ni educandos, sino educadores-educandos y educandos-educadores; nos habló del hombre-mundo; de la necesidad de una relación dialógica entre las partes; de que no había cerebros vacíos, sino personas con diferentes experiencias y conocimientos, y sus propuestas, en vez de llenarla, nos dieron vuelta la cabeza. Freire había enseñado a escribir y a leer en 45 días a 300 trabajadores de la caña de azúcar con métodos alternativos. A partir de ese éxito se crearon círculos culturales en todo Brasil, y ese mismo éxito le valió ir a prisión cuando en 1964 los militares dieron un golpe de Estado en su país. Porque la educación que proponía era eminentemente liberadora y se enraizaba en las necesidades y saberes de su gente y de su tiempo.

¿Quiénes son los educandos-educadores de nuestro tiempo? Una niñez en la que se concentran las mayores cifras de pobreza de nuestra sociedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2016, seis de cada 1.000 niños menores de seis años son indigentes, es decir, viven en hogares sin ingresos suficientes para cubrir las necesidades alimentarias básicas; en criollo, no tienen para comer. Según la misma fuente, 20% de los niños menores de seis años, la quinta parte de nuestra niñez, son pobres, o sea, viven en hogares en los que no es posible cubrir las necesidades alimentarias y no alimentarias básicas.

Niños y adolescentes son la mitad de los pobres

En menores de tres años la situación es peor: según el Monitoreo y análisis de los procesos de cambio de la Organización Panamericana de Salud, de 2015, 32% son pobres, es decir, la tercera parte. Este dato es importante cuando abordamos los temas vinculados a la educación, no sólo por la magnitud del problema, sino por las implicancias que tienen en el desarrollo de niños y niñas en sus primeros tres años de vida los estímulos, la motivación y los afectos. En especial, a la hora de crear las sinapsis y el desarrollo neuronal necesarios para aprender a pensar.

Según la misma fuente, niños y adolescentes son la mitad de las personas en condición de pobreza, 49,6%, en Uruguay. Esta situación, por crítica que sea, es sustancialmente mejor que la que teníamos hace diez años, en 2006, cuando 53,4% de los niños menores de seis años eran pobres.

Por otra parte, la incidencia de la pobreza está altamente correlacionada con las Necesidades Básicas Insatisfechas. Por eso, cuando hablamos de pobreza hablamos también de anemias, parasitosis, desnutrición, viviendas sin baño, sin saneamiento, sin heladera, sin cocina, sin agua corriente, sin mesa donde hacer los deberes, sin sillas. Madres que crecieron con iguales o peores carencias, y muchas veces, padres ausentes.

Si además de las familias en condiciones de pobreza miramos a las familias trabajadoras, nos encontramos con ingresos que obligan a la madre (por la división sexual del trabajo, patriarcado mediante) a “elegir” entre dejar a sus hijos menores a cargo de los hijos mayores o no tener forma de alimentarlos. La escuela y los CAIF vienen a resolver el problema durante cuatro horas, pero los padres deben resolver el cuidado de sus hijos durante el resto del horario en que se encuentran en su trabajo. Esta situación obliga a la madre, a veces, a “elegir”, ya que no le conviene salir a trabajar si debe gastar lo que gana en resolver el cuidado de sus hijos. Tampoco está previsto que los trabajadores interrumpan su jornada laboral para ir a buscar a sus hijos a los centros educativos. Esta situación exige que los padres hagan malabarismos con horarios de abuelas, tías o vecinas, o que los dejen volver solos, con los riesgos que eso implica. El transporte escolar tiene como criterio -acertado, por cierto- que debe haber en el domicilio un adulto esperando al menor de edad. O sea que si bien resuelve el traslado, no resuelve, y no sería lógico que lo hiciera, el posterior cuidado de los niños. Si la madre tiene grandes motivaciones para salir a trabajar o los beneficios económicos lo justifican, se desencadena una colección de llamadas telefónicas al menor que queda solo, para asegurarse de que esté bien en ausencia de sus padres.

El ingreso a la educación preescolar de los niños desde los tres años, si bien garantiza la universalidad del acceso a la educación, deja abierto el interrogante de cómo cubrir las horas de cuidado mientras los padres trabajan.

Las escuelas y los CAIF de tiempo completo, en cantidad muy insuficiente aún, vendrían a resolver ese problema. Sin embargo, se encuentran a veces con las resistencias que emanan de una falsa dicotomía entre educación y cuidado. Dicotomía que resuelven bien los colegios privados. Entonces, mientras los estudiantes del Crandon permanecen ocho horas en el instituto, reciben una educación integral en artes, deportes e idiomas, y apoyo escolar si lo requieren, los de la escuela pública vuelven a sus hogares luego de sus cuatro horas de clases, para estar encerrados, y destinan un tiempo riquísimo de su vida frente a una pantalla mientras consumen toneladas de farináceos.

Multidisciplinariedad e interinstitucionalidad

La idea de que los centros educativos no pueden extenderse por más de cuatro horas ignora el hecho de que la educación, como la salud, es mejor cuando es multidisciplinaria y asumida por diferentes actores, porque los educandos-educadores son unidades biopsicosociales indisolubles e inseparables a los que no podemos acercarnos por partes. Existen experiencias exitosas de abordajes interinstitucionales como la de Promotores de Meriendas Saludables, impulsada en conjunto entre la Intendencia de Montevideo, la Administración de los Servicios de Salud del Estado, la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas y la Administración Nacional de Educación Pública; o más reciente aún, el Proyecto Microorganismos Eficientes Nativos, llevado adelante en la escuela 319 del barrio Casavalle, en colaboración con la Universidad de la República; o el proyecto educativo, integral e inclusivo Sacude (Salud, Cultura y Deporte) en el barrio Municipal, en el Municipio D. El camino de la interinstitucionalidad y la multidisciplinariedad podría ser una solución a la hora de brindar a nuestra infancia y adolescencia cuidados, estímulo, afectos y formación permanentes el tiempo que lo requieran. Muchas instituciones pueden sumar fuerzas en esa dirección.

En cualquier marco, cuidar-educar constituye un binomio inseparable, y en situaciones de contexto crítico se transforma en un binomio imprescindible. Los padres cuidamos-educamos cuando al enseñarles a nuestros hijos a lavarse las manos o cepillarse los dientes les hablamos de bacterias, diarreas o caries; o hablamos del agujero en la capa de ozono cuando les aplicamos protector solar y sombrero para salir a la calle; o les enseñamos a observar el entorno y algunas reglas básicas de tránsito al cruzar la calle. En la salud cuidamos-educamos cuando le informamos a un paciente de las precauciones que tendrá que encarar luego del alta, o cuando damos información sobre cómo prevenir la enfermedad, o cuando promovemos su salud, o cuando en la sala de parto invitamos al padre a ser el primero en vestir a su hijo y lo estimulamos a asumir corresponsablemente el cuidado del recién nacido. Las instituciones de gobierno y la prensa cuidan-educan cuando nos dicen cómo actuar en situaciones de emergencia o cómo lograr una mayor eficiencia energética. Porque la comunidad educativa no son sólo los estudiantes y los docentes, o a veces los padres en escuálidas comisiones de fomento; la comunidad educativa son todos los implicados en procesos educativos de la sociedad, y el rol proactivo de los padres puede estimularse con políticas inclusivas.

Si partimos de esta base, cómo entender, entonces, las disquisiciones entre horarios destinados a la educación y horarios destinados al cuidado, o instituciones destinadas a la educación y otras al cuidado. Salvo como un mecanismo de defensa ante demandas o expectativas desmedidas a las que solamente los docentes no pueden dar respuesta, aunque los colocan, con frecuencia, en el ojo de la tormenta.

¿Cuidados u oportunidades educativas?

Hace poco, dirigentes sindicales señalaban que “los niveles más bajos en los aprendizajes y los altos índices de repetición” se presentaban en las “escuelas cuyos alumnos pertenecen a hogares pobres o de extrema pobreza”, y al mismo tiempo marcaban sus reticencias ante las escuelas de tiempo completo como forma de mejorar los aprendizajes porque “no es cierto que supongan más horas de enseñanza”. “Los tiempos que insumen las ingestas diarias (desayuno, almuerzo y merienda) dejan casi la misma cantidad de horas que en una escuela común”, afirmaban. Lo que no parece estar en la ecuación es que las instancias de cuidados abren posibilidades infinitas de intercambio de saberes.

Otras reticencias podrían encontrarse en el hecho de que cuidar ha sido un trabajo tradicionalmente no remunerado y femenino. Aun hoy, el último Mapa de Género de Uruguay elaborado por el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo Uruguay, a partir de datos del INE, señala que mientras que la mujer trabaja 36 horas semanales no remuneradas y un promedio de 37 remuneradas, el hombre trabaja 19 horas semanales no remuneradas (casi la mitad que la mujer) y 44 remuneradas. O sea, mientras que la mujer adquiere maestrías en el ámbito de lo doméstico, el hombre las adquiere en el mundo de las interrelaciones sociales. Esa cultura patriarcal del trabajo posiblemente tenga como consecuencia una subvaloración de las tareas para las que antes “no se precisaba formación”, vinculadas a la reproducción de la vida. La invisibilidad del trabajo no remunerado de la mujer posiblemente esté también en la base de la lentitud con que nuestra sociedad se mueve hacia un camino de soluciones para las mujeres y, fundamentalmente, para la infancia y la adolescencia.

Estamos en un período de cambios importantes vinculados a la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados. Sería bueno tener en cuenta la cotidianidad de los uruguayos a la hora de diseñar su articulación con el sistema educativo.

Publicado en La Diaria 19-4-17

UN DEBATE CULTURAL QUE NOS HACE FALTA por Pablo Anzalone

Reglamentación sindical es mala palabra en nuestro país,  forma parte de los sueños reaccionarios fracasados, de las distopías (una palabra de moda lamentablemente) de  quienes no quieren ningún gremio y mucho menos un sindicalismo clasista e independiente de patrones y de gobiernos. Independiente pero no indiferente, como ha reiterado el PitCnt.

Si el argumento es asegurar servicios imprescindibles para la población cuya interrupción prolongada puede generar riesgos para la vida o la salud, está muy claro que la normativa actual prevee la declaración de esencialidad que ha sido usada (y abusada). Basta recordar la de la enseñanza.

En mi opinión el reciente paro docente por los episodios de violencia  en un liceo plantea un problema muy distinto a la reglamentación. Refiere a una discusión de culturas y estrategias.

En cuanto a estrategias, en un contexto donde hay muchos actores jugando fuerte para aislar a los sindicatos docentes y ponerlos como los malos de la película, parece raro  que éstos no consideren esta situación para definir formas de lucha que los fortalezcan en lugar de seguir debilitándolos. Las críticas de la ministra a los paros y de los gremios a la ministra, y de la oposición política a los gremios y al gobierno, más las ridiculizaciones de algunos periodistas que asignan al paro la intención de agrandar el “feriado largo”, se parecen a un sainete cacofónico, donde no es posible entrar en el tema de fondo. Para algunos el gobierno es un represor como la dictadura y para otros está claudicando ante los gremios.

Pero el paro no es el problema sino la violencia en centros educativos y sobre eso las propuestas han tenido poco destaque mediático.

En materia cultural, cabe señalar que la violencia en los escuelas o liceos no es un fenómeno aislado de otras manifestaciones como la violencia doméstica, la violencia de género y de generaciones. Recordemos la violencia contra las mujeres y los niños cuya expresión más extrema son los feminicidios e infanticidios. Como señalan los artículos de Lucía Vernazza y Adriana Cabrera en Dínamo 5 hubo 32 niños y adolescentes asesinados y 26 mujeres lo fueron en manos de su pareja o expareja, en 2015. Más de 31 mil denuncias por violencia doméstica en ese año y 1908 niños atendidos por situaciones de violencia (400 por abuso sexual) . Pero además un estudio de Unicef y Mides constata que 54 % de los niños uruguayos fue sometido a un método violento de disciplina en el mes anterior a la encuesta. Es claro que sufrir violencia reiteradamente aumenta las probabilidades de desarrollar conductas violentas en esta franja etárea y luego como adultos.Si agregamos las altas tasas de suicidios en adolescentes (11 cada 100 mil) y  la cifra todavía más impactante que 10% de los adolescentes intentó autoeliminarse, veremos otro de los efectos extremos de la violencia.

La violencia en los vínculos empezando desde el hogar forma parte de los grandes debates societarios. Como el que convocó Pepe Mujica el 19 de junio de 2012 hablando de la vida y la convivencia.  Sigo creyendo que fue de las pocas veces que se salió de la defensiva en materia de inseguridad ciudadana, de las recetas autoritarias y estigmatizantes, basadas en el miedo, para plantear un debate de los que importan realmente. Es una lástima que se haya reducido a siete zonas primero y luego desapareciera en este período de gobierno. Porque el problema  continúa.

En este tema de la violencia son necesarias políticas sostenidas  que podrían incluir talleres regulares entre dirección de los centros educativos, docentes, familias,alumnos y actores comunitarios, con recursos, tiempo, equipos interdisciplinarios. La jornada de reflexión convocada por el Consejo de Secundaria puede ser un muy buen inicio. La experiencia de las Mesas Locales de Convivencia y Seguridad Ciudadana ha sido buena. ¿Porqué no  contar para esos emprendimientos con los municipios y el entramado social en todo el país ?  En Montevideo los Consejos Vecinales que se eligen el próximo 30 de octubre son actores a incluir.  El sistema educativo no puede verse como un ente aislado. Insistamos en lo que es obvio: las familias y la comunidad son actores educativos. No hablamos de una iniciativa puntual sino una parte de la currícula, donde los participantes aporten sus miradas distintas, al diagnóstico local en primer lugar (las situaciones son diferentes) y a la construcción de políticas y planes locales.

Construir (¿recomponer?) la alianza entre docentes, familias y comunidad me parece un  objetivo fundamental. Los esfuerzos sociales, sindicales, gubernamentales, culturales, territoriales, tienen allí un espacio de articulación necesario.

Artículo publicado en Semanario Voces  28 de setiembre 2016

 

EDUCACIÓN: ¿PASAPORTE AL PARAISO O CHIVO EXPIATORIO? Por Pablo Anzalone

Hace tiempo que se multiplican los cuestionamientos al sistema educativo desde muy diversas tiendas. Hay quienes critican a los gremios docentes porque actúan corporativamente. Otros condenan a los docentes en general por no lograr buenos resultados en las pruebas Pisa, por sus ausentismos, por la baja calidad de su labor, por la falta de compromiso.

En la mayoría de los análisis los avances efectivos logrados globalmente o las experiencias innovadoras exitosas no ingresan siquiera en la consideración. Tan sesgadas son las críticas que más que un debate amplio podríamos hablar de una verdadera campaña. La discusión seria de los debes, de lo que falta, de lo que anda mal, de lo que hay que hacer, se resiente por la ausencia de una reflexión sobre los proyectos educativos. Todo parece reducirse a problemas de gestión y malos docentes. Intentaré polemizar con algunos de estos enfoques y señalar omisiones para fundamentar otro punto de vista, sin ingresar por razones de espacio en un análisis mayor del sistema educativo formal.

 

  • Concentrar las críticas en Secundaria y omitir toda referencia a Primaria o Preescolares es uno de los reduccionismos más fuertes . Las condiciones en que los niños egresan de la escuela no son analizadas como uno de los factores del fracaso en el primer ciclo, aunque la propia directora de Primaria ha sido muy clara al respecto. Ni se estudian las condiciones en que los niños llegan a Primaria, los cuidados y estímulos para el desarrollo que recibieron desde el nacimiento y durante la primera infancia. Lo que Uruguay Crece Contigo ha constatado con muchos indicadores duros, es decir, la pobreza infantil y todas sus consecuencias (¡33% de los niños menores de 2 años!!), el debilitamiento de la trama familiar en los cuidados, la malnutrición por déficit (retraso de talla respecto a la edad) y por exceso (sobrepeso y obesidad infantil). Ni siquiera consideran las parasitosis que llegan a un 70% de la población escolar en algunas zonas, afectando objetivamente su rendimiento. Falta en esas críticas una visión del ciclo de vida.

 

  • Concebir la educación como las acciones que se desarrollan entre las cuatro paredes de las escuelas y liceos es otro sesgo reduccionista. Responsabilizar en forma exclusiva a los docentes parte de una concepción donde el actor pedagógico es uno solo, el maestro o profesor. Ese imaginario representa a un docente actuando en solitario con un grupo de alumnos que aprenden lo que él enseña. No se concibe el trabajo en equipo para los docentes, aunque las experiencias más exitosas se caracterizan por haber construido ese tipo de labor. Quedan afuera de esa visión los estudiantes, como protagonistas y no meros receptores de conocimiento, las familias, la comunidad y el territorio, y los demás sistemas como el de salud y el de cuidados. Falta conocer a grandes corrientes pedagógicas que toman distancia de esa visión vertical y simplista de la educación, o mucho más cerca, la rica trayectoria de las escuelas experimentales de Las Piedras o Malvín. Estos sectores pueden ser actores pedagógicos importantes, o no, según el tipo de prácticas que desarrollen. No sólo por la evidencia obvia de que los niños aprenden las 24 horas del día, observan e interactúan con sus padres y familia, sino también porque sus pares, la barra, el barrio, el club, son escenarios fundamentales para los aprendizajes. O para la fractura social. Conforman dispositivos integradores o por el contrario desarticuladores del entramado societario. No se trata de minimizar la responsabilidad de los docentes sino de integrar a los demás responsables y ponerlos ante el desafío inexcusable de coordinar sus esfuerzos. Dicho con conceptos de Carlos Matus se requiere una planificación situacional donde las alianzas entre distintos actores son el componente principal.

 

 

  • La masificación de la educación media es una necesidad impostergable y un complejo desafío. De ser una opción reducida a quienes tenían condiciones intelectuales, económicas o sociales para “ascender” en la pirámide educativa, la enseñanza media pasó a aspirar a la universalidad. La cantidad de nuevos problemas que este horizonte plantea no pueden ser subestimados. Tampoco las posibilidades que abre para una perspectiva democratizadora de la educación y la sociedad. Pero está claro que ambas dimensiones no pueden ser asumidas por el sistema educativo aisladamente. Es ir a la guerra con un escarbadientes.

 

  • La separación entre educación y cuidados. Algunos discursos cuestionan que los centros de enseñanza cumplan tareas de cuidados. Esa separación tajante entre ambos planos es muy discutible conceptualmente y abona en el sentido del aislamiento de la labor docente. En las familias cuando una madre o padre alimentan, conversan o juegan con su hijo pequeño están cuidando y educando. En los CAIF o centros de educación inicial no sólo se cuida a los niños sino que también se los educa. En las escuelas y liceos junto al rol fundamental de educación hay una labor de contención y cuidados. El Programa de Alimentación Escolar es un ejemplo de cuidados y educación. Asumir esta articulación no implica dejar de analizar éxitos o fracasos pedagógicos. Es una combinación compleja e imprescindible en un contexto de masificación de la enseñanza primaria y media y en escenarios de fractura social y cultural.

 

  • La alianza educación-salud en los territorios es una de las claves del entramado de protección social. Tanto salud como educación son políticas sociales relevantes con fuertes estrategias universales en muchos aspectos interdependientes. Para cambiar el modelo de atención y desarrollar una APS renovada es imprescindible poner el énfasis en la educación, la promoción de salud y la prevención de la enfermedad. La enfermedad puede atenderse entre las cuatro paredes de los consultorios u hospitales, pero la salud se gesta en la comunidad. Promover hábitos saludables es un cambio cultural con muchos actores. El sistema educativo es uno muy importante. Más allá de la inclusión del tema en la currícula, hay muchas experiencias valiosas de trabajo conjunto entre escuelas, centros CAIF, liceos, UTU y las policlínicas de primer nivel del sector público (IM y ASSE). Hemos trabajado mucho impulsando esas articulaciones y mencionaré solo seis: formación de promotores juveniles y escolares de salud; educación en salud bucal en las escuelas; campaña por merienda saludable; prevención del Dengue; diagnóstico y tratamiento de parasitosis. En todas ellas se apostó al protagonismo de niños y jóvenes en relación con sus pares y familias. Por otro lado la salud de los niños (malnutrición, parasitosis, problemas en la visión, etc.) condiciona su rendimiento educativo. Señalemos también que a veces la medicalización es perjudicial como, por ejemplo, la medicación para déficit atencionales.

 

  • La recomposición de la alianza docentes-familias-comunidad. Las generalizaciones en la crítica a los docentes abonan hacia la desvalorización de su rol y la fractura de su alianza con familias y comunidad. Sin darse cuenta (o tal vez sí y ahí vale discutir los objetivos perseguidos), que no hay proceso educativo fecundo sin esa construcción pedagógica. También contribuyen a eso los enfoques más estrechos y las prácticas sindicales que desestiman ese diálogo, que no debe quedarse en la mera difusión de sus demandas ya que la comunicación debe incluir la capacidad de escuchar.

 

  • La articulación efectiva de demandas y colectivos diferentes en proyectos comunes es una de las claves, para generar lo que Laclau llama “la cadena de equivalencias” que permite luchar por la hegemonía. Por ejemplo, si pensamos el Sistema Nacional de Cuidados como una articulación de las demandas de cuatro colectivos, los adultos mayores dependientes, los discapacitados, la primera infancia y las mujeres sobre las cuales ha recaído exclusivamente la responsabilidad de los cuidados. La reducción de esta articulación a uno solo de los colectivos, a un grupo de demandas, subestimando u omitiendo a los demás, debilita al conjunto y a cada actor, en la procura del consenso social y cultural hegemónico. Cada perspectiva se fortalece por la alianza con las otras demandas, dándole al Sistema de Cuidados un sentido democratizador de la sociedad. Tengamos en cuenta que ningún sistema complejo puede desarrollarse sólo por la gestión de gobierno, sin luchas, consultas, compromisos, alianzas, en el tema específico y en la intersectorialidad. No es un camino de rosas sino un proceso complejo, que va a contrapelo de la “lógica del ajuste” frente a la crisis. Con más razón para no reducir la mirada ni el discurso.

 

 

Vivimos una sociedad que está cambiando. Venimos de un mundo donde las tareas rutinarias constituían la inserción laboral de las personas durante toda su vida. La educación, por lo tanto, podía limitarse a instruir a las personas para que cumplieran ese rol y aceptaran la distribución del poder correspondiente. De allí la hegemonía del tipo de educación que Freire llamaba “bancaria” como imagen de un depósito de conocimientos en recipientes vacíos. Todavía hay mucho de eso en este capitalismo tardío. Pero también es cierto que el mundo actual y sobre todo los desafíos de promover un desarrollo integral, humana y ambientalmente sustentable, plantea cada vez más requerimientos diferentes, donde la capacidad creativa, la posibilidad de proyectar, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, una socialización más democrática y emancipadora, son los temas fundamentales. Esto implica la decisión de una mayor inversión en educación, (en infraestructuras, materiales educativos, dignificación de la labor docente, creando las condiciones para el trabajo en equipo, la planificación y el vínculo con el entorno), prosiguiendo con un proceso de incremento importante de recursos que se inició en la década pasada.

Al mismo tiempo la educación debe recurrir a nuevos modelos pedagógicos, retomando una rica historia de heterodoxia, sin la figura del actor único, sino por el contrario con diversos actores potenciados y articulados entre sí. El sistema educativo debe reformularse para dar lugar a tiempos, espacios y relaciones educativas donde niños,niñas, jóvenes, docentes, familias y comunidad, articulen procesos de enseñanza/aprendizaje basados en su protagonismo.
Tal vez la imagen botánica de Deleuze de una sociedad rizomática, heterogénea, conectada, múltiple, sea la más ilustrativa de un objetivo posible y necesario.

¿Cómo generar nuevas oportunidades educativas y laborales para nuestros jóvenes? Por Pablo Anzalone

La propuesta del Gral Manini pone sobre la mesa un problema del país que debe ser preocupación colectiva. El Ejercito no es una institución educativa, ni de capacitación laboral, no es esa su función,no tiene condiciones para asumir ese tipo de tareas y no tiene sentido pensar  que pueda hacerlo.La discusión sobre la doctrina de la Defensa Nacional y el rol de las FFAA en ella, va por otros rumbos.

La vieja idea de que los jóvenes precisan disciplina y rigor, “mano dura” para encauzarlos está tan llena de prejuicios que no resiste ningún análisis serio.

Más que pensar el problema como “ni-ni”, una calificación estigmatizante que pone la responsabilidad en los jóvenes, hay que reflexionar sobre la incapacidad del Estado y la sociedad de generar  las oportunidades educativas o  laborales necesarias para una buena parte de los jóvenes.

 

Cuando el MTSS refiere en su alocución del 1ero de Mayo al programa de empleo juvenil, queda claro que falta un impulso fuerte a esas políticas  para que tengan mayor  impacto. En un año de aplicación de la ley solo  583 jóvenes fueron contratados y 326 tuvieron una experiencia formativa. Esa escasísima respuesta a un programa con beneficios para las empresas debe ser analizada y procurarse formas de lograr mejores resultados. Otro programa  como Yo Estudio y Trabajo tuvo  21000 jóvenes inscriptos pero solo 600 están trabajando.

Según el Reporte Uruguay 2015  la tasa de desempleo en jóvenes de 14 a 24 años es casi el triple ( 19,4%) que la de 25 a 29 años (7,7%). En las mujeres jóvenes dicha tasa alcanza a 23,9% frente a 16% en varones.

La calidad del empleo también se resiente en los jóvenes. Mientras el promedio nacional de personas ocupadas sin cobertura de seguridad social es 24,8 % en 2014 esa cifra sube a 28 % entre jóvenes de 18 a 24 años y a 91% de 15 a 17 años. Es una diferencia muy notoria, aunque puedan percibirse mejoras en la formalización comparando con 2006: 45% de informalidad en ocupados de 18 a 24 años y 94 % de 15 a 17 años.Cabe señalar también que la tasa de empleo juvenil  aumentó de 34,9 % en 2006 a 39,1 % en 2014.

 

Por otro lado cuando se habla de trabajo no se toman en cuenta las tareas no remuneradas de cuidados en el hogar. Entre los jóvenes que no estudian ni trabajan 64,7%  son mujeres y la mitad de ellas están realizando tareas domésticas no remuneradas .

La maternidad adolescente en contextos críticos es un factor determinante de que muchas jóvenes no puedan estudiar ni trabajar. La falta de proyectos de vida más amplios es una causa y también una consecuencia fuerte de las condiciones en que se desarrollan esas maternidades. Con una cobertura amplia de cuidados para los niños que nacen en estos hogares se podría incentivar una mayor participación de esas madres jóvenes en ciclos educativos o desempeños laborales. El Sistema Nacional de Cuidados podrá ser  una respuesta importante en este plano.

La ampliación de ofertas de capacitación que ha llevado adelante a UTU en estos años es un buen camino y el aumento de la matrícula constituye un indicador de la receptividad que  ha tenido. Experiencias como las de “Compromiso Educativo” han involucrado a “referentes pares” en el acompañamiento de situaciones de rezago, una metodología que podría reproducirse.Un amplio sistema público de becas para todos los niveles educativos sería una herramienta valiosa.

Se trata de combatir los prejuicios estigmatizadores o represivos y promover políticas integrales frente a las fracturas sociales, económicas, culturales,territoriales, etarias. Todas estas dimensiones de las fracturas interaccionan. El sistema educativo es un protagonista de esas políticas, asumiendo la complejidad de la masificación en la enseñanza media, pensando junto con otros ese desafío.La comunidad, el entramado barrial, las redes culturales,deportivas, las familias, también pueden ser un actor importante de esas políticas, o no, según sean sus prácticas. Romper los estereotipos sexistas sobre el rol de mujeres y hombres y sus opciones de vida posibles,es parte de esa batalla cultural.

Priorizar la situación de la infancia y adolescencia, corregir los programas que no están dando los resultados esperados, potenciar los que sí aportan, apostar a las políticas universales,innovar con políticas sociales integradoras, son la mejor respuesta para asegurar la protección social necesaria y los derechos que hoy no se cumplen para nuestros niños y jóvenes.

 

 

 

 

¿QUÉ SISTEMA EDUCATIVO QUEREMOS?

Por Jorge Bentancur

Sobre el ADN de la Educación

Podemos preguntarnos: ¿las formas habituales de la enseñanza en nuestro sistema educativo formal generan autonomía o dependencia del docente?
¿Generan actitud pasiva o es posible que el estudiante participe de alguna manera en la definición de los objetivos del trabajo educativo que se va a realizar?
¿Trabajamos con formas, contenidos, mecanismos rígidos o flexibles que pueden ser adecuados a las necesidades concretas de aquellos que están participando de ese proceso? ¿Se acentúa el trabajo individual o el trabajo en equipo? ¿Se estimula la iniciativa, la creatividad?
¿O buscamos que haya una repetición de ciertas cosas que se ven más o menos en forma regular y si escapa de eso entendemos que no se hizo correctamente el trabajo asignado? ¿Los errores son penalizados o son tomados como fuente de aprendizaje?
Yo creo que son todas preguntas que podemos hacernos para tratar de analizar que está pasando con nuestro sistema educativo formal.

MODELOS EDUCATIVOS

Aunque en la realidad existen muchas concepciones pedagógicas, se las puede agrupar en tres modelos fundamentales que no se han dado nunca químicamente puros, sino un tanto entremezclados.

1.- Educación que pone el énfasis en los contenidos. Corresponde a la educación tradicional, basada en la transmisión de conocimientos y valores de una generación a otra, del profesor al alumno, de la élite “instruída” a las masas ignorantes. El profesor, “el que sabe” DEPOSITA conocimientos al que “no sabe”, el educando. Por eso se le denomina educación BANCARIA. Es el que predomina en la educación formal.
La educación bancaria dicta ideas, no hay intercambio de ideas. No debate o discute temas. Trabaja sobre el educando. Le impone una orden. No le ofrece medios para pensar auténticamente, porque al recibir las fórmulas dadas, simplemente las guarda.

2.- Educación que pone el énfasis en los efectos. Corresponde a la llamada “ingeniería de comportamiento” y consiste esencialmente en “moldear” la conducta de las personas con objetivos previamente establecidos. Sus diseñadores cuestionaban al tradicional método libresco por poco práctico; porque no lograba un verdadero aprendizaje en poco tiempo; por lento y caro. Y por ineficaz; el educando repite y después olvida.
La PERSUASION es un concepto clave en este modelo. Ya no se trata, como en el anterior, solo de informar e impartir conocimientos, sino sobre todo de convencer, de manejar, de condicionar al individuo, para que adopte la nueva conducta propuesta. Este método de educación llamada también MANIPULADORA no favorece al desarrollo del raciocinio. No contribuye al desarrollo de la creatividad y de la conciencia crítica.

3.- Educación que pone el énfasis en el proceso. Destaca la importancia del proceso de transformación de la persona y las comunidades. No se preocupa tanto de los contenidos a ser comunicados ni los efectos en términos de comportamiento, cuanto de la interacción dialéctica entre las personas y su realidad; del desarrollo de sus capacidades intelectuales y de su conciencia social. Ya no se trata pues de una educación para informar sino que busca FORMAR a las personas y llevarlas a TRANSFORMAR su realidad. Enfatizar en el proceso es ver la educación como un proceso permanente, en que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento. Objetivo: que el sujeto piense.

RETENEMOS LO APRENDIDO:

10%………..de lo que oímos
15%………..de lo que vemos
20%…………de lo que vemos y oímos
80%…………de lo que experimentamos activamente
90%…………de lo que enseñamos

EDUCACION Y SALUD

Los Usuarios de Salud del Cerro construyen una nueva organización social que transita un proceso participativo y se destaca por ser un espacio horizontal, democrático, transparente y autónomo, que tiene un alto componente educativo.
En marzo del 2005 llega el cambio de autoridades en el gobierno nacional, y el MSP propone cambios en el modelo de gestión: cambios en el modelo de atención y cambios en el modelo de financiamiento. Se le ofrece un espacio de participación a los usuarios en el Consejo Consultivo para la creación del SNIS, algo que hasta el momento no existía.
Es en esta coyuntura que el Plenario del Concejo Vecinal 17 aprueba el 3 de abril del 2005 por unanimidad la idea de convocar a formar una organización de los usuarios de salud de todo el país.
El 30 de abril se realiza la 1ª Asamblea Representativa de Usuarios de Salud Pública y Privada del Zonal 17, con participación de más de 100 vecinos.
En esa Asamblea se decide recorrer todas las subzonas del zonal 17: Santa Catalina, Casabó, Pajas Blancas, Cerro Norte, La Boyada, Cerro Oeste, Casco, Tres Esquinas y Tito Borjas. No solo para elaborar un diagnóstico y estudio de factibilidad, sino para tomar decisiones junto con los vecinos.
Se trabajó en la modalidad de taller con papelógrafos:
• ¿Qué más hay que hacer? Proyectos de aprendizaje y preparación para la nueva situación. Transición hacia un “nuevo modelo de salud”.
• ¿Qué más hay que saber? Intercambio de saberes y nuevos aprendizajes. Capacitación y formación.
• ¿Cómo comunicarnos mejor? Sistema de comunicación y transferencia de información. Red activa por la salud integral.
• ¿En qué forma concretar todo esto? Gestión, estructura y metodología de la organización de usuarios de servicios de salud.

Se expuso el trabajo realizado en cada grupo, poniendo en común todo lo producido, y comentando las coincidencias y aportes.
Luego de las reuniones en los barrios, el 27 de agosto de 2005 se realiza la 2ª Asamblea de Usuarios de la Salud Pública y Privada del Zonal 17. Allí las personas que están participando de estas reuniones en los barrios, ponen en común las producciones elaboradas en cada barrio para que, en la integración y como resultado, se obtenga una aproximación más ajustada de la realidad en la cuestión de la salud en el Zonal 17.
El 8 de julio de 2006, se realiza la 3er Asamblea de Usuarios de Salud del zonal 17 para elaborar un Plan para mejorar la calidad de vida en el zonal, con sus correspondientes Programas y Proyectos.
El Plan “SALUD DERECHO DE TODOS” fue elaborado con las ideas planteadas por los vecinos en los Talleres que se realizaron en los barrios y en las Asambleas de Usuarios de Salud. Uno de los Proyecto “Mi Cerro sin drogas” , llegó a convocar a 700 personas en una jornada entre niños, adolescentes y adultos, pero siempre trabajando en forma participativa en grupos chicos. Tratamos de evitar largos discursos aburridos, desestimulamos las actitudes individuales y apostamos a construir colectivamente.
Es importante entender que esto es un proceso con un desarrollo sostenible en el tiempo. Avanzar teniendo el norte claro, por eso no hay acciones aisladas, todo tiene una continuidad y una coherencia. Tenemos que generar acciones que logren experimentar valores positivos.
Si vemos que hay una estrecha relación entre educación y participación comunitaria en salud; y que hay una serie de capacidades, de actitudes, de valores, de habilidades que es necesario desarrollar, la pregunta es: ¿cómo se logra?
Seguramente no solo por la transmisión de contenidos. No es posible aprender solidaridad, tolerancia, respeto mutuo; no es posible que uno logre desarrollar su iniciativa, su creatividad sino a través de vivenciar, en otras palabras, a través de experiencias educacionales comunitarias. Tiene que ser una educación que parta de problemas concretos, las cosas que se están viviendo todos los días, a través de un proceso de compartir con otros esas vivencias.
En más de 10 años de existencia ha pasado mucha agua bajo el puente, y hemos mantenido una coherencia de democracia participativa, que difiere de otras experiencias que son solo de carácter delegativo. Facilitar la participación de los usuarios en los cambios no es solamente poner un delegado en el directorio de ASSE y en la JUNASA.
Esta herramienta organizativa es a la vez una herramienta educativa que pone énfasis en el proceso.
Para que este nuevo modelo de salud sea viable necesitamos personas capaces de entender, de vivir y de practicar los principios de solidaridad, de responsabilidad, de tolerancia, de pluralismo. Personas que sean guardianes de su propia salud y de los demás, que sean capaces de desarrollar ciertos valores y cambios de hábitos. Que sean capaces de asumir responsabilidades en el cambio de modelo de gestión y llevarlas delante de forma creativa, con iniciativa; necesitamos personas que no estén esperando respuestas de otros.
Esto requiere capacidad de análisis, de toma de decisiones, habilidad para la relación interpersonal, apertura al cambio.
¿Porqué participar en salud? En la medida que se invierta más tiempo y recursos en mantener la salud, vamos a gastar menos tiempo y recursos en combatir la enfermedad.
Entendemos la participación del Movimiento de usuarios como un proceso que adquiere protagonismo en el control sobre los recursos y situaciones sociales anteriormente incontrolables.
Alguien dijo que “pagar a un cirujano por cada intervención realizada sería como pagar a los militares por cada guerra declarada”. Las mejores victorias no se logran a través de las batallas sino evitando las mismas. Preferimos mejorar la calidad de vida y no enfermarnos. Los sistemas de salud, tal como están, resultan poco eficaces para mantener la salud de la población. El cambio de modelo de atención es el gran debe. Los usuarios ayer excluidos o tratados como un objeto o mercancía, estamos presentes hoy para jugar un rol protagónico en cambios sin precedentes.
Pasar del usuario-paciente a un usuario sujeto de derecho y responsable de sus obligaciones, eso requiere educarse. Prepararse para interactuar no solo con el sector de la salud, sino con los sectores de la educación, la vivienda, los municipios, desarrollo social y otros. Nos exigimos primero a nosotros mismos como organización de usuarios y exigimos una acción coordinada de todos los actores pertinentes para lograr calidad de vida.
Hace 10 años que fundamos la Red de Primera Infancia del zonal 17 y Municipio A, proponiendo programas destinados a los niños de 0 a 4 años, y sobre todo en el primer año de vida, para llevar adelante una acción integral con esa franja de edad que de 4000 nacimientos el 57 % son en hogares pobres. Entonces los usuarios tenemos que exigir al INAU, al Ministerio de Desarrollo y al Ministerio de Salud coordinar acciones, buscar los recursos humanos y materiales para implementar políticas de desarrollo social y lograr los resultados anhelados. Los niños de hoy son el futuro del mañana. Y mañana es demasiado tarde.
Estamos describiendo un nuevo rol del usuario, un cambio de mentalidad y una nueva forma de relacionarse entre nosotros y con los otros actores. Entonces podríamos decir que para el movimiento de usuarios de salud es absolutamente vital, tanto por razones filosóficas como estratégicas, el desarrollo de las capacidades y de las potencialidades de los recursos humanos.
No puede haber avances sustantivos de ningún Movimiento de Usuarios de Salud sin el desarrollo de las personas que lo integran.
Cuando decimos por razones estratégicas, nos referimos a que el movimiento no está planteado para quedarse en algunas experiencias de tipo testimonial, sino que quiere crecer, desarrollarse, tener un mayor impacto en toda la sociedad.
La metodología tiene que partir también de un determinado tipo de relación pedagógica que tenga algo que ver con los valores que se intenta desarrollar. No podemos pretender generar actitudes de autonomía, de capacidad, de autogestión, de independencia si la relación que se entabla en el proceso educativo es de carácter autoritaria. Tiene que ser de carácter horizontal.
Por todo esto estamos convencidos que la Organización de Usuarios de Salud además de ser una herramienta clave para los cambios en Salud es sin lugar a duda un movimiento educativo.

Pablo Martinis cierra la mesa sobre las prioridades de la agenda social

Respuesta de Pablo Martinis cerrando la mesa sobre prioridades de la agenda social del ciclo de debates, La crisis del capitalismo, una mirada de izquierda. Compartío la mesa con Lilián Celiberti y Roberto Elissalde el 24 de setiembre de 2015 en La Huella de Seregni. El evento está siendo organizado por el Colectivo El Taller, el Movimiento Alternativa Socialista, Izquierda Programática (Casa Grande) e independientes.

Pablo Martinis habla sobre educación durante la segunda mesa del ciclo de debates

El 24 de setiembre de 2015 se realizó la segunda mesa del ciclo de debates La crisis del capitalismo, una mirada desde la izquierda, destinada a la agenda social. Participaron también Lilian Celiberti y Roberto Elissalde. Moderó el periodista Luis Rómboli.