En las primeras décadas del siglo XXI Latinoamérica experimentó procesos de democratización y avances sociales que influyeron positivamente en la salud (OPS 2017). Pese a ello muchos territorios no lograron los resultados necesarios para la universalizacion de ese derecho. La crisis mundial del 2008 y luego la de 2015, produjeron estancamiento y retrocesos en el plano social y económico de la región, de la mano de ofensivas neoliberales en lo económico y/o oscurantistas en lo cultural/ideológico. Al mismo tiempo se dieron procesos globales como el incremento del hambre en el mundo en una reversión de las tendencias tras un prolongado descenso (FAO, OMS, UNICEF 2018). En varios paises de la región se están produciendo aumentos de la pobreza, desregulación laboral, debilitamiento de las políticas sociales y de la protección social. Existen también nuevas amenazas de aumento de las desigualdades, racismo, xenofobia, violencia de género y generaciones, incremento de los discursos de odio y segregación.
Los desafíos que se fueron construyendo en los debates internacionales y nacionales sobre la salud incluyen aspectos relevantes como : la renovación de la Atención Primaria en Salud (OPS 2005), las Recomendaciones de la Comisión de Determinantes Sociales de la OMS(OMS 2007), la Agenda de Salud para las Americas 2008-2017 (OPS 2007) , las Redes Integrales de Servicios de Salud (OPS/OMS 2008), el fortalecimiento de la Promoción de Salud (OPS 2018). En materia de reducción de las inequidades ningún sistema sanitario puede desconocer los Derechos de los Pueblos Indígenas(NU 2007), Convenio 169 OIT(1989), la discriminación hacia la mujer (NU 1979) y la Convención de Belem Do Pará (OEA 1994) sobre Equidad de Género.
Si bien este marco conceptual internacional debería orientar las iniciativas hacia un Derecho Pleno de la Salud, los contextos políticos y económicos han generado muchas veces procesos negativos para los sistemas de Salud .
Los modelos de Gestión, Financiación y Atención a la Salud en el continente enfrentan una serie de problemas graves :
a) Organización fragmentada e inadecuada de la Red de servicios.
b) Debilidad en la Rectoría de los Ministerios de Salud.
c) Una concepción de salud de énfasis biológico e individual, que se traduce en programas verticales o Paquetes Básicos, con enfoque curativo, sin prevención.
d) Visión epidemiológica que privilegia el daño sobre el enfoque de riesgo y subestima los factores socioculturales y ambientales determinantes.
e) Formas de planificación normativa estandarizada sin un enfoque situacional, ni participación social democratizadora, que no se adecua a las necesidades territoriales.
f) Formación de Personal de Salud con paradigma biomédico y metodologías centradas en la especialización y el trabajo individual, más que en el trabajo de equipo y las relaciones horizontales con usuarios y comunidad.
g) Retrasos importantes de la inversión necesaria en salud.
h) Debilidades en la articulación intersectorial para el abordaje integral de la salud. Enfoque restringido de las relaciones entre salud y medio ambiente.
i) Persistencia de discriminaciones culturales, económicas, sociales, territoriales, de género y generaciones.
La creación del Sistema Nacional Integrado de Salud en Uruguay fue una de las principales reformas promovidas desde el gobierno progresista en 2005 que sumó con un abanico de actores como los movimientos sociales, sindicatos de la salud, Central de Trabajadores (Pit-Cnt), sectores profesionales, usuarios organizados y organizaciones de jubilados y pensionistas.
A 13 años de su inicio existen grandes avances pero también importantes desafíos que requieren respuestas sistémicas e innovadoras que aborden integralmente los problemas sanitarios.
Ocho Claves para avanzar en el Sistema Nacional Integrado de Salud
1) Fortalecer la intersectorialidad territorial afirmando alianzas entre servicios de salud, centros educativos, gobiernos locales y comunidades.
2) Promover la participación social territorial con Planes Locales de Salud construidos de forma participativa, coherentes con los Objetivos Sanitarios Nacionales.
3) Estimular la formación de Redes de Salud fuertes en la prevención y promoción.
4) Reordenamiento territorial del Primer Nivel de Atención con unidades PNA/población articulando los distintos efectores.
5) Asignar presupuestos adecuados para el rol central del PNA y la estrategia de APS.
6) Potenciar la rectoría del MSP y JUNASA con mejores sistemas de información y fiscalización. 7) Universalizar la cobertura completando el ingreso de la población al Seguro Nacional de Salud.
8) Incorporar la perspectiva de género, el enfoque ecosistémico, los elementos socioculturales y multiculturales en las políticas de salud.
Referencias bibliográficas
– FAO, OMS, UNICEF, FIDA, PMA (2018). El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en
el mundo. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Roma
– Naciones Unidas (1979)Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
– Naciones Unidas (2007) Derechos de los Pueblos Indígenas
– OEA (1994) Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
– OMS (2007) Recomendaciones de la Comisión de Determinantes Sociales de la OMS.
– OPS.(2005). Declaración regional sobre las nuevas orientaciones de la atención primaria de salud .
– OPS (2007) Agenda de Salud para las Americas 2008-2017. Washington, DC
– OPS/OMS (2008) Redes Integrales de Servicios de Salud. Washington, DC
– OPS (2017). Salud en las Américas. Resumen: panorama regional y perfiles de país. Washington, DC.
– OPS (2018) URUGUAY:Aportes para la construcción de una estrategia regional de Promoción de la Salud
– OIT (1989) Convenio C 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
[1]Ponencia presentada al Congreso sobre “Sistemas de Salud” de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia
[2]Integrantes del Instituto de Formación Sindical de la Federación Uruguaya de la Salud