PROTEGER A NUESTRA INFANCIA por Pablo Anzalone

Artículo publicado en EL DIARIO MEDICO N.º 248 Noviembre 2021

La mayor vulneración de derechos en la primera infancia es un fenómeno que viene desde hace tiempo. Llegamos a tener 40% de la población del país bajo la línea de pobreza luego de la crisis del 2002 y en ese momento la pobreza en niñas y niños pequeños alcanzaba al 60 %. Las políticas aplicadas desde 2005 permitieron abatir estas cifras hasta 8% de la población general en situación de pobreza y 16% de la población infantil. Esta mejora sustancial en materia de pobreza e indigencia no surge de ningún derrame natural del crecimiento económico sino del fortalecimiento de la protección social a través del Plan de Equidad (en particular la asignación familiar), la ampliación del Plan CAIF, programas de cercanía como Uruguay Crece Contigo y otras medidas como la educación pre escolar desde los tres años. En materia de salud el programa de atención a la infancia se fortaleció y se generaron metas prestacionales referidas al tema para incentivar el cumplimiento de objetivos por parte de las instituciones de salud.

A pesar de estas mejoras en la situación social, las vulnerabilidades diferentes subsistieron no solo en relación con la población infantil sino también respecto a otras poblaciones como las personas afrodescendientes y marcadamente por territorios donde la desigualdad se concentra.

La crisis sanitaria, económica y social que golpeó al mundo en 2020 produjo un agravamiento de las desigualdades (BID 2020i) . Eso se sumó al predominio en nuestro país de políticas gubernamentales que priorizaron el déficit fiscal antes que atender a las consecuencias de la crisis en los sectores mas vulnerables. Una orientación a contramano del mundo entero que aumentó sus inversiones para evitar los peores impactos de la pandemia en materia socio-económica.

Tendremos cien mil nuevos pobres predijo el Instituto de Economía (IECON) a mediados de 2020, si no hay políticas que protejan a esa población. No las hubo en las dimensiones necesarias y eso significó que los datos del Instituto Nacional de Estadisticas (INE) en 2021 confirmaron las estimaciones del IECON de 2020. Más de 35 mil de esos nuevos pobres son niños y niñas. Hubo mas de 30% de aumento de la pobreza (que pasó a 11,5 % de la población) en un solo año.

Es imposible dejar de considerar los efectos en materia de salud del deterioro económico y social.

La pandemia no generó solo una crisis sanitaria sino también potenció una crisis económica y social, con fuerte afectación en dimensiones como la alimentaria, la salud mental y los vínculos. La priorización unilateral de la Covid 19 como estrategia sanitaria determinó asimismo una interrupción de controles de embarazos, programas de seguimiento en primera infancia, controles cardiovasculares y de cáncer y programas de prevención o detección temprana de muchos problemas de salud.

Los recién nacidos fueron afectados particularmente . Según estudios iide un equipo de docentes e investigadores de Facultad de Medicina en el Hospital Pereira Rossell la prematurez pasó de 12,2% de los nacimientos al 14,5 %, el bajo peso al nacer pasó de 9,8% a 12% y el tamaño pequeño para la edad gestacional de 5,5% a 6,9%, comparando cifras de 2019 con las de 2020.

Las conclusiones de Leonel Briozzoiii y su equipo muestran las consecuencias a corto, mediano y largo plazo del entorno desfavorable para el embarazo, que producen una reprogramación epigenética del feto ante ambientes adversos. El aumento en los partos prematuros y el bajo peso es grave y está vinculado con los efectos socio-económicos y el estrés generados por la pandemia, que tuvieron impactos “absolutamente devastadores en el proceso reproductivo” (Briozzo 2021). Si no se corrigen los factores vinculados a las condiciones de vida, existirán mayores riesgos de desarrollar enfermedades crónicas a lo largo de la vida de estos niños, denunció Briozzo.

Hace pocos días un artículo de La Diaria recogió la visión de Gabriel González (director de la Cátedra de Neuropediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, ex integrante del Grupo Asesor Científico Honorario GACH) sobre los efectos secundarios ocasionados en los niños derivados de las circunstancias vinculadas a las medidas tomadas durante la pandemia, que afectan a los más vulnerables. Gonzalez destacaba en esta entrevista el aumento de situaciones de depresión o ansiedad, la disminución de los controles con pediatras y el menor contacto con maestras y educadores y factores más generales como la pobreza y la inseguridad alimentaria. En la gestación y en los primeros 1000 días de los recién nacidos se forma el cerebro. La alimentación, los cuidados, los estímulos en esa etapa de la vida son claves para el desarrollo posterior, enfatizóiv.

La situación alimentaria y nutricional es preocupante. La Red de Municipios y Comunidades Saludables abordó el tema en talleres abiertos en 2020 y en un Seminario realizado en 2021 como parte del Espacio de Formación de Promotores Sociosanitariosvvi. Como señaló allí Victoria Miqueiro de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas vii50% de los niños presenta un peso mayor al adecuado. El retraso de talla en relación con la edad paso de 5% en 2013 a 7% en 2018. También aumentó el sobrepeso, la diabetes y la anemia en mujeres embarazadas. Mas del 90% de la población no consume la cantidad de frutas y verduras recomendadas.

Gastón Ares y Alejandra Girona del Núcleo Interdisciplinario de Alimentación y Bienestar de la Universidad de la República presentaron en este Seminario cifras significativas de la crisis alimentaria:

1 de cada 6 hogares con niños, niñas y adolescentes experimentaba inseguridad alimentaria grave o moderada en setiembre de 2020. Casi 3 de cada 10 menores de 2 años presentan anemia. Cuatro de cada 10 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 12 años presenta sobrepeso u obesidad. No es una malnutrición que afecte solo a los niños, 6 de cada 10 adultos presenta sobrepeso u obesidad.

Estamos hablando del acceso a alimentos en cantidad suficiente y de calidad adecuada. En ambos aspectos hay un déficit importante con múltiples consecuencias.

Junto al incremento de la pobreza sufrimos en América Latina una ofensiva comercial que ya tiene varias décadas, por parte de una decena de grandes compañías multinacionales de producción de alimentos con altos contenidos de sodio, grasas y azúcares. La OPS estudió este incremento del consumo de productos con impactos perjudiciales para la salud. Surge de estas investigaciones que en toda América incidió este fenómeno y que Uruguay es uno de los países donde este aumento fue mayor. Las políticas de etiquetado por excesos para informar y alertar a la población respecto a estos productos fueron una respuesta a esta situación crítica en varios paises contando con el apoyo técnico de OPS. En Uruguay costó casi un quinquenio alcanzar la aprobación de esta norma. En la implementación sus criterios técnicos fueron modificados a la baja en 2020 para exonerar productos sin fundamentos científicos para ello. Hoy la norma está vigente pero no existen campañas de sensibilización que estimulen la comprensión por la población consumidora y procuren decisiones mas saludables en materia alimentaria.

La crisis vinculada a la pandemia y las respuestas a la misma, incidieron en un escenario que ya era complejo, donde la erradicación del hambre y el derecho a la seguridad alimentaria y nutricional estaban lejos de alcanzarse. En 2020 sufrieron hambre 768 millones de personas en el mundo, 118 millones de personas más que en 2019 (14 millones más en América Latina). La inseguridad alimentaria (moderada o grave) aumentó solo en 2020 lo mismo que los cinco años anteriores juntos.

Casi una de cada tres personas (2370 millones) fue privada del acceso a alimentos adecuados, aumentando casi 320 millones de personas en solo un año. Estamos hablando de 12% de la población mundial que sufrió inseguridad alimentaria grave en 2020.

En muchos países la solidaridad surgió desde la sociedad y los sectores populares ante la situación críticaviii. En Uruguay la creación de más de 700 ollas y merenderos populares fue una respuesta solidaria y colectiva a la crisis alimentaria, en condiciones de pandemia y de deterioro social. El entramado comunitario dio muestras de una gran fortaleza y de su apego a valores solidarios y de acción colectiva, con escasos apoyos del Estado ix.

La acción comunitaria no es nueva en Uruguay, forma parte de sus mejores tradiciones en salud (un ejemplo son las policlínicas comunitarias) y en muchas otras áreas.Jorge Bentancur de la Organización de Usuarios de Salud del Oeste relata cuando en 2006 nacía como prioridad de los vecinos la Red de Primera Infancia integrada por Centros Educativos y de salud del territorio. En esta zona se producían 34% de los nacimientos de Montevideo y 10% de los nacimientos del país, con cifras de pobreza muy superiores al promedio nacional (60% de los hogares estaban bajo la línea de pobreza). Bentancur transmite como fueron asambleas de vecinos que definieron prioridades y elaboraron un Plan de Salud, dentro del cual la primera infancia ocupaba un lugar relevante. Ese trabajo en Red, significó una forma de potenciar los esfuerzos que se realizaban desde los centros de atención a la primera infancia, las policlínicas y actores locales, coordinando, denunciando, reclamando y proponiendo para mejorar la atención. Una y otra vez los usuarios organizados y los actores locales llamaron a las autoridades para ampliar la Red de CAIF y llegar a más niños. Durante la pandemia continuaron funcionando por via zoom haciendo un seguimiento de las situaciones existentes y las respuestas a dar. Hoy se movilizan para evitar el retiro de los planes sociales del Mides, en momentos en que la sociedad los necesita más que nunca.

En lugar de replegarse la protección social por parte del Estado debe profundizarse con carácter universal y con énfasis en las poblaciones mas vulneradas en sus derechos. Un ejemplo de ello es el Plan ABC de la Intendencia de Montevideo. Dentro de ese plan la Intendencia de Montevideo está desarrollando un Programa de Apoyo Alimentario (PAA) destinado a responder a las situaciones de malnutrición por déficit en embarazadas y niñas o niños menores de tres años detectados por la labor de las policlínicas IM. Las familias captadas por estas policlínicas que tienen una larga trayectoria de trabajo comunitario, son vinculadas al PAA que incluye seguimiento mensual de salud, educación nutricional, facilitar el acceso a las prestaciones sociales y un apoyo monetario para la compra de alimentos. El equipo técnico coordinador tiene un amplia experiencia y el apoyo del Nucleo Interdisciplinario de Alimentación y Bienestar de la Udelar es un elemento importante que refuerza al programa. La detección de casos de desnutrición en esta población es un hecho grave desde el punto de vista sanitario y social, previsible por el incremento de la pobreza, pero alarmante como síntoma de una situación crítica. No por las cifras que irán evolucionando dentro del proceso de implementación y refieren a la población que se atiende en los servicios departamentales, sino porque son la punta de un iceberg mucho mayor, que requiere mediciones en todo el país y sobre todo soluciones, respuestas concretas.

i BID (2020) . La crisis de la desigualdad: América Latina y el Caribe en la encrucijada / editores, Matías Busso, Julián Messina. (Monografía del BID ; 837) Banco Interamericano de Desarrollo.

iiCovid-19 y consecuencias de las medidas sanitarias: nacimientos prematuros aumentaron 21% en población vulnerable entre marzo y setiembre de 2020 | la diaria | Uruguay

iiiEl efecto de la pansindemia en el proceso reproductivo: el caso uruguayo | la diaria | Uruguay

ivEl neuropediatra Gabriel González advierte que urge invertir en la primera infancia para mitigar el impacto de la pandemia | la diaria | Uruguay

vSeminario RED MCS 29.07.21 – YouTube

viSeminario RED MCS 22.07.21 – YouTube

viiConferencia de Victoria Miqueiro de AUDYN. – YouTube

viiiRED SOLIDARIA DEL BARRIO LAVALLEJA. – YouTube

ixTestimonios de Ollas del Oeste de Montevideo – YouTube , ROSALIA RODRIGUEZ de la Olla y Merendero SUMANDO ESPERANZAS del barrio Federico Moreira de SALTO. – YouTube

DEBES Y HABERES EN LA SALUD DE NIÑOS Y NIÑAS EN ESOS 15 AÑOS por Adriana Peveroni

Para cualquiera que peine canas y lleve unos años trabajando en el área de la salud en nuestro país no hay modo de negar los avances y mejoras que ha constituido la reforma de salud llevada adelante en el primer gobierno del Frente Amplio (FA). Si además uno es pediatra, el cambio es aun más evidente y fue palpable desde el primer momento. Previo a esta reforma, la atención en salud a los niños y adolescentes uruguayos era muy desigual y distaba mucho de ser óptima. Si bien existían prestadores públicos y privados que teóricamente cubrían las necesidades sanitarias de esta población, en los hechos crudos y duros esto no era así. A nivel de las IAMC (mutualistas, en la jerga común) se atendía a un número pequeño de niños y adolescentes, aquellos que vivían en hogares en los cuales podía pagarse la cuota mutual, onerosa para la mayor parte de la población. Otros se atendían a nivel de salud pública, con presupuestos históricamente magros, con carencias en lo edilicio y en la oferta de horas de atención médica, lo que en los hechos significaba que se controlaba a gatas a los niños hasta el año de vida, y se los asistía mayoritariamente cuando cursaban alguna enfermedad importante, en hospitales muchas veces desbordados. La atención distaba de ser integral y, mucho menos, equitativa.

Cualquiera que haya trabajado en la salud durante los años 2002, 2003, 2004 recordará puertas de emergencias hospitalarias colmadas, hasta el punto de ver a dos pacientes por camillas; hojas y hojas de niños por asistir acumulándose, resolviendo lo de un paciente y recibiendo a dos más; familias que no podían pagar un prestador integral (IAMC) para sus hijos y que optaban por afiliarlos a algún sistema de asistencia parcial (móvil) para tener cubierta la atención de urgencia y, si era necesario, acudían al hospital. Recordará también, en alguna oportunidad, haber trasladado a un niño a una puerta de emergencia hospitalaria para asegurarse de que recibiera las recetas para retirar un antibiótico, que de otro modo no podría comprar. También recordará los carnés de asistencia, indispensables para atenderse en salud pública, gratis y arancelados. Así como los magros sueldos de médicos, enfermeros, auxiliares de servicio, tanto, y sobre todo, a nivel público como privado, mutualistas que cerraban, generando desempleo y desamparo a sus socios, así como multiempleo.

La relación del gasto en salud entre el subsector privado y el público en ese momento era de tres a uno a favor del primero.

Los cambios ocurridos en 2007 con el nuevo Sistema Nacional Integrado de Salud

En 2007, al implementarse la reforma, se creó el Fondo Nacional de Salud, que sustituyó y amplió a la antigua DISSE. Están comprendidos en él todos los trabajadores, públicos y privados, y sus hijos de hasta 18 años, pudiendo optar por atenderse en los prestadores públicos o privados.

A su vez, se determinaron a través del Programa de la Niñez del Ministerio de Salud Pública y mediante la Meta Asistencial 1 los ítems mínimos a realizar en el control del embarazo, durante el parto y en el primer año de vida, aspectos que se controlan mediante indicadores preestablecidos, de cuyo cumplimiento depende parte del pago que reciben los prestadores por cada usuario comprendido en estas metas.

El ingreso de 300.000 niños y adolescentes de hasta 18 años en el año 2007-2008 en el subsector privado, así como la exigencia del cumplimiento de la meta 1, motivaron, entre otras cosas, que los pediatras pasáramos de trabajar principalmente a nivel de emergencias móviles y en las puertas de emergencias a ser profesionales muy requeridos, porque a partir de la reforma se debió cumplir con la real asistencia de todos los niños, niñas y adolescentes. Hubo entonces que aumentar la disponibilidad de policlínicas, garantizar el primer control de los bebés antes de los diez días de nacidos, controlar en domicilio a los recién nacidos de riesgo, asegurar la promoción de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y apoyar a las madres que amamantan, así como promover las buenas prácticas de alimentación y de crianza.

Para ello se contó y se cuenta con los programas Uruguay Crece Contigo y Cercanías en el apoyo a las familias de mayor vulnerabilidad.

El presupuesto en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en los últimos 15 años aumentó de tal modo que fue disminuyéndose la brecha entre gasto público y privado por paciente, y hoy el gasto por usuario a nivel público es de 0,8 en relación con el gasto por usuario a nivel privado. La migración de parte de la población usuaria hacia el subsector privado también aligeró al sistema público, permitiéndole brindar una atención más adecuada.

Se realizaron fuertes inversiones a nivel de ASSE, mejorando la infraestructura tanto del primer nivel de atención como a nivel hospitalario, aumentando el número de horas disponibles para la atención en el primer nivel de niños de cero a 18 años y de embarazadas.

Esto determinó, aunque no fue el único factor, una mejora en los indicadores claves como mortalidad infantil, que disminuyó prácticamente a la mitad; actualmente es de 6,7 por cada 1.000 nacidos vivos. Estas cifras actuales de mortalidad infantil se encuentran sobre todo determinadas por mortalidad neonatal, vinculada principalmente a nacimientos prematuros y a malformaciones congénitas. Es lo que se conoce como “mortalidad dura”, difícil de bajar. También en estos años disminuyó la mortalidad materna, aumentó el número de embarazos, con una cantidad adecuada de controles y de captación precoz, y viene disminuyendo sostenidamente el número de embarazos adolescentes.

En la mejora de estos indicadores jugaron un papel clave las mejoras en materia económica y redistributiva, que llevaron a un descenso de la pobreza desde 38% a 8%, con lo que la pobreza infantil bajó de casi 60% en 2004 al 17% actual. Esta cifra, ese 17%, nos preocupa y nos ocupa, sobre todo considerando que lo que pasa en este momento de la vida es determinante para lo que pasará luego en cada una de las personas.

Alcanzar una cobertura universal en control en salud de niños y niñas y tener criterios unificados en cuanto a su atención nos permite, entre otras cosas, asegurar una mejor cobertura de vacunas, acompañar el crecimiento y la lactancia, así como la incorporación de la alimentación complementaria y evaluar el desarrollo, a la vez que posibilita detectar en forma precoz alteraciones y trabajar en conjunto con las familias en el uso de adecuadas pautas de crianza.

¿Cuáles son nuestros debes?

En general, y sobre todo a nivel del subsector privado, no se cuenta en el primer nivel de atención en salud con equipos interdisciplinarios dedicados al control del niño sano que tanto enriquecen el trabajo con las familias. De este modo seguimos priorizando lo biológico y la atención médico-céntrica, tan empobrecedora.

En momentos en que los altos índices de suicidio, de relaciones violentas, de aumento de consultas en niños, adolescentes y adultos por razones vinculadas a la salud mental (crisis de pánico y de ansiedad, angustia, enfermedades psicosomáticas), cuánta importancia deberíamos darle a una atención realmente global del niño y la familia.

El desarrollo infantil es un proceso dinámico, sumamente complejo, que se sustenta en la evolución biológica, psicológica y social.

Se entiende por atención temprana el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de cero a seis años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.

Las familias con niños con trastornos del desarrollo o discapacidades de cualquier tipo en este momento en nuestro país se enfrentan a una tarea titánica: gestionar su tratamiento. Las prestaciones brindadas a través del sistema de salud son costosas y tienen límite en el tiempo, generalmente de un año con extensión a dos, lo que no contempla la realidad del proceso del niño. Muchas veces tienen tiempos de espera excesivos; otros recurren a gestionar estos tratamientos a través del Banco de Previsión Social, que cubre hasta dos prestaciones, siempre que se haya agotado primero lo ofrecido por el prestador de salud. No existe un plan de tratamiento concreto, evaluable y reelaborable, ni una coordinación con el centro educativo al que se llevará al niño.

A la luz de la transición demográfica acelerada que está viviendo nuestro país y de los datos en cuanto a carga de enfermedad que tenemos, es fundamental prestar atención a las enfermedades no transmisibles, y es en el entendido de que estas enfermedades se gestan desde las primeras etapas de la vida que debemos actuar en los ciclos de vida, promoviendo hábitos saludables.

La mirada hacia adelante

Es imprescindible, para seguir avanzando, fortalecer el primer nivel de atención, con la formación de equipos interdisciplinarios, insertos a nivel territorial y trabajando en red, y aumentar la capacidad resolutiva de estos equipos y los canales para la adecuada referencia y contrarreferencia con el segundo y tercer nivel de atención. Para ello es muy importante el buen uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Al pensar en la conformación de los equipos interdisciplinarios en el primer nivel de atención, se debe considerar la importancia de asegurar la mirada desde la salud mental.

Para poder ser efectivos en cuanto a promover hábitos de vida saludables, se hace imprescindible contar con un Plan Nacional de Alimentación que articule las acciones para promover, educar y favorecer una alimentación saludable al alcance de todos, así como el fomento efectivo del ejercicio y el deporte. Además, hay que incorporar la salud bucal dentro de las prestaciones cubiertas por el Plan Integral de Atención en Salud.

Debemos continuar trabajando en construir vínculos saludables, promoviendo la utilización de pautas de crianza libres de violencia y trabajando desde la promoción, la prevención y la detección precoz en la erradicación de la violencia de género y el maltrato infantil.

Hay que mantener y mejorar el trabajo que se viene realizando para disminuir el embarazo adolescente no planificado, trabajando con los jóvenes en la promoción de una sexualidad sana y libre y en la planificación de la maternidad y paternidad responsables, como parte de sus proyectos de vida.

Esto es lo que se propone desde el programa del FA, de cara a un cuarto gobierno.

Nada de esto está contemplado en el Programa Único del Partido Nacional, ni en el de Ciudadanos, del Partido Colorado. Tampoco se habla en ellos de cómo desarrollar el primer nivel de atención, ni se enfatiza en su importancia. No se dan garantías de continuidad en los aspectos que se han trabajado en estos años. Dado el énfasis que se pone en la necesidad de recortar gastos, es poco probable que se piense en profundizar algún logro, y no queda claro siquiera la sostenibilidad de lo ya hecho. En el Programa único del Partido Nacional se levanta como bandera y solución a los problemas de salud mental la creación de un hospital psiquiátrico para niños. No se menciona en ninguno de estos programas la infancia como un momento clave en el que debemos intervenir, como etapa fundamental del ciclo de vida. Tampoco se refieren a la alimentación que reciben, asegurando que sea sana y suficiente, garantizando la seguridad alimentaria en todos los hogares, cuidando el desarrollo normal de cada uno de ellos, actuando si se detectan desviaciones.

Cuidando los niños de hoy estamos cuidando a los adultos del mañana y comenzando a caminar una vida saludable y activa, incluso en la vejez.

*Médica.

Publicado en La Diaria el 18 de septiembre de 2019 

HAY QUE SEGUIR PRIORIZANDO LA PRIMERA INFANCIA por Jorge Bentancur

Entrevista a Jorge Ferrando

Con Jorge Ferrando, Secretario Ejecutivo de Primera Infancia del INAU, quien nos hace una reseña de los últimos datos al cierre del 2018. Lo mucho que se hizo en este período y lo que todavía  falta. Por otro lado la Organización de Usuarios de Salud del Zonal 17, en su mensaje al Cabildo del Municipio A, dijo: “No paramos hasta que el 100% de nuestros niños ejerzan plenos derechos”.

La Primera Infancia es una etapa determinante para el desarrollo de las personas a lo largo del ciclo vital, en la cual se fijan las bases para el desarrollo intelectual, físico, emocional, social e inmunológico. Lo que no se haga bien en los primeros  años lo pagaremos despues, será  mucho más difícil y costoso de corregir. Así lo han entendido los vecinos del Cerro y su Organización de Usuarios de Salud que lo consideran prioritario para poder reconstruir el tejido social y mejorar la calidad de vida de toda la población.

Desde que nacen hasta los 3 años, 59.000 niños y niñas son atendidos en 496 Centros de Primera Infancia de los cuales 427 CAIF, 36 CAPI y 17 Nuestros Niños. Tambien hay Casas Comunitarias, Espacios de Educación y Cuidado para hijo/as de estudiantes adolescentes y Centros de empresas con los sindicatos.
Jorge Ferrando informó que se espera llegar a la meta de 140 nuevos centros CAIF y Centros de Atención a la Primera Infancia (CAPI)  en este período de gobierno. Explicó que hay 44 jardines que se están realizando a través de los procesos de participación público-privada (PPP).

IMPACTO EN MUNICIPIO A

Con respecto al Municipio A  los centros CAIF nuevos proyectados en el período han sido 20, algunos de los cuales ya están funcionando y otros que están en proceso de obra y otros están dentro de los proyectos de  Participación Publico Privada. El último centro que ya está terminado en el barrio Maylos en la calle Mirunga. Entre  los que está próximo en el calendario el  inicio de obra podemos mencionar  el terreno que se compró en Egipto y Barcelona, el de la zona de Maracana Sur que se está firmando en estos días con el Ministerio de Viviendas para poder avanzar en la licitación. En Casabo donde está Providencia  se retrasó bastante con el comienzo de obras por una regularización que hubo que hacer del terreno, con la canalización de los desagües. Hubo  una serie de puntos que fueron observados y que recién se están terminando de arreglar. Tenemos también pendiente Puntas de Sayago que  llevó muchísimo tiempo conseguir el terreno porque fue un trámite con la ANP. Después terminamos de comprar con fondos donados, una casa en Rincón del Cerro, al lado de donde está el CRO (Centro Regional Oeste) que requiere algunas reparaciones  para poder iniciar allí un CAIF. En esta proyección que tiene la  PPP,  está la primera obra en barrio Las Torres y la segunda en Cerro Norte, Nuevo Paris, Los Bulevares, Causeglia, otra más en Paso de la Arena que tiene Villa Teresa…ahí estaríamos llegando a esta proyección de 20 centros nuevos que quedan en marcha en este período. Se termina de completar el plan en el 2021. Después están las ampliaciones de cobertura, hubo una mejora a nivel de los CAPI, fundamentalmente en Los Teritos. Se pudo resolver el año pasado el tema del ingreso de personal y eso permitió ir ampliando también la cobertura. También hubieron  otros centros que ampliaron su cobertura. 

Con las nuevas modalidades se abrió un espacio de atención para hijas e hijos de 15 estudiantes que  van al liceo 11.

Entre las Casas Comunitarias que se abrieron está la que funciona  en Providencia. Se está abriendo  otra esta semana en la zona de Nuevo Paris en lo que llaman “la casa verde”, también en Tres Ombues.  Se está trabajando en COTRAVI para acondicionar un salón comunal  con miras a la apertura de una Casa Comunitaria. Casabo ya está en marcha, en Nuevo Paris y Tres Ombúes se están poniendo en marcha las obras. Las Casas Comunitarias pueden incluir  hasta 12 niños y  hasta 8 horas. El equipo son 3 o 4 personas que tuvieron que pasar previamente por una formación específica de Primera Infancia que brinda el  INAU a través del Cenfores Centro de Formación y Estudios . En general se hacen en convenio con una organización y tiene un técnico de referencia para el apoyo al trabajo en el Centro. Eso es el mapa general y algunas situaciones concretas relacionadas a la zona”.

Ferrando nos dice que a nivel de país, ANEP tiene pendiente la construcción de 44 jardines nuevos con lo cual los niños y niñas de 3 años hacia 2020-21 tendrían una cobertura universal. Sin ser obligatorio, todas aquellas familias que quieran tener un lugar donde llevar a sus hijos lo podrán hacer. Los CAIF dejan de atender a la población de 3 años y empiezan a atender a la de un año, que es la demanda mayor y donde hay más déficit de cobertura.

FALTA MUCHO POR HACER

“Es evidente que se ha mejorado la inversión pública, que se ha bajado la pobreza, que se han instalado nuevos servicios, el propio INAU hoy tiene equipos territoriales que antes no tenía. Está el programa Uruguay Crece Contigo. Son todos factores que han ayudado a que, junto con la reducción de la pobreza,  haya un trabajo más cercano con muchas familias. Pero  creo que eso también está dejando en evidencia que también falta mucho por hacer, si tenemos  por lo menos un 17% de niños menores de 5 años en situación de pobreza, con una fuerte concentración en Montevideo y una parte importante también en el Municipio A, quiere decir que nos falta mucho.  La  intendencia de Montevideo ha hecho un trabajo importante y trabajamos muy coordinadamente con los alcaldes y los municipios. Esto deja en evidencia  que para que un niño crezca en buenas condiciones depende mucho de que los adultos de ese grupo familiar donde nace tengan buenas condiciones”.

SIGUE PRIORITARIA LA PRIMERA INFANCIA?

“La prioridad de Primera Infancia es algo que se fue instalando estos últimos años. Diez años atrás eran muy pocos los que decían  que debíamos  priorizar la primera infancia. También después se llegó a más evidencia científica, se estudió más el cerebro y  el desarrollo. Se supo más  como influye lo social en el cerebro del niño y de aquellas áreas que se estimulan y se desarrollan y aquellas que no. Y todo eso se fue sumando a nivel nacional e internacional con UNICEF para priorizar la Primera infancia. No hablamos nada acá de la salud, pero también desde el área de la salud me parece que ha habido un trabajo muy importante de jerarquizar la atención del embarazo, hacer un seguimiento más cercano, una guía de vigilancia de desarrollo, la articulación con Uruguay Crece Contigo, trabajar más sobre los temas de alimentación, porque el problema hoy no es tanto la desnutrición sino la obesidad, la sal, la diabetes, son como varios factores. Entonces, poner el foco en la Primera Infancia es también una puerta de entrada al trabajo con los adultos, que capaz que si yo te agarro a vos adulto y te digo vení vamos a hacer una reunión en el barrio, un taller y de repente es más difícil. Sin embargo cuando vos entras por el niño más chico, la mamá y el papá joven, la abuela, el entorno, está más sensible. Más allá de que hay niños no deseados, maltratados, yo te diría que la mayoría crece en una familia que quiere que ese niño crezca bien. Quiere lo mejor para ese niño y eso te abre la oportunidad. Los adultos empiezan a cambiar a partir de lo que los niños le transmiten de lo que le enseñan en el CAPI o en el CAIF. Que hay que lavarse los dientes, comer más verduras, el niño se vuelve un agente transformador o por lo menos cuestionador de los adultos del entorno cercano. Por seguir con el tema de alimentación, muchos de los problemas de hipertensión y obesidad los tenemos los adultos por los malos hábitos alimentarios.

¿Hasta donde ha sido prioridad la Primera Infancia?, yo creo que sí ha habido un gran incremento presupuestal, hay políticas en el INAU,  políticas de salud, en ANEP, con Uruguay Crece Contigo, con INDA, en todo ese aspecto es evidente.  ¿Alcanza? . No alcanza, si tenemos un 17 % de niños en la pobreza, si tenemos estos indicadores de violencia en nuestros niños, no alcanza.

En nuestras metas, nosotros hubiésemos querido ir más rápido y no pudimos, nos llevó mucho tiempo conseguir terrenos. Hoy tenemos 130 terrenos públicos que no tenían un destino y que van a formar parte de terrenos dispuestos para la primera infancia. Esto es un cambio radical. Capitalizar eso que estaba desaprovechado es un logro fundamental,  compramos solo 7 o sea que aprovechamos los recursos presupuestales para construir, ampliar, mejorar la infraestructura de algunos centros. Capitalizamos un camino donde las mejoras económicas del país se tradujeron en más inversiones en políticas sociales, donde los resultados se van obteniendo. Es  más lento de lo que pensábamos que podíamos lograr pero son cambios irreversibles, que deja un camino andado. En torno a la primera infancia yo creo que hay un apoyo que de otra manera sería  mucho más difícil de lograr. Lo de la adolescencia es clave . Invirtiendo en la primera infancia vamos a tener adolescentes en mejores condiciones”.

Hoy estamos en el desafío de avanzar hasta llegar a un 100% de la infancia con plenos derechos o retroceder como ha sucedido en los países vecinos. A no perder de un soplido lo que nos ha costado tanto trabajo.

LA EQUIDAD COMIENZA EN LA PRIMERA INFANCIA por Jorge Bentancur

La Organización de usuarios de salud del Zonal 17 y la Red de Primera Infancia del Municipio A han trabajo mucho para mantener este tema como prioridad y avanzar en la agenda de derechos de todos nuestros niños. Hoy la diputada Dra. Cristina Lustemberg ha presentado un proyecto de Ley sobre primera infancia que daría un salto en calidad a los resultados para el 100% de nuestros niños.

 El país se encuentra en un proceso de cambio,  proceso que le asigna un rol fundamental a su infancia y adolescencia, como factores predictores de sustentabilidad y renovación, consignando importancia fundamental a un abordaje integral. Se han mejorado muchas cosas pero han sido insuficientes para tener los resultados deseados.

Pedimos que la atención a la primera infancia sea considerada en primer lugar, como punto de partida de la equidad en la prestación educativa, brindando apoyo a madres y familias con niños pequeños desde las distintas órbitas del estado, ampliando la cobertura del PLAN CAIF, brindando apoyos sociales más continuos a las familias que faciliten la inclusión real, generando políticas culturales de destaque del rol familiar hacia los más pequeños.

Sabemos que el cerebro de un niño pesa al nacer 300 gramos, y que al cabo del 2º año de vida creció hasta 1000 gramos y a los 18 años, 1400 gramos,   desarrollando conexiones interneuronales por millones según los estímulos recibidos, que le permitirán competencias motoras, sensibles, cognitivas y afectivas de distinta categoría.

Para  alcanzar una ciudadanía plena, con desarrollo en equidad, aprovechando las ventajas del plan Ceibal, el apoyo de escuelas de tiempo completo, y todos los programas sociales en la edad escolar, y luego mejorar la adhesión a programas liceales, incorporar proyectos de vida, plenitud afectiva y tolerancia a las frustraciones, será de valor determinante todo el apoyo que haya recibido en los primeros 2-3 años de su vida. De ahí el enfoque de ATENCIÓN TEMPRANA que se desarrolla en países desarrollados y más aún en los que buscan salir del subdesarrollo, sabiendo la condición determinante para un desarrollo sustentable que significa la atención en los primeros años de vida.

En nuestro país 1 de cada 2 niños son pobres en su primera infancia, con lo que esto significa para la lesión de sus derechos de crecimiento y desarrollo. Pero no sólo los pobres están en riesgo, también aquellos que por condición familiar – padres trabajadores, madres jefas de hogar, familias desorganizadas y con débiles competencias parentales – no acceden a un apego adecuado, y protección y estímulos que favorezcan su potencial de desarrollo.

La cuna del país

Nacen en el Municipio A 4.000 niños por año. Merecemos que TODOS CREZCAN “DESDE EL PIE” EN EQUIDAD,  para asegurar que sean ciudadanos de primera y no de cuarta. Esto es también un tema económico: el país ahorrará, como se ha demostrado en estudios internacionales, por cada dólar que invierta en ellos, de 1,80 a 17 dólares.

Desde el año 2004 los vecinos y organizaciones sociales de la zona, ubican como principal preocupación la situación de vulnerabilidad y desamparo en la primera infancia y la necesidad de focalizar acciones de cuidado y apoyo en el que se juega el desarrollo de las capacidades afectivas-cognitivas de nuestra población.

Hemos realizado varias Mesas de trabajo con todos los actores que están en la toma de decisiones para intentar avanzar en la solución de un problema que preocupa a todos, pero no se consiguieron avances significativos.

La Organización de Usuarios de Salud del Zonal 17, zona del Municipio A donde nacen el 23% de los niños de Montevideo, y donde más de 6 de cada 10 nacen pobres y un 30% de ellos no tienen cupo en el principal sistema de cuidados generados (Plan CAIF), sufre con cada niño y adolescente que tiene cerradas sus posibilidades de crecimiento, que no concurre al liceo, que delinque, se droga o se mata. Porque sabe que en cada una de sus historias de vida hubo un niño  o una niña a quien le faltó afecto, apoyo, alimento y sostén para lograr su completo desarrollo.

Componentes de la nueva ley

 Aplaudimos el proyecto de Ley para la Primera Infancia que pensamos debería ser aprobado por todos los legisladores y transformarse en política de Estado.

“Se reconoce la existencia de dos tipos de componentes: los particulares, Salud Educación, y Protección Social y el transversal, denominado Integralidad e Integración, asegurando la eficacia y eficiencia.

Todo niño debe poder vivir en un contexto familiar y comunitario como elementos básicos y prioritarios para su población y desarrollo integral; alimentarse adecuadamente; integrarse a servicios educativos de calidad; acceder a una cobertura de salud integral; vivir y crecer en ambientes no violentos, acceder y producir cultura; ser escuchado y protagonista de su sociedad en un marco de autonomía progresiva, entre otros. En ese sentido, la familia en primer término y el Estado como corresponsable y garante, deben velar por asegurar la efectiva protección de sus derechos.

Se busca alcanzar la cobertura del cien por ciento de los niños y niñas del país, bajo los más altos estándares de calidad en la atención, estableciéndose las características que debe tener la atención para considerarse óptima”.

 Aspiramos a un país que cuide el potencial del futuro en forma eficaz, porque los niños lo merecen y los uruguayos todos podemos hacerlo.

Y AL BRAIAN, ¿QUIÉN ME LO CUIDA? por Adriana Cabrera Esteve

“El orador, el maestro de escuela y la otra persona que se hallaba presente se hicieron atrás un poco y pasearon la mirada por el plano inclinado en el que se ofrecían en aquel instante, bien ordenados, los pequeños recipientes, las cabecitas que esperaban que se vertiese dentro de ellas el chorro de las realidades, para llenarlas hasta los mismos bordes”. Así describe Charles Dickens, al finalizar el primer capítulo de su novela Tiempos difíciles, publicada en 1854, la escena que “tenía lugar en la sala abovedada, lisa, desnuda y monótona de una escuela”. Con sutil ironía, Dickens, ya entonces, nos ofrece una excelente descripción de la concepción “bancaria” de la educación. Una concepción que supone que siempre es el educador quien educa, disciplina, habla, prescribe y decide qué conocimientos brindar, mientras que el educando es el que escucha, es disciplinado/educado, no puede elegir temas de su interés porque no está “preparado” para ello, ya que simplemente es un receptáculo vacío, una cabeza hueca.

Menos de un siglo después, el brasileño Paulo Freire nos dijo que no había educadores ni educandos, sino educadores-educandos y educandos-educadores; nos habló del hombre-mundo; de la necesidad de una relación dialógica entre las partes; de que no había cerebros vacíos, sino personas con diferentes experiencias y conocimientos, y sus propuestas, en vez de llenarla, nos dieron vuelta la cabeza. Freire había enseñado a escribir y a leer en 45 días a 300 trabajadores de la caña de azúcar con métodos alternativos. A partir de ese éxito se crearon círculos culturales en todo Brasil, y ese mismo éxito le valió ir a prisión cuando en 1964 los militares dieron un golpe de Estado en su país. Porque la educación que proponía era eminentemente liberadora y se enraizaba en las necesidades y saberes de su gente y de su tiempo.

¿Quiénes son los educandos-educadores de nuestro tiempo? Una niñez en la que se concentran las mayores cifras de pobreza de nuestra sociedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2016, seis de cada 1.000 niños menores de seis años son indigentes, es decir, viven en hogares sin ingresos suficientes para cubrir las necesidades alimentarias básicas; en criollo, no tienen para comer. Según la misma fuente, 20% de los niños menores de seis años, la quinta parte de nuestra niñez, son pobres, o sea, viven en hogares en los que no es posible cubrir las necesidades alimentarias y no alimentarias básicas.

Niños y adolescentes son la mitad de los pobres

En menores de tres años la situación es peor: según el Monitoreo y análisis de los procesos de cambio de la Organización Panamericana de Salud, de 2015, 32% son pobres, es decir, la tercera parte. Este dato es importante cuando abordamos los temas vinculados a la educación, no sólo por la magnitud del problema, sino por las implicancias que tienen en el desarrollo de niños y niñas en sus primeros tres años de vida los estímulos, la motivación y los afectos. En especial, a la hora de crear las sinapsis y el desarrollo neuronal necesarios para aprender a pensar.

Según la misma fuente, niños y adolescentes son la mitad de las personas en condición de pobreza, 49,6%, en Uruguay. Esta situación, por crítica que sea, es sustancialmente mejor que la que teníamos hace diez años, en 2006, cuando 53,4% de los niños menores de seis años eran pobres.

Por otra parte, la incidencia de la pobreza está altamente correlacionada con las Necesidades Básicas Insatisfechas. Por eso, cuando hablamos de pobreza hablamos también de anemias, parasitosis, desnutrición, viviendas sin baño, sin saneamiento, sin heladera, sin cocina, sin agua corriente, sin mesa donde hacer los deberes, sin sillas. Madres que crecieron con iguales o peores carencias, y muchas veces, padres ausentes.

Si además de las familias en condiciones de pobreza miramos a las familias trabajadoras, nos encontramos con ingresos que obligan a la madre (por la división sexual del trabajo, patriarcado mediante) a “elegir” entre dejar a sus hijos menores a cargo de los hijos mayores o no tener forma de alimentarlos. La escuela y los CAIF vienen a resolver el problema durante cuatro horas, pero los padres deben resolver el cuidado de sus hijos durante el resto del horario en que se encuentran en su trabajo. Esta situación obliga a la madre, a veces, a “elegir”, ya que no le conviene salir a trabajar si debe gastar lo que gana en resolver el cuidado de sus hijos. Tampoco está previsto que los trabajadores interrumpan su jornada laboral para ir a buscar a sus hijos a los centros educativos. Esta situación exige que los padres hagan malabarismos con horarios de abuelas, tías o vecinas, o que los dejen volver solos, con los riesgos que eso implica. El transporte escolar tiene como criterio -acertado, por cierto- que debe haber en el domicilio un adulto esperando al menor de edad. O sea que si bien resuelve el traslado, no resuelve, y no sería lógico que lo hiciera, el posterior cuidado de los niños. Si la madre tiene grandes motivaciones para salir a trabajar o los beneficios económicos lo justifican, se desencadena una colección de llamadas telefónicas al menor que queda solo, para asegurarse de que esté bien en ausencia de sus padres.

El ingreso a la educación preescolar de los niños desde los tres años, si bien garantiza la universalidad del acceso a la educación, deja abierto el interrogante de cómo cubrir las horas de cuidado mientras los padres trabajan.

Las escuelas y los CAIF de tiempo completo, en cantidad muy insuficiente aún, vendrían a resolver ese problema. Sin embargo, se encuentran a veces con las resistencias que emanan de una falsa dicotomía entre educación y cuidado. Dicotomía que resuelven bien los colegios privados. Entonces, mientras los estudiantes del Crandon permanecen ocho horas en el instituto, reciben una educación integral en artes, deportes e idiomas, y apoyo escolar si lo requieren, los de la escuela pública vuelven a sus hogares luego de sus cuatro horas de clases, para estar encerrados, y destinan un tiempo riquísimo de su vida frente a una pantalla mientras consumen toneladas de farináceos.

Multidisciplinariedad e interinstitucionalidad

La idea de que los centros educativos no pueden extenderse por más de cuatro horas ignora el hecho de que la educación, como la salud, es mejor cuando es multidisciplinaria y asumida por diferentes actores, porque los educandos-educadores son unidades biopsicosociales indisolubles e inseparables a los que no podemos acercarnos por partes. Existen experiencias exitosas de abordajes interinstitucionales como la de Promotores de Meriendas Saludables, impulsada en conjunto entre la Intendencia de Montevideo, la Administración de los Servicios de Salud del Estado, la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas y la Administración Nacional de Educación Pública; o más reciente aún, el Proyecto Microorganismos Eficientes Nativos, llevado adelante en la escuela 319 del barrio Casavalle, en colaboración con la Universidad de la República; o el proyecto educativo, integral e inclusivo Sacude (Salud, Cultura y Deporte) en el barrio Municipal, en el Municipio D. El camino de la interinstitucionalidad y la multidisciplinariedad podría ser una solución a la hora de brindar a nuestra infancia y adolescencia cuidados, estímulo, afectos y formación permanentes el tiempo que lo requieran. Muchas instituciones pueden sumar fuerzas en esa dirección.

En cualquier marco, cuidar-educar constituye un binomio inseparable, y en situaciones de contexto crítico se transforma en un binomio imprescindible. Los padres cuidamos-educamos cuando al enseñarles a nuestros hijos a lavarse las manos o cepillarse los dientes les hablamos de bacterias, diarreas o caries; o hablamos del agujero en la capa de ozono cuando les aplicamos protector solar y sombrero para salir a la calle; o les enseñamos a observar el entorno y algunas reglas básicas de tránsito al cruzar la calle. En la salud cuidamos-educamos cuando le informamos a un paciente de las precauciones que tendrá que encarar luego del alta, o cuando damos información sobre cómo prevenir la enfermedad, o cuando promovemos su salud, o cuando en la sala de parto invitamos al padre a ser el primero en vestir a su hijo y lo estimulamos a asumir corresponsablemente el cuidado del recién nacido. Las instituciones de gobierno y la prensa cuidan-educan cuando nos dicen cómo actuar en situaciones de emergencia o cómo lograr una mayor eficiencia energética. Porque la comunidad educativa no son sólo los estudiantes y los docentes, o a veces los padres en escuálidas comisiones de fomento; la comunidad educativa son todos los implicados en procesos educativos de la sociedad, y el rol proactivo de los padres puede estimularse con políticas inclusivas.

Si partimos de esta base, cómo entender, entonces, las disquisiciones entre horarios destinados a la educación y horarios destinados al cuidado, o instituciones destinadas a la educación y otras al cuidado. Salvo como un mecanismo de defensa ante demandas o expectativas desmedidas a las que solamente los docentes no pueden dar respuesta, aunque los colocan, con frecuencia, en el ojo de la tormenta.

¿Cuidados u oportunidades educativas?

Hace poco, dirigentes sindicales señalaban que “los niveles más bajos en los aprendizajes y los altos índices de repetición” se presentaban en las “escuelas cuyos alumnos pertenecen a hogares pobres o de extrema pobreza”, y al mismo tiempo marcaban sus reticencias ante las escuelas de tiempo completo como forma de mejorar los aprendizajes porque “no es cierto que supongan más horas de enseñanza”. “Los tiempos que insumen las ingestas diarias (desayuno, almuerzo y merienda) dejan casi la misma cantidad de horas que en una escuela común”, afirmaban. Lo que no parece estar en la ecuación es que las instancias de cuidados abren posibilidades infinitas de intercambio de saberes.

Otras reticencias podrían encontrarse en el hecho de que cuidar ha sido un trabajo tradicionalmente no remunerado y femenino. Aun hoy, el último Mapa de Género de Uruguay elaborado por el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo Uruguay, a partir de datos del INE, señala que mientras que la mujer trabaja 36 horas semanales no remuneradas y un promedio de 37 remuneradas, el hombre trabaja 19 horas semanales no remuneradas (casi la mitad que la mujer) y 44 remuneradas. O sea, mientras que la mujer adquiere maestrías en el ámbito de lo doméstico, el hombre las adquiere en el mundo de las interrelaciones sociales. Esa cultura patriarcal del trabajo posiblemente tenga como consecuencia una subvaloración de las tareas para las que antes “no se precisaba formación”, vinculadas a la reproducción de la vida. La invisibilidad del trabajo no remunerado de la mujer posiblemente esté también en la base de la lentitud con que nuestra sociedad se mueve hacia un camino de soluciones para las mujeres y, fundamentalmente, para la infancia y la adolescencia.

Estamos en un período de cambios importantes vinculados a la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados. Sería bueno tener en cuenta la cotidianidad de los uruguayos a la hora de diseñar su articulación con el sistema educativo.

Publicado en La Diaria 19-4-17

¿Te preocupan las desigualdades? Te invitamos a conversar sobre ellas

¿Te preocupan las desigualdades de género, de étnia, de generaciones, económicas o simplemente por ser diferentes? Vení a conversar sobre ellas. Te invitamos a una mesa redonda sobre desigualdades con Mauricio Da Rosa, Soledad Salvador, Beatriz Ramírez, María José Bagnato y  Cecilia Rossell. Moderará Pablo Anzalone. Es el miércoles 15 de marzo a las 19 hs en el local de la Coordinadora B, Juan Paullier 1087 esq. Maldonado.

Te esperamos

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PRIMERA INFANCIA, VERGÜENZA NACIONAL (II): POR IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Por Jorge Bentancur
La principal riqueza que tiene un país es su gente. En el Cerro y Municipio A nacen 4000 niños por año, somos la cuna del país. El 57,2 % nacen en hogares pobres, es decir que 2300 niños por año de nuestro barrio están en riesgo de tener un retraso mental.
Uno piensa que un pobre es simplemente una persona que no tiene plata pero no es así. El pobre que no tiene para alimentarse es también pobre en amigos, en afectos, en historia, en entusiasmo, en lenguaje.
Hace unos años con un concejal y amigo estábamos haciendo un trabajo social en el Cerro Norte,llegó el día de cumpleaños de uno de los líderes de ese barrio y nos invita a comer asado para festejar. El era una de las llaves que nos permitía el ingreso sin problemas en determinados territorios. Una vez en su casa, comienzan a desfilar compinches del lugar que no estaban invitados al cumpleaños, el les había dicho que vinieran para mostrarles que tenía amigos. Así que tengamos en cuenta: tener amigos es una riqueza incalculable.
Una familia pobre utiliza en promedio 180 palabras para comunicarse, mientras que normalmente se usa entre 2000 y 3000 palabras de promedio.
En una ocasión que fuimos a Maracaná Sur para realizar un taller de salud, los anfitriones eran una familia muy numerosa y conocida del lugar. Resultó que los que vivían en la precaria vivienda que nos recibió con puertas abiertas al resto del barrio, no existían, no tenían ni cédula, ni partida de nacimiento, con carencias de todo tipo y sin acogerse a ningún plan. Logramos coordinar con un funcionario que fue al lugar para registrar su existencia y así pudieran acceder a los derechos que les corresponde. Cuando vamos a constatar las cédulas tenían como apellido el sobrenombre. El funcionario se hizo un entreveró porque no había podido entenderles debido a que el vocabulario utilizado era muy limitado y no tenían idea de nada. Estamos hablando a pocos metros de Cibils y la Ruta 1. Es que la desnutrición y la malnutrición provocan dificultades en el desarrollo de las personas, son , un problema tremendamente complejo.
LAS DIFERENCIAS SON NATURALES, LAS DESIGUALDADES SON SOCIALES
La desigualdad comienza en el vientre de la madre. Depende del medio ambiente adecuado donde nacen, de la alimentación. La etapa del embarazo y los primeros años de vida son fundamentales.
El 80% del cerebro crece el 1º año de vida. Cada uno al nacer tiene una información o programa genético que es nuestro DNA. La idea de un concepto de igualdad de oportunidades radica en que todos puedan expresar este programa genético. Una buena nutrición y estimulaciones afectivas y medioambiente correcto van a permitir que se exprese al máximo ese potencial de desarrollo genético.
El cerebro de un bebé cuando nace pesa 300 gramos, al año anda por 800 y a los 2 años alcanza al peso máximo de 1000 gramos. Es el órgano que se desarrolla más rápidamente si le damos nutrientes, seguridad afectiva y estímulos. De lo contrario tendremos muchos niños con retardo mental en primaria que no podrán comprender, con problemas de conducta y retrasarán al resto de la clase, toda esa historia que bien sabe un maestro del oeste.
Hace 10 años que en el Cerro existe la Red de Primera Infancia planteando esta problemática y parece que a los gobiernos no les interesa actuar seriamente sobre la raíz de esta problemática. Hablan de los índices de repetición y no visualizan que los niños tienen dificultades intelectuales por la falta de desarrollo de su cerebro. Plantean los problemas de seguridad y no se vincula a jóvenes nunca recibieron amor sino violencia y agresión.
En los últimos años se han incorporado gradualmente los programas: Uruguay Crece Contigo, Jóvenes en Red y Cercanías del MIDES que seguramente se suman positivamente a los Centros CAIF(Centro de Atención a la Infancia y a la Familia).Pero los CAIF que hay en la zona son insuficientes para contener los niños que crecen en la calle, y estamos aburridos de promesas incumplidas: en 2005 prometieron 23 nuevos y no hicieron ninguno, en 2010 prometieron 15 nuevos y nos hicieron 2, ahora prometen 27 CAIF nuevos para municipio A en este quinquenio ¿cumplirán? En 2012 la organización de usuarios de salud del Cerro consiguió un terreno donado de 1000 metros cuadrados en Camino de las Tropas y Ruta 1 porque dijeron que les faltaban terreno, entonces la Arquitecta de Plan CAIF dijo: “si quieren que les haga uno en ese lugar no les hago el otro”, una verdadera tomadura de pelo. Después nos enteramos que para cumplir la cuota de 100 en todo el país habían hecho donde era más fácil conseguir el terreno y la personería jurídica que se hiciera cargo, fue así que en un lugar que tenía capacidad ociosa terminó concurriendo hasta el hijo del intendente. Los CAIF es una respuesta a partir de 2 años, que ahora se piensa bajar a partir de 1 año. Lo cual es insuficiente para revertir la situación.
No alcanzan los programas muy focalizados, necesitamos políticas generales y además planes territoriales que actúen sobre los problemas comunes. Hay que reconocer, como hizo el INE en estos días, que la segregación territorial, la concentración de la pobreza en la infancia y en determinados barrios sigue. Se hizo mucho pero no alcanza. Revertir la pobreza infantil y actuar sobre la fractura social que separa unos barrios de otros, no es una cuestión que pueda esperar.
Un problema grave de la infancia es todo lo vinculado al neurodesarrollo. Las capacidades intelectuales de gran parte de nuestros niños están comprometidas y esto tiene pocas posibilidades de ser revertidas sino actuamos de 0 a 3 años.
Todos los niños de la zona tiene dificultades a ser vistos por especialistas. En el programa SERENAR para recién nacidos de alto riesgo, existe gran preocupación, como nos hacen saber los médicos que allí trabajan, porque han derivado muchos casos y la espera es hasta de 2 años sin tener una respuesta, lo cual resulta ridículo o totalmente inhumano.
Los bebés pobres no tienen sindicato y no reclaman, tampoco hacen ganar dinero a los que se preocupan por ellos, y no votan.
La clase política, los que toman las decisiones y los que las ejecutan deberían entender que invertir en los niños no nos da dinero pero nos dará en el futuro un país de primera. No hay desarrollo sin el desarrollo de nuestra gente. Todos debemos sumarnos a esta justa causa.

Primera infancia, vergüenza nacional

Por Jorge Bentancur
Corrían los años 50, el país se había enriquecido gracias a la guerra mundial. Mientras Europa atravesaba una de las mayores hambrunas, Uruguay aumentaba las arcas del tesoro nacional vendiendo alimentos a los países en guerra. Un rol fundamental había desempeñado la industria de la carne. El Frigorífico Nacional en el cual mi padre trabajó 40 años, enlataba todos los productos derivados de la carne, además de dulces, frutas y legumbres. En los frigoríficos emplazados en la barriada Cerro-Teja, llegaban a trabajar 12.000 vecinos. Cada trabajador recibía dos kilos de carne por día como beneficio social, lo cual equivalía a un consumo aproximado de medio kilo por persona.
La calle Grecia era una romería, las familias paseaban mirando vidrieras de comercios de todo tipo que también eran fruto de la prosperidad. El punto culminante era la heladería “Esteban” que con su fórmula secreta preparaba exquisitos helados para paladear no solo los cerrenses sino los visitantes de distintos barrios que venían a confirmar lo que la fama alcanzada difundía por Montevideo.
El Duna Hotel alojaba turistas, sobre todo en el verano, casi sobre la playa más destacada del Oeste con zona de pesca incluida.
En setiembre de 1950 surge una Comisión de Vecinos que patrocina ante la población cerrense la instalación de un hospital, una escuela industrial, un liceo de Enseñanza Secundaria, un mercado vecinal, oficinas públicas, parques de recreo y deportivos, alumbrados, viviendas económicas, etc…
Se considera oportuno realizar una exposición demostrativa sobre las necesidades locales.
Bajo el lema “El Cerro merece tener en obras algo de lo mucho que con su aporte dio al tesoro nacional”, tiene lugar la exposición organizada en la parte ejecutiva por Luis Vaia, el 7 de marzo de 1951 en la sede de la Sociedad Filantrópica “Cristóbal Colón”, ubicada en Grecia y República Argentina.
A partir de allí la Comisión de Fomento Edilicia y Social del Cerro se propone fundar un liceo para los hijos de los trabajadores. Algunos Consejeros de Secundaria opinan “¿para qué quieren estudiar los hijos de los obreros?”, se llega a decir que eran material de descarte. Luego sucedió que entre los primeros egresados del Liceo 11, el Dr. Tabaré Vázquez sería dos veces Presidente de la República, para los contras que decían que los hijos de los trabajadores no podían llegar.
Con muchas idas y venidas la Comisión Pro Liceo, logra comprar el Duna Hotel y transformarlo en un liceo. La comisión de vecinos logra acceder a un crédito bancario por la garantía que firmarían el Dr. Harretche y el boticario Etchesarre, dos célebres vecinos de nuestra barriada.
No solo la comisión pagó el préstamo con riguroso cumplimiento sino que trabajaron arduamente todo un caluroso verano para poner en condiciones el hotel y que pudiera abrir sus puertas para comenzar a dictar clases el 2 de mayo de 1953. Luego que el proyecto se transformó en una hermosa realidad, en la década del 60, los mejores profesores elegían el Cerro para enseñar a los hijos de los trabajadores.
Nosotros fuimos los privilegiados que recibíamos educación en un liceo de primera que cada año se mejoraba con el aporte de padres, alumnos, profesores y la comunidad toda.
Fue así hasta que llegan los años tristes de la dictadura y la mayoría de los profesores fueron destituidos. Eso significaba que ya no podrían impartir clases en liceos públicos, pero sí se les permitiría dar clases en los liceos privados para instruir a las clases dominantes.
En esa triste época cierran los frigoríficos, desaparecen las fuentes de trabajo y el barrio se transforma en una ciudad dormitorio. También comienza la época en que la carne se exportará desde los mataderos solo como materia prima y no como producto industrializado. Nada fue por casualidad.
A la esposa del dictador de turno se le ocurre traer cantegriles enteros para los núcleos de vivienda evolutiva construidos en Cerro Norte. Casas prefabricadas de techo liviano, muchísimo más caras que las viviendas dignas de ladrillo que construían las cooperativas. Vaya a saber quién se quedó con la diferencia.
Vecinos organizados en un grupo pre cooperativo necesitado de vivienda (COVICENOVA), deciden ocupar las casas apoyados por el Comité Vecinal del Cerro. Días después serían desalojados brutalmente y concretado el traslado del cantegril con el objetivo de romper la identidad de una barriada solidaria.
Mucha agua ha pasado bajo el puente, hoy nuestros nietos reciben en los mismos lugares que fuimos nosotros, una baja calidad de educación.
El barrio más rico socialmente de Montevideo es una de las zonas más marginadas.
Somos la cuna del país, nacen 4.000 niños por año en el Municipio A. La mitad corre riesgo de que no le crezca el cerebro como corresponde en el primer año de vida por falta de alimentación adecuada y de estímulos afectivos. Sus madres muchas veces tienen trece o catorce años y son niñas de hogares muy marginados en todos los sentidos de la vida.
Estos niños no solo serán víctimas de la desigualdad de oportunidades, sino que con esa gran discapacidad intelectual y afectiva, pronto se le cerraran muchas puertas de la vida y perderán la libertad, porque serán esclavos de otros que sí tuvieron todas las oportunidades o la suerte de nacer en otros barrios. Porque no es lo mismo una escuela pública en el Cerro que en Punta Carretas. La mejor escuela privada del Cerro no se podrá igualar a la escuela pública de otras localidades del este de Montevideo.
La comunidad cerrense ha desempeñado un rol activo que no solo se ha quedado en la denuncia y el reclamo de estas situaciones. Por mandato de los vecinos organizados, hace diez años que la Organización de Usuarios de Salud del Cerro fundó la Red de la Primera Infancia para buscar solución a estos problemas a través de la interdependencia.
En el 2006 se realizaba la primera feria de los bajitos en el Hogar del INAU de la Boyada, allí las autoridades de la época se comprometían con 25 CAIF nuevos para la zona. Al final de ese quinquenio no se había concretado ninguno. En el 2010 se prometieron quince CAIF nuevos, solo se concretaron dos.
Este año 2015, nos prometen 27, pero ya nos avisaron que de los 180 proyectados en todo el país para el quinquenio, el Ministerio de Economía dijo que sobre ese total se recortaran 20.
Yo me pregunto: ¿si fueran los nietos de las autoridades del gobierno los que corrieran el riesgo de no poder desarrollarse adecuadamente qué harían?
Los CAIF son una escuela para padres, un lugar para contener a los niños a partir de un año para realizar políticas integrales de desarrollo. Este es un problema complejo que no se soluciona con la varita mágica de los CAIF ¡Es lo que hay hoy! Pero de cero a un año, el período fundamental para el crecimiento de las neuronas y el cerebro, ¡no se les ha ocurrido nada!
Hoy, anuncian que con el Sistema de Cuidados está previsto el aumento de la licencia por maternidad. ¿De qué estamos hablando? ¿No se dan cuenta de que la mayoría de las jóvenes madres no tienen trabajo? ¡Basta de mirar para el costado! Nosotros tenemos una mesa de trabajo permanente por este tema, el Ministerio de Salud, el de Desarrollo Social y el de Educación deben participar y hacerse cargo.
Si la sociedad sigue reponiendo la población con bebés que no tendrán la oportunidad de desarrollarse física y afectivamente ¿De qué Uruguay 2030 estamos hablando?
Señor Presidente, Usted ha manifestado que la primera infancia es prioridad nacional, lo cual celebramos positivamente. Pero esta manifestación debe tener una concreción. Instamos a Ud. a poner las cosas en su lugar. No hay política pública que pueda desarrollarse si no tiene un reflejo acorde en el presupuesto y está claro que no lograremos un Uruguay equitativo, si no comenzamos a solucionar, aquí y ahora, las profundas desigualdades que se producen desde la cuna.