El rol de Uruguay en el debate mundial de políticas de drogas. Enfoque de derechos humanos, salud pública y regulación de mercados.
Uruguay ha sido elegido por amplísima mayoría, por sexta vez consecutiva desde el 2008, como estado miembro de la Comisión de Estupefacientes para el periodo 2020-2023 en el Consejo Económico y Social (ECOSOC). Es un acontecimiento inédito la permanencia de un estado por tantos periodos consecutivos. Solo puede leerse como un reconocimiento internacional al liderazgo de nuestro pais en el plano del problema mundial de las drogas incluida la iniciativa del mercado regulado del cannabis.
El 26 de marzo en su revista Semanal
del diario El Pais de Madrid publicaba un reportaje a Carola Perez,
Presidenta del Observatorio Europeo de Cannabis Medicinal bajo el provocativo
título de: Cannabis, el negocio que apunta a
convertirse en el pelotazo del siglo. En torno al cannabis legal se calcula un negocio mundial de
50.000 millones de euros. Canadá ya ha tomado la delantera. Mientras, España
mantiene la prohibición. Pero todos los implicados tienen un ojo puesto en el
día después.[2] El 2 de mayo titulaba: Compra
multimillonaria en el negocio de la marihuana de Estados Unidos¨ e
informaba:
¨La economía de la marihuana legal
en Estados Unidos recibió este miércoles un nuevo
empujón de confianza. Curaleaf Holdings, un entramado que controla desde la producción de marihuana hasta
dispensarios en 12 estados, anunció la absorción
de Cura Cannabis Solutions, la compañía más importante del sector en el estado de Oregón, en un acuerdo
valorado en 1.200 millones de dólares. Se trata
del mayor acuerdo entre compañías de venta legal de marihuana en Estados Unidos.Curaleaf Holdings tiene sede en
Massachussetts y cotiza en el mercado canadiense¨
La diplomacia de bienes intangibles
Las relaciones internacionales para
un pais como Uruguay, no pueden medirse, ni
proyectarse
desde una óptica reduccionista que solo analice la conquista de mercados para
nuestros productos o las estrategias para atraer capitales de inversión. Que
son un eje imprescindible. Pero no el único. Tienen una importancia relativa
respecto a otros bienes intangibles que permiten a Uruguay posicionarse con
ventajas comparativas.
Las
negociaciones sobre acuerdos comerciales, tan polémicas, complejas y difíciles
para un pais de nuestras dimensiones, son un aspecto central de la acción en
política exterior. No puede ser de otra
manera. Sin embargo no siempre incorporamos objetivos que aunque no sean
medibles en lo inmediato, generan no solo prestigio sino posibilidades
potentes. Hay una estrategia de aproximación indirecta, que permite
posicionarnos como un Estado responsable, de promoción de principios y valores,
y en ultima instancia, paradójicamente, abre otras puertas.
No es algo novedoso este concepto en
relaciones internacionales. Está en las raíces de rol de la diplomacia. Que
viene siempre a sustituir la fuerza o el peso hegemónico, por la persuasión, la
negociación y las vías de solución negociada de las diferencias. Es bueno
subrayarlo en un momento donde el economicismo tiñe todos los terrenos. Como se
podrá apreciar, esto no es idealismo puro. Sino una forma inteligente de
colocarse en el contexto internacional y lograr posiciones que de otra manera
serían imposibles. En el plano de las políticas de drogas y de la regulación
del mercado de cannabis, esto es mas que contundente.
Bienes intangibles: vieja y nueva
agenda de derechos
La vieja y nueva agenda de derechos,
nuestro rol en los aspectos del cuidado y protección del ambiente, el apego de
Uruguay y promoción en el debate y en las prácticas mundiales del amplio marco
de derechos humanos, ya han mostrado las virtudes políticas y diplomáticas de
estos bienes intangibles. Es mas. La cesión soberanía que como todos los
estados aceptamos a favor de decisiones de organismos regionales e
internacionales de derechos humanos, proclamar agenda abierta para todo tipo de
visita de evaluación en cumplimiento de las mismas, la amplia participación de
la sociedad civil en la materia, cumplen un rol no solo a nivel de prestigio
internacional. Implica un compromiso a priori y posteriori en las obligaciones
de nuestras políticas nacionales. Ser fieles a esos principios, admitir, evaluar y cumplir aquellas
señalizaciones e incluso sentencias que nos obligan. Los gobiernos deben
liderar la indignación cuando de violaciones a derechos humanos se trata.
Porque los instrumentos y organismos de DDHH existen porque los estados
violamos derechos. No hemos sido, no somos ni seremos partidarios de aplicar
criterios de doble rasero. Ni para otros, ni para nuestro pais. La diplomacia
basada en bienes intangibles no es un articulo de lujo for export. Es un
compromiso hacia afuera y hacia adentro.
En un mundo complejamente
multipolar, donde el multilateralismo parece opacarse (esperemos que por corto
tiempo) se imponen ademas desplegar otras lógicas. Replantearse la necesidad de avanzar desde estos ejes enunciados.
Una renovada oportunidad para nuestra diplomacia. El problema mundial de las
drogas, atado al sistema internacional de fiscalización y control de drogas,
regido a partir de las tres principales Convenciones Internacionales sobre
drogas, los organismos de NNUU y de OEA, no parecía ser el mejor campo para
avanzar en posicionamiento de prestigio político. Mucho menos de abrir puertas
vinculadas a los mercados y capitales de inversión. Los acontecimientos que se
han precipitado en el mundo y que ha tenido a Uruguay como protagonista y
líder, muestran un campo de posibilidades de gran importancia.
2008: Uruguay en la Comisión de
Estupefacientes de Naciones Unidas
Cuando Uruguay debutó en la Comisión
de Estupefacientes en el 2008, con decidida actitud se promovió un Proyecto de
Declaración sobre ¨debida integración de los instrumentos de DDHH con la
política de fiscalización de drogas¨. Fue una batalla política y diplomática
muy dura. Nos llevó al extremo de solicitar votación en el pleno de la
Comisión, rompiendo la tradición del consenso de Viena. Fue co patrocinada por
Argentina, Bolivia, Suiza y luego la Unión Europea. Generó para nuestra
sorpresa, una resistencia insólita, que llegó a un obstruccionismo persistente
de varios estados, partidarios del enfoque prohibicionista. No estaban dispuestos a admitir la
incorporación de la perspectiva de derechos humanos en el tema drogas. Esto
parece insólito, pero esa es la cruda realidad.
La Resolución 51/12 de CND
2008 fue aprobada finalmente. A partir de ese higo, el los documentos que han
surgido sobre drogas, el relato que hoy se construye en este plano, ha
incorporado definitivamente esa óptica. Este lugar de liderazgo nos posicionó y
abrió caminos. Cuando fue sancionada la Ley 19.172 de Control y Regulación de
la marihuana el campo abonado se transformó en un top mundial. Es un camino
para cambiar. Ha sido un acto de coraje político con una decisión soberana de
poner en práctica un nuevo modelo en política de drogas. Uruguay tiene
liderazgo porque sobre lo que ya habíamos hecho a nivel nacional y con las
propuestas a nivel internacional,
proponemos un modelo humano con enfoque de salud pública, reducción de
daños, derechos humanos y desarrollo sustentable. Esta conceptualización,
avalada por un marco legal e institucional serio y creíble, se abre camino con
fuerza en el mundo. Pero además y por añadidura: correr el velo prohibicionista
del cannabis, recuperar para la legalidad el mercado que hasta ahora cursaba en
forma ilícita, genera negocios. Se expande rápidamente la creación de empresas
y polos de desarrollo de gran pujanza. Mas aún. Se intensifican y multiplican estudios e investigaciones que
tuvieron como pioneros, hace ya varias décadas, al Profesor Raphael Mechoulam[3]
y el equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalem sobre el principio activo del
cannabis sativa, el sistema de endocannabinoides de nuestro organismo, y el
descubrimiento de otros componentes (CBD) que cumplen otros efectos.
Los mercados regulados del cannabis
de tipo medicinal y no medicinal son ya una realidad pujante en varias
jurisdicciones. En EEUU ya son 10 Estados con marihuana recreativa legalizada,
incluido California (que por si sola representa la séptima economía del mundo)
y otras 30 con cannabis medicinal. Canadá comenzó a recorrer el camino de la
regulación en amplia colaboración con nuestro pais. En poco tiempo México y
quizás CARICOM se unan a este club. Holanda esta revisando sus leyes. Varios
países de America Latina y Caribe van por el camino del cannabis medicinal y
algunos de Europa ya han incorporado investigación, inversión, movimientos en
la bolsa, fundamentalmente en cannabis medicinal. También en la explotación
industrial del cáñamo. Capítulos todos, contemplados en la Ley 19.172 y en los
planes del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA).
Mercado regulado del cannabis: pieza
clave en el concierto internacional.
La formación de nuestros
diplomáticos.
Los hechos demuestran que
nuestro pais, no solo ha avanzado en el reconocimiento internacional en este
tema, sino que ahora se abren puertas vinculadas a mercados, inversiones y
buenas oportunidades para desplegar oportunidades de desarrollo económico y
social. Un campo de cooperación y acuerdos que son totalmente inéditos y donde
tenemos ventajas comparativas altas. Se han ido formando en estos temas varios
funcionarios de nuestra Cancilleria. Embajadores, representantes y funcionarios
diplomáticos han ido adquiriendo experticia en las singularidades del sistema
internacional de fiscalización de drogas, de sus complejidades, normas y
procedimientos de ámbitos internacionales y regionales. Ahora, hay que formarse
también en las oportunidades comerciales y financieras que se despliegan en el
tema. Uruguay ya es un centro de atención. Tiene ventajas comparativas por su
legislación y por la experticia en el tema. Ya existen cámaras empresariales[4]
de peso en nuestro pais y consultas del exterior en forma creciente.
La regulación de mercado de
cannabis: una larga construcción política y técnica
No
fue un arrebato ni una improvisación. Es potente porque es la expresión de una
política nacional desarrollada con una concepción y modelo de avanzada. De un
posicionamiento critico a nivel internacional que desafió el status quo
dogmático y hegemónico del enfoque prohibicionista y de guerra contra las
drogas. Reclamando un debate serio y fundamentado, no ideologizado sobre el
tema. Es un largo trayecto de maduración a partir de los logros conquistados en
el plano de la Red de Atención en Drogas, de los programas de reducción de
daños desplegadas por la sociedad civil, de investigaciones del Observatorio
Uruguayo de Drogas, por la creación de Juzgados y Fiscalías especializadas en
Crimen Organizado, de la Secretaria Antilavado y la creación del Fondo de
Bienes Decomisados que administra los bienes incautados al narcotrafico.
Uruguay tuvo un rol decisivo en la construcción de la Estrategia Hemisférica de
la CICAD OEA. En el funcionamiento del Mecanismo de Evaluación Multilateral de
OEA. Promovimos instancias regionales sobre política de drogas en MERCOSUR,
UNASUR y CELAC. Desplegamos la cooperación, particularmente con la Union
Europea America Latina desde el mecanismo de COPOLAD.
Capítulo
especial fue la colaboración con la construcción del Informe sobre Drogas en
las Américas. En la Sexta Cumbre de las Américas celebrada en
Cartagena de Indias, 2012,
encargaron a la Organización de los Estados Americanos la elaboración de es
Informe [5] Construido con una inteligente metodología,
contiene dos capítulos: Informe Analítico y otro de Escenarios Posibles. Tienes
también seis anexos documentales. En la 43 Asamblea General de OEA celebrada en
Antigua Guatemala, convocada especialmente para abordar el problema mundial de
las drogas se aceptó e incorporó este importante documento.
Se
aprobó también la Declaración de Antigua que entre otras cosas afirma:
RECONOCIENDO que las experiencias y nuevos enfoques que distintos gobiernos y sociedades han desarrollado en relación al problema mundial de las drogas pueden ser fuente de aprendizaje global para la evolución de las actuales políticas de drogas, particularmente cuando consideran a la persona humana, su entorno, la inclusión social y la dignidad humana, bajo criterios para mitigar los impactos negativos del uso indebido de las drogas, tomando en cuenta los principios contenidos en los instrumentos internacionales vigentes, incluidas las tres convenciones sobre drogas de las Naciones Unidas y los instrumentos internacionales de derechos humanos
Las criticas al modelo de regulación del cannabis desde la JIFE
La Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) es un órgano independiente y cuasi
judicial constituido por expertos que fue establecido en virtud de la
Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. Está integrada por 13 miembros,
cada uno de ellos elegido por el Consejo Económico y Social, para desempeñar un
mandato de cinco años. Diez de ellos se eligen de una lista de candidatos
propuestos por los gobiernos. Los tres restantes se eligen de una lista de
candidatos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uruguay
expuso su posición ante JIFE en el 109º Período de Sesiones que se desarrolló en Viena, entre el 3 y el 7 de
febrero de 2014[6] Apenas unos meses antes, habían trascendido
insólitas declaraciones del ex Presidente de JIFE Raymond Yans, calificando a
nuestro pais, de ¨estado pirata¨, generando un rechazo general, incluso de sus
propios pares que en la persona del Ec. Francisco Thoumi, dieron a conocer su
opinión contraria a los términos usados por el mismo. [7]
En
diciembre del 2016, una Delegación de JIFE encabezada por el Dr. Werner Sipp
visitó nuestro pais, y pudo recorrer, visualizar y evaluar no solo el
funcionamiento concreto del mercado regulado: del Instituto de Regulación y
Control del Cannabis, de los mecanismos de registros, auto cultivadores, clubes
cannabicos, y funcionamiento del sistema, sino la amplitud de nuestras
políticas en drogas desde todos los aspectos: prevención, tratamiento,
aplicación de la ley. La convencionalidad de nuestro modelo y las orientaciones
del sistema internacional de fiscalización siguen en debate y este aspecto esta
todavía en disputa, pero avanzando por el lado de las decisiones soberanas de
un creciente numero de estados.
Algunas organizaciones de la
sociedad civil con estatuto en NNUU, amigas de Uruguay, han expuesto una
solución posible a esta situación compleja en términos juridicos referidos a la
convencionalidad. El año pasado TrasNational Institute (TNI) y Washinghton
Office for Latinoamerica (WOLA) presentaron un Informe con propuestas que habrá
que estudiar detenidamente. Se presentó aqui en Uruguay bajo el título de ¨El
equilibrio entre la estabilidad y el cambio: La modificación inter se de los
tratados de fiscalización de drogas de la ONU para facilitar la regulación del
cannabis¨[8]
La Sesión Especial de la Asamblea
General de ONU UNGASS 2016
El debate internacional tuvo un hito
el 16 de abril del 2016 con UNGASS 2016. El documento aprobado llegó a un
consenso respecto a los nuevos enfoques regulatorios, con la dosis de
pragmatismo que supone el texto y la realidad.
¨Reconocemos que existen retos persistentes, nuevos y cambiantes que deberían afrontarse de conformidad con lo dispuesto en los tres tratados de fiscalización internacional de drogas, los cuales ofrecen a los Estados partes suficiente flexibilidad para formular y aplicar políticas nacionales en materia de drogas con arreglo a sus prioridades y necesidades, de conformidad con el principio de la responsabilidad común y compartida y con el derecho internacional aplicable¨[9]
Las posteriores reuniones de la
Comisión de Estupefacientes en Viena, y la intención de realizar nueva cumbre
para avanzar se han visto frustradas. Existe una tentativa del bloque
prohibicionista en volver atrás. Una nueva situación se presentara en el
próximo año, a partir de nuevas definiciones de la Organizacion Mundial de la
Salud respecto al lugar que debe ocupar el cannabis en las Listas del control.
Seguirán siendo las decisiones
soberanas de los estados, las que sigan abriendo oportunidades para la
modificación de los modelos de control y regulación de sustancias. La
experiencia uruguaya muestra que hay caminos posibles para un cambio de modelo,
y que cada país de acuerdo a su tradición, cultura e historia podrá superar el
modelo prohibicionista que ha generado muchos mas daños que las drogas mismas.
La evaluación del modelo uruguayo
muestra que los usuarios de cannabis han confiado en la Ley y el Estado, se han
registrado como obliga la Ley (aspecto este que fue muy debatido) y la opinión
publica ha variado respecto a la legitimidad de este modelo. Ninguna de las
previsiones catastróficas de quienes auguraban el fracaso del modelo se han
cumplido. Mas bien todo lo contrario. El Instituto de Regulación y Control del
Cannabis [10]
ha gestionado este modelo con éxito, apegado a derechos y garantías. Existen
casi 50.000 personas registradas en el IRCCA. Usuarios que ya no concurren a
lugares inseguros ni compran en el mercado ilícito, tienen un vinculo de
confianza con el Estado. Al 15/5/19 el IRCCA informa que han sido otorgadas 4
licencias para cultivo de cannabis psicoactivo, 15 para cannabis no psicoativo,
3 para industrialización de cáñamo,14 licencias para investigación, 36152
registrados como adquirentes en farmacia, 114 clubes que reúnen a 3573 personas
y 7124 autocultivadores. Existen informes periódicos del Observatorio Uruguayo
de Drogas, del propio IRCCA, de Monitor Cannabis (organización independiente
que funciona en acuerdo con la Facultad de Ciencias Sociales) y de la Unidad
Especializada en Evaluación y Monitoreo que funciona en virtud de la ley. Como
en otros temas, esta agenda está abierta a nivel internacional, como lo estuvo
el Comité Científico Asesor que funciono hasta el 2016.
El prohibicionismo: un dogma que
comienza a resquebrajarse
Uruguay ha promovido un enfoque
critico del actual modelo prohibicionista reclamando la necesidad de un debate
abierto, inclusivo y sin tabúes sobre las drogas.
Las
sustancias sometidas a estricto control y fiscalización internacionales son una
decisión de tipo político que se ampara en indudables daños que dichas
sustancias producen, cuando se consumen en forma abusiva. Desde el inicio la
Comisión del Opio de Shanghai, que se reunió a instancias de EEUU y China en
1909, pasando por todas las conferencias, convenciones, revisiones y la
celebración de tres Sesiones Especiales de la Asamblea General de NNUU ( UNGASS
1990, 1998 y 2016) ha seguido la lógica basada en datos y construcciones
científicas sobre la peligrosidad de las sustancias clasificadas en las Listas
I, II, III y IV de la Convención Unica del 61 y las correspondientes a las de
la Convención del 71. En los fines últimos enunciado en el prólogo en las
convenciones pretendían garantizar el uso médico y científico para mitigar el
dolor de dichas sustancias. El sistema internacional de fiscalización se
propuso objetivos morales distópicos (un mundo libre de drogas) y no solo ha
fracaso en ello, sino que además tampoco ha podido asegurar la libre
accesibilidad de los opiaceos para calmar el dolor. La lógica de la
peligrosidad de esas sustancias, no se compadece con el hecho que otras mas
nocivas como el alcohol y el tabaco, han quedado fuera del sistema. Están
sometidas a otro tipo de regulaciones internacionales. El tabaco y el alcohol,
según la OMS aportan cada uno el 4,1 y 4,2 % de carga de morti morbilidad en el
mundo. Todas las sustancias ilícitas bajo fiscalización aportan el 1,8%.a la
carga de mortimorbilidad. Solo el tabaco cobra cerca de siete millones de seres
humanos y el alcohol cerca de cuatro millones. El sistema internacional de
fiscalización de drogas ha estado permanentemente cuestionado, por su
incoherencia, rigidez, y resistencia a admitir la diversidad de modelos. Los
hechos han mostrado que el sistema ha generado (no porque lo exijan los textos
de las convenciones) la criminalización, incluido del consumo, la inclinación a
endurecer las penas incluido la aplicación de la pena de muerte para ofensas
menores. Llegamdo a lo que el presidente Nixon lanzó en los 70: la guerra
contra las drogas. Subrayemos los objetivos geopolíticos inocultables de esa
política: despliegue de equipos, bases y asesores de EEUU en toda la región.
Hemos asumido una responsabilidad diferenciada, que despliega la erradición de cultivos, la
criminalización y la guerra en nuestros suelos. Los grupos criminales
trasnacionales no solo trafican cocaina de sur a norte. Su cartera de negocios
incluye tráfico de armas de norte a sur, lavado de dinero, trata de personas,
etc. Sumemos a ello la constelación de corrupción de toda la cadena que esto
promueve. Al decir del ex Secretario
General de ONU Kofi Annan: ¨Las drogas han
destruido muchas vidas, pero las malas políticas han destruido muchas más.Todos
queremos proteger a nuestras familias del peligro potencial de las drogas.
(…)A nivel internacional, la guerra contra las drogas no ha tenido éxito. Se
estima que la prohibición global cuesta al menos 100.000 millones de dólares
(90.700 millones de euros) al año, mientras que hay 300 millones de personas
que consumen drogas en el mundo, contribuyendo a un mercado ilícito
internacional con un volumen de 330.000 millones de dólares al año, uno de los
mayores mercados de materias primas del mundo. La prohibición ha tenido poco
impacto en la oferta y demanda de drogas.(…) La prohibición no ha reducido
considerablemente el consumo. Los estudios han fracasado una y otra vez a la
hora de establecer un vínculo entre la dureza de las leyes sobre drogas de un
país y sus niveles de consumo. La criminalización y el castigo generalizados de
las personas que consumen drogas -las cárceles masificadas- significan que la
guerra contra las drogas es, hasta cierto punto, una guerra contra los
consumidores: una guerra contra las personas¨ [11]
En el Segmento de Alto Nivel del 58
Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes
(Viena 2015) año previo a UNGASS 2016 desplegamos, una serie de preguntas, que siguen vigentes:
¨Tenemos el desafío de ser más efectivos, eficientes y humanos. No siempre tenemos el coraje de mirar la realidad de frente y sin autocomplacencia. El pensamiento único, dogmático, a veces moralista, otras veces pseudocientífico y poco abierto a las buenas prácticas, dominan el panorama. Corremos el riesgo de una nueva frustración si UNGASS 2016 no tiene el coraje de admitir que hay diversidad de enfoques, de miradas diferentes, de nuevas experiencias y de un rumor que recorre el mundo entero: ¿Estamos verdaderamente cumpliendo con la integridad de las políticas? ¿son efectivamente equilibradas? ¿No es una evidencia que los fondos dedicados al control de la oferta y el peso de la estrategia están en lo punitivo? ¿Se respetan los DDHH cuando ofensas menores, incluso el consumo se penaliza hasta con pena de muerte? ¿O cuando se practican las internaciones compulsivas y los campos de trabajo forzado para adictos? ¿Podremos al menos pensar acercarnos al diálogo sobre otro tipo de regulación? ¿Seguiremos aceptando que la responsabilidad es común pero compartida en forma no equitativa, que algunos costos humanos, económicos y sociales están diferenciados y pesan en los más pobres? ¿Que en los países de producción y de tránsito se despliega con más intensidad la violencia, a pesar que el consumo de drogas es muy bajo, y la demanda de consumo y los terminales del lavado de dinero siguen la ruta hacia el Norte? ¿Seguiremos aceptando una interpretación flexible de las Convenciones en un sentido represivo: porque hay Estados que las interpretan aplicando pena de muerte. ¿Verdaderamente se custodian y garantiza el derecho a la salud y la seguridad humana con políticas que incrementan la violencia y castigan por igual a toda la cadena de las drogas? ¿Continuaremos hablando de tratamientos cuando es notorio que el derecho a la salud no está contemplado en la mayoría de los sistemas de salud, que el enfoque religioso no es aceptable como base científica? ¿Seguiremos negándonos siquiera a mencionar el término y el enfoque de reducción de riesgos y daños, como en si estuviéramos en la Inquisición, negándonos a aceptar que los programas de intercambio de jeringas y los espacios de venopunción asistida fueron una respuesta humanitaria y eficaz para el embate de heroína de los años 80?¨[12]
[1] Licenciado en Psicología. Docente de
Psicopatología. Secretario General de Junta Nacional de Drogas de la
Presidencia de la República (2005-2011/2015-2016). Embajador Itinerante para
Drogas y DDHH. Representante Permanente de Uruguay ante OEA (2012-2014).
Representante de Uruguay en: Comisión de Estupefacientes de NNUU, Comisión
Interamericana contra el Abuso de Drogas CICAD-OEA, Reunión Especializada de
Autoridades de Aplicación en Materia de Drogas del MERCOSUR (RED), Consejo
Suramericano para Problema Mundial de Drogas de UNASUR. Jefe de Delegación de
Uruguay en la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS
2016).
[2] https://elpais.com/elpais/2019/03/18/eps/1552929980_035433.html
[3]
Celebre
científico israelí que en sus investigaciones aisló y determinó la estructura y
síntesis total de la molécula Δ9-tetrahidrocannabinol THC
[4] https://www.elobservador.com.uy/nota/uruguay-tendra-una-camara-de-empresas-de-cannabis-medicinal-20181015164824
[5] https://www.oas.org/docs/publications/layoutpubgagdrogas-esp-29-9.pdf
[6] http://www.mrree.gub.uy/frontend/page?1,inicio,ampliacion actualidad,O,es,0,PAG;CONC;128;2;D;presentacion-de-uruguay-ante-la-jife;4;PAG;
[7] http://www.telenoche.com.uy/mundo/yans-contra-el-mundo.html
[8]
Autores: Martin Jelsma, Neil Boister, David Bewley-Taylor, Malgosia
Fitzmaurice,John Walsh En colaboracion con Global Drug
Policy Observatory (GDPO), Washington Office ol Latin America (WOLA) Programa Drogas y
Democracia TNI
[9] Documento final del trigésimo período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General, titulado “Nuestro compromiso
conjunto de abordar y contrarrestar eficazmente el problema mundial de las
drogas” https://www.unodc.org/documents/postungass2016/outcome/V1603304-S.pdf
[10]
www.ircca.gub.uy/
[11] https://www.huffingtonpost.es/kofi-annan/legalizar-las-drogas_b_9317094.html
[12] Intervención del Jefe de Delegación de Uruguay. Segmento de Alto Nivel 58 Periodo de Sesiones de CND. Viena. Marzo 2015. https://www.tni.org/files/interevencion_m_romani_cnd2015_0.pdf
Publicado en la Revista Diplomática enero-junio 2019
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