En el 2005 con el arribo del FA al gobierno se pone en marcha un Sistema Nacional Integrado de Salud y “del dicho al hecho hay un gran trecho”, todavía no hemos logrado que sea realidad plena. Una de sus novedades fue la definición de la centralidad del usuario como sujeto de derecho y protagonista de las políticas de salud. Este hecho en sí constituye un estímulo a la ampliación de la participación.
Ocuparse de la salud y participar no era algo nuevo en nuestro país. En nuestro barrio, tenemos un Policlínico Odontológico del Cerro que es modelo en América Latina, con 23 años de historia de Atención Primaria de Salud. Fue fundado por la comunidad y sostenido por la participación de más de 40 comisiones vecinales en el área del Zonal 17. Luego en 2013 se municipalizó para que no se perdiera ese logro.
A partir de 1990 tenemos los Concejos Vecinales trabajando por la equidad y la descentralización. Entendemos por equidad: la inclusión social y la distribución de la riqueza; entendemos por descentralización: la transferencia de recursos y competencias de lo central a lo local, es decir a los vecinos como sujeto colectivo tomando decisiones e involucrándose.
Es en este marco que la Comisión de Salud del Concejo Vecinal 17, en marzo del 2005, es pionera en convocar a la formación de un Movimiento de Usuarios de Salud el cual entendía como el inicio de un proceso colectivo de participación ciudadana en salud. Han sido doce años de ensayar una experiencia nueva, el desafío de construir una organización nacional a partir de una diversidad de experiencias. La posibilidad de tener representación de los usuarios en las instituciones de salud generó una discusión sobre los modos de participar y el cómo hacerlo. Los obstáculos para el desarrollo de las potencialidades de la participación social y los elementos facilitadores de un sistema delegativo nos han jugado en contra de nuestra utopía, en la cual todos y cada uno puedan ejercer sus derechos. En nuestro territorio se trabaja con tenacidad por una causa justa. Hoy nos sentimos guardianes del proceso.
Nosotros creemos que hay que construir una democracia participativa, este es un camino donde partimos de un usuario objeto mercancía de un sistema de lucro hacia un usuario sujeto de derecho en un sistema solidario de salud, de esos círculos horizontales de participación social deben salir los delegados para lo que sea. Nos gusta decir que tenemos que pasar del yo al nosotros y del nosotros al todos, porque el usuario luego de llegar a sujeto de derecho con una posición colectiva debe interactuar con los otros actores para alcanzar el éxito de una economía de salud que cubra las necesidades de la gente. Hemos utilizado una metodología de taller con un alto componente educativo para fomentar nuevos hábitos y valores; educándonos para la solidaridad. Esa solidaridad que nos hará entender que no podemos aplicar los programas de infancia igualmente para los niños que nacen en barrios por abajo del nivel de pobreza a los que nacen en barrios ricos. ¿O es que los niños no deben tener los mismos derechos al nacer?
No tengo salud si tengo hambre, no se puede ser sano si no tengo vivienda, no tengo salud si no tengo trabajo, si no tengo educación, si no tengo libertad…
En salud el equilibrio se rompe cuando triunfan los factores de riesgo. Cruzar la calle con roja es un factor de riesgo, si además vamos rengos y tenemos dificultad para ver, el riesgo aumenta, entonces se produce el daño. Después del daño viene la secuela o la muerte.
El problema de salud es de no prevenir. La mentalidad preventiva es promocionar la salud, trabajando esos factores de riesgo que están en el barrio para que no se conviertan en daño, no esperar a que se enfermen las personas.
Hay que trabajar con la gente no para la gente, si el que sufre los riesgos no hace nada por cambiar los hábitos y evitar ese riesgo, serán inútiles los mejores esfuerzos de los mejores equipos de salud.
Hay programas de la mujer, del niño, del adolescente, del adulto mayor, de salud mental. Más de quince programas para trabajar con ellos en cada territorio. Nosotros también hemos aportado en la elaboración de esos programas, basta recordar que en el Programa de Salud Mental se habían olvidado de poner el tema de las adicciones y nuestra presencia, en el Consejo Consultivo para los Cambios, fue determinante para corregir la omisión.
El tema central está en lograr un sistema de salud con un modelo de atención preventivo. El 90 % de los problemas de salud se solucionan sin dinero y fuera del Centro de Salud. Hay que anticipar para actuar sobre las causas y no sobre las consecuencias de los problemas.
La participación social es imprescindible para lograr aterrizar la Atención Primaria de Salud. ¡En eso estamos!