Hace pocos días se hizo viral una foto de un acto del General Manini Rios, hoy integrante del senado por su partido Cabildo Abierto, integrante de la coalición de gobierno, en defensa del No. La triste foto mostraba el senador hablando y abajo del estrado niños sentados de espaldas al acto comiendo. Una imagen chocante para cualquier persona con un grado mínimo de sensibilidad. Hay tres textos de milagros (gestos especiales de Jesus, que tienen un fondo histórico) en los evangelios de Marcos con niñas y niños. Niños y niñas difíciles, problemáticos, que son ejemplo de las dificultades y exigencias de la vida y que muestran lo que la sociedad debe hacer con los niños y niñas más olvidados y oprimidos. Voy a tomar solo uno, el capítulo 7 del Evangelio Marcos; Jesus luego de una disputa se va enoja y cruza la frontera llega a Tiro y Sidón encuentra una mujer fenicia, una mujer de otra religión, de otra raza, pero quiere hablar con él. Pero Jesús al principio se niega, quiere descansar, pero la mujer insiste y Jesús acepta escucharla “¿que te pasa mujer?”, ella le responde, “tengo una hija que se muere, ven, cúrala”. Gran sorpresa la respuesta de Jesus “no es mi problema, yo vine a curar a las ovejas descarriadas de Israel”, Jesús responde con el dogma nacionalista de Israel, primero están los hijos de su nación. Ante esto la mujer con sus argumentos convence a Jesús “tú tienes pan para todos, tu mesa es abundante, cura ya a mi hija”. La mujer le enseña a Jesús que el nacionalismo de Jesús es excluyente y que no hay niños y niñas de La Tahona por un lado y niños y niñas del barrio Ayui de Artigas ni del Borro de Montevideo por otro. Entonces Jesús se pone en el pellejo de aquella madre, aprende que como hombre no sabe todavía lo que significa la maternidad, tampoco había tenido hijos, no conocía la experiencia. Entonces le responde “grande es tu fé, yo quiero curar a tu hija, vete y cura a tu hija”. Hay una doble enseñanza Jesús se deja transformar por esa madre y le da fuerza para que cure a su hija. La hija no aparece, pero es signo de todos los niños y niñas empobrecidos por este régimen cruel que excluye del alimento, el techo y la salud.
LAS NIÑAS Y NIÑOS EXCLUIDOS por Antonio Coelho
