Por Jorge Bentancur
La petrolera francesa Total, que cavará el pozo petrolero más profundo del mundo bajo territorio marítimo uruguayo, perforará 3.400 metros de agua y 3.000 más de tierra, haciendo, entonces, un total de 6.400 metros de profundidad. Estará ubicado a nada más que 400 metros de la costa de Montevideo y tendrá un costo económico aproximado de 200 millones de dólares (aunque tiene sólo un 17% de probabilidades de encontrar petróleo) que correrán a cargo de la empresa.
La energía existe en tres formas: las denominadas energías “fósiles”; las energías nucleares; las energías renovables. Vamos a ver los pros y los contras de cada una de ellas.
La energía fósil
Este tipo de energía (la hulla, el petróleo y el gas natural) representan el 80,6% de la energía producida. Las reservas corresponden a 180 años para el carbón, 54 años en el caso del petróleo y 40 años para el gas natural. Esta situación provoca conflictos bélicos, dado el carácter estratégico de estos suministros. Las energías fósiles son responsables del aumento del contenido de gas carbónico de la atmósfera provocado por el hombre. Y se acentúa el efecto invernadero, lo que tiene como consecuencia directa un recalentamiento progresivo de nuestro planeta, que repercute negativamente en la evolución del clima y del medio ambiente.
La explotación para sacar el «oro negro» destruye los suelos que quedan imposibilitados de ser reconvertidos para el agro.
La industria de los hidrocarburos es más de capital intensivo que de mano de obra intensiva. De allí que la inversión venga del extranjero, a veces importe a sus trabajadores y poco le deje al país que aporta sus recursos. En aguas uruguayas operan British Petroleum (BP), British Gas Group (BG), Total (de origen francés), Tullow Oil (Irlanda-Gran Bretaña), YPF (Argentina) y PetroGalp (Portugal) En resumen, los territorios se transforman en nudos que no contagian desarrollo, y el negocio queda en pocas manos.
Nigeria, uno de los tres principales proveedores de crudo, en 1970 el 36% de sus habitantes era considerado pobre, hoy, más del 70%. En Angola, uno de los mayores productores de África, el 68% de la población vive debajo de la línea de pobreza a pesar de que su PBI creció 400% en los últimos 10 años. El modelo de explotación petrolera en África y Medio Oriente es el mismo. Una empresa estatal concesiona los campos a explorar a multinacionales. En algunos casos, se asocia en emprendimientos mixtos. Muchas veces trae agresiones bélicas para sus pobladores, los países dominantes se quieren apropiar del crudo a cualquier costo. Las guerras han ido en aumento cuando la demanda aumenta y la oferta disminuye. Hay varios países dispuestos a invadir a otros si es necesario para asegurarse el “oro negro”. Las pruebas están a la vista. De todas formas está claro que esta fuente de energía desaparecerá en este siglo y habrá que sustituirla gradualmente por otra.
La energía nuclear
Esta forma de energía significa un 2,7% del total y tiene la ventaja de que no tiene efecto alguno sobre el contenido de gas carbónico de la atmósfera. Sin embargo hay mucha inquietud por la falta de transparencia de la información y muchas dudas sobre la seguridad que ofrecen las instalaciones. Hay varios antecedentes negativos. Además también preocupa la gestión de los desechos radiactivos. Se calcula que luego de hacer el negocio en el corto plazo, se necesitan 100.000 años en reparar las consecuencias de destrucción, enfermedad y contaminación, es un negocio que a la larga da pérdidas. Muchas veces hemos sentido rumores de ciertos contenedores que van de una zona franca a otra y de país en país, con quien sabe qué cosa dentro. Además del riesgo que significa la propagación de la actividad nuclear con finalidades bélicas. El resultado inmediato que nos pueda dar esta fuente de energía, son todas pérdidas si cerramos las cuentas con las consecuencias que acarrea para las generaciones futuras.
Las energías renovables
Estas energías, como la hidráulica, la solar, la eólica o la mareomotriz, son más amigables con la naturaleza y cubren un 16,7% de la demanda global. Sigue siendo más cara que las dos anteriores. Y transcurrirá tiempo antes de que puedan constituir la fuente principal de abastecimiento. La demanda energética sigue creciendo, cada país y el planeta todo tienen derecho de disponer de fuentes de energía adecuadas, y tienen obligaciones para proteger el medio ambiente, con una clara prevención de los riesgos. La gestión de los desechos nucleares y la lucha contra todo tipo de contaminación de origen “energético” están en la tapa del libro. Todo parece señalar que es a las energías renovables que debemos apostar a futuro. También parece que es una de las estrategias políticas de nuestro país.
Cambios en la matriz energética en Uruguay
Uruguay ha avanzado mucho en la última década transformando su matriz energética hacia las energías renovables, la soberanía energética y la reducción de la huella ambiental. Esta política energética 2005-2030 comenzó a discutirse en 2005, fue aprobada en 2008 y los cambios se han generado rápidamente. Es ya el país sudamericano con el mayor porcentaje de energía renovable, que alcanza a más del 50% de la matriz energética total (electricidad, combustibles, energía usada por industria, agro, transporte, residencias) y 90% de su energía eléctrica. Si bien en relación con la energía hidráulica el país ha llegado a un límite, en la energía eólica, la solar y la biomasa se está llevando adelante un avance sustantivo. En 2016 Uruguay es el país del mundo con mayor proporción de energía eólica, más de 30% de su energía eléctrica. Le siguen Dinamarca con el 28%, España 21% y Alemania 12%. La instalación de numerosos parques eólicos en varios departamentos del país ha logrado que Uruguay aproveche la energía de los vientos de tal forma que hay muchos momentos en que el 100% de la energía eléctrica utilizada proviene de fuentes renovables. Uruguay ha dejado de importar energía y puede comenzar a exportar.
Uruguay también busca petróleo en el mar y llegará un buque especializado en perforación, por cuenta de Total, multinacional de origen francés. Hará un pozo que cuesta 200 millones aunque sólo tiene 17% de probabilidades de hallar petróleo en él. Gastarán por su cuenta y riesgo 1.600 millones de dólares en los próximos años para examinar el subsuelo marítimo. Lo que no ponen en la cuenta es lo que perderían las futuras generaciones en Uruguay si contaminan el agua. La vida en el mar puede desaparecer. El agua que bebemos puede quedar contaminada. Para inspeccionar en el mar se hará un pozo de 6400 metros de profundidad, y se utilizará la modalidad de la fractura hidráulica o fracking, una práctica que permite que las empresas especializadas busquen acceder a las reservas menos accesibles. Mediante esta técnica de extracción se mezcla 200 camiones cisterna de agua con (entre 55.000 y 225.000 litros) productos químicos y arena, y toneladas de esta mezcla resultante, se inyectan a alta presión en los yacimientos. Muchos de estos productos son substancias tóxicas. Los ductos que se instalan llevan un revestimiento de cemento que parece se puede hacer solo hasta 3000 metros. Existen fugas de los fluidos utilizados en el proceso que escapan a través de fisuras o fallas naturales existentes en el suelo, así como fallas en la cementación del revestimiento y los tanques. Estas fugas pueden provocar la contaminación de la red de abastecimiento de agua potable, así como de ríos, aguas subterráneas y atmósfera cuando se evaporan. Por otra parte estas prácticas pueden producir terremotos de baja intensidad.
El costo de extracción de un barril de petróleo de 159 litros en Arabia Saudita, por ejemplo, es de entre 10 y 17 dólares, en Nigeria es de unos 75 dólares y en Canadá cuesta 75-80 dólares. En el Uruguay costaría unos 20 dólares en tierra y el triple en el mar. Por lo cual al precio actual del barril a 34 dólares no sería rentable la explotación en el mar. Sin tener en cuenta todos los perjuicios que podría acarrearnos a futuro y que ninguna empresa de lucro se hará cargo de reparar.
Mientras tanto en la zona de Piedra Sola (entre Tacuarembó y Paysandú) y en Salto, en torno a la cuchilla de Haedo, trabajan las firmas Schuepbach Energy, con sede en Texas, y Petra, de origen australiano. Schuepbach tiene un contrato de explotación por 30 años.
El precio del petróleo
El petróleo americano ha provocado un exceso de oferta, hay más petróleo del que se consume. Ellos inyectan agua y sustancias químicas en los orificios para extraer así el petróleo atrapado en las rocas de las profundidades. Se desconoce el efecto que estas sustancias tienen sobre el medioambiente. Lo que importa ahora es que el fracking produce petróleo. Hace diez años, Estados Unidos solo extraía un par de miles de barriles diarios (un barril tiene 159 litros). Hoy son 1,1 millones de barriles.
Ese exceso de oferta está haciendo que países como Venezuela, Rusia o Irán estén perdiendo cantidad de dinero. A Uruguay le repercute negativamente, Venezuela no nos puede pagar la leche. Cuatro países de África que son grandes monoproductores de petróleo ya no nos compran el pescado porque sus ingresos menguaron, y la caja de pescado de 23 kilos está a $350 porque pasamos de venderle a 70 países a no encontrar mercados donde colocar el producto. Y con estas reglas de juego se benefician los países industrializados. En Europa, por el contrario, el bajo precio del petróleo estimula la economía. Un antiguo asesor del Pentágono, Edward Luttwark, lo resume así: “El bajo precio del petróleo está hundiendo a nuestros rivales sin que nosotros tengamos que hacer nada”.
Los chinos están llenando sus depósitos con petróleo barato mientras prometen inyectar ayuda financiera a Rusia y Venezuela. La influencia política de China en el mundo crecerá.
Thomas Friedman, columnista del New York Times, se preguntaba: « ¿Está en marcha una guerra mundial del petróleo, con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e Irán, por el otro?». El lema podría ser: «Bombeémosles hasta que mueran».
Más allá de la coyuntura, el precio del petróleo volverá a subir con el pasar del tiempo, y a medida que comience a agotarse y sino encuentran una alternativa energética será el botín de duras batallas.
Muy interesante
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