ALIMENTOS TRANSGÉNICOS Y DERECHOS DEL CONSUMIDOR por Pablo Anzalone*

La aplicación de ingeniería genética en la producción de alimentos ha dado lugar a múltiples debates que están lejos de saldarse. Existen controversias de tipo científico, sanitario, ambiental, económico y geopolítico.
La posibilidad de efectos negativos para la salud ha motivado distintos estudios científicos. No es un tema sencillo porque hay diferentes tipos de riesgos y peligros. La mayoría de los estudios no han constatado perjuicios sanitarios claros. Otros estudios llegan a conclusiones contrarias. Estas contradicciones deberían motivar más estudios independientes de los intereses económicos involucrados, ya que se han constatado fuertes presiones en ese sentido. El principio de precaución es una guía para las políticas públicas en estos temas.

Resolver la autorización de eventos transgénicos basándose exclusivamente en los estudios presentados por las empresas multinacionales que los producen y lucran con ellos, es una situación compleja y riesgosa para los Estados. En Uruguay esa preocupación motivó la realización (2014) de un importante Curso de Capacitación sobre Identificación de Transgénicos organizado por el MSP, MRREE, MVOTMA y UDELAR con presencia de los ministros respectivos y de la intendenta, y el apoyo técnico del gobierno de Noruega. Quedó muy clara la necesidad y el interés de incrementar la capacidad nacional en materia de investigación sobre transgénicos, con miras a una vigilancia y control sobre sus efectos.
En el contexto actual los eventos transgénicos implican, a su vez, paquetes tecnológicos, como la asociación soja transgénica-glifosato, que ha derivado en un incremento sustancial del uso de este plaguicida. En eso los riesgos ambientales y sanitarios son mucho más claros. No hay mediciones adecuadas del glifosato y su impacto en el ambiente. Los altos precios internacionales de la soja incentivaron el monocultivo como modelo productivo, lo cual implica, asimismo, serias controversias.
La existencia de debates no es un elemento negativo, por el contrario, es una garantía democrática. El peor escenario para temas complejos como éste, es la concentración de la información y las decisiones en pocas manos, sin posibilidad de cuestionamientos o análisis críticos.

Más allá de estas polémicas, el etiquetado de los alimentos transgénicos forma parte de los derechos del consumidor. Las personas tienen derecho a saber qué contienen los alimentos que consumen. Ese principio es un fundamento fuerte para desarrollar políticas de información adecuadas que incluyan el rotulado obligatorio a nivel nacional.

El etiquetado de los alimentos transgénicos es obligatorio en 64 países, entre ellos la Unión Europea, Japón y Brasil. En Uruguay fue promovido por la Intendencia de Montevideo (coincidiendo con propuestas de organizaciones sociales) y aprobado por unanimidad en la Junta Departamental. Con el cambio de gobierno en Montevideo, luego de 2015, hubo dilatorias y señales contradictorias para su implementación. Pero al mismo tiempo fue aprobado por los gobiernos de Lavalleja y Paysandú. Existen condiciones para su definición a nivel nacional y está a consideración del Parlamento un proyecto de ley que establece el etiquetado obligatorio.

Crear condiciones para que los consumidores ejerzan sus derechos no puede ser solo un discurso. Constituye un reclamo legítimo de la población. Debe ser parte de una estrategia para democratizar la sociedad brindando más instrumentos para la toma de decisión libre e informada. Integra las políticas públicas hacia la seguridad y soberanía alimentaria.

La ingeniería genética y la biotecnología son grandes avances científicos con gran potencial de incidencia sobre la sociedad humana, las formas de vida y los ecosistemas. Por eso y porque el manejo de esos conocimientos y técnicas está muy concentrado, deben estar sometidos a regulaciones que protejan los derechos de la población en distintos planos: el conocimiento y la información son uno de ellos.
*Artículo publicado en el Semanario Voces 22 marzo 2017

“LA RENOVACIÓN IDEOLÓGICA ES UNA NECESIDAD” Entrevista a M.Fernández Galeano*

Fernández Galeano apoya la candidatura de Pacha Sánchez

Nos recibió en su oficina de la Organización Panamericana de la Salud y como siempre se mostró dispuesto a hablar de política. Le preguntamos sobre el juicio de Philip Morris, sobre el Frente Amplio (FA) y sus elecciones internas. Hablamos con Miguel Fernández Galeano, un militante frenteamplista de todos los tiempos, un ser político que dice lo que piensa, sin guardarse nada.

Rolando W. Sasso

El ex subsecretario de Salud Pública, actual frenteamplista independiente, reflexionó que habrá que trabajar mucho para recuperar a la fuerza política que todos queremos, para que siga siendo la herramienta de cambio que requiere el pueblo uruguayo.

¿Qué puede rescatar del período en que fue edil de la Junta Departamental de Montevideo?
Fui edil suplente por el MPP de Tota Quinteros y Graciela Possamay, donde tuve varias veces la oportunidad de ser coordinador de bancada. Fue un momento muy interesante porque en ese período instalamos la idea de que más allá del peso que tuvieran los distintos sectores, era importante que en el primer gobierno progresista que tenía el país, estuvieran expresadas todas las fuerzas y la síntesis política que era el FA.
Participamos de un momento muy importante del Frente, porque a diferencia de muchos problemas que tenemos hoy, importaba por encima de todo, el proyecto político. Había una preeminencia del proyecto por sobre lo sectorial y más aún sobre el destino personal de los que estábamos militando allí. Eso es una cosa que el Frente tiene que recuperar y espero que la instancia de las internas, coloque de nuevo esa idea de trascender lo sectorial –sin negarlo– y que los sectores mayoritarios permitan que todos los puntos de vista se expresen.

Pero había diferencias entre los sectores…
Sí, había diferencias, no era una cosa idílica, pero esas diferencias eran superadas por la idea de que nada era más potente que incorporar el punto de vista de todos. Y eso no era un acto de mera generosidad ingenua, porque la unidad es una necesidad política y no un tema de buenos modales. Hay que entender la unidad como factor de síntesis; se insiste mucho con que Seregni matrizó la idea del consenso (que lo pronunciaba de manera particular) pero el FA siempre tuvo grupos hegemónicos y grupos minoritarios, y el mejor desempeño del Frente fue cuando el grupo hegemónico incorporaba el punto de vista de las minorías. Ese es el FA que hay que rescatar.

El Frente ha cambiado, ya no es el mismo del 71, ni el del 85, ni el del 90…
No lo es, tampoco es el del 2000 o el del 2005 cuando ganamos el gobierno nacional. Porque entre otras cosas se agotó el proyecto político. No quiere decir que no haya más nada que hacer, quiere decir que –como en el amor– cuando se agota hay que buscar nuevas maneras de recrear la razón de ser del FA, que es que la gente viva mejor. Y todavía hay mucha gente que vive muy mal y todavía hay mucha desigualdad.
Entonces lo que hay que hacer ahora es pensar cuál es la agenda política de la fuerza –no sólo del gobierno– para seguir transformando la situación social, política, económica y cultural del Uruguay.
Esa agenda hay que elaborarla no haciendo más de lo mismo, ni haciendo igual lo que se ha demostrado que no funciona. Si en materia económica hacemos lo que históricamente se ha hecho, es decir, vienen los períodos contracíclicos y yo me retraigo, en lugar de pensar una política proactiva, sería no tomar en cuenta que nosotros rompimos muchos mitos. La crisis no empezó ahora sino en el 2008 y nosotros dijimos que el contexto externo no es el que explica la existencia de políticas transformadoras, sino que lo explica la voluntad política de trabajar para resolver el problema de la desigualdad, del salario de los trabajadores que es un elemento central.
Esto rompe con todas las teorías económicas y sin embargo estuvimos siete años haciéndolo, pero ahora volvemos al miedo de que el salario traiga inflación. Nadie dice que el salario tenga que mantener el nivel de crecimiento que tenía, pero que no pierda su poder adquisitivo.

La agenda del FA tiene que construirse en contacto con la gente, pero ¿se ha perdido el contacto con la gente?
Se ha perdido en términos reales, lo cual es muy grave, y se puede perder la sensibilidad política de que es con el movimiento social que se construyen las transformaciones. El FA es una condición necesaria, pero no suficiente para los cambios. Los cambios solo se pueden producir si hay un bloque social y político para sostenerlos. Esto es muy obvio, pero cuando llegamos al gobierno, parece que eso puede olvidarse y no hay nada peor que el gobierno fagocite al partido, que el gobierno se coma la política y terminemos teniendo una nomenclatura de cargos en el gobierno, sin diálogo con la gente.

¿Y dónde está la clave?
La clave es el modo de hacer y de construir pensamiento y acción política, en diálogo muy directo con la gente y desarrollando respaldos para las transformaciones con niveles de autonomía importantes. Como siempre decían los viejos anarquistas, el movimiento sindical y social tienen que tener un grado importante de autonomía de los partidos y del Estado. Y yo siempre pensé que la fuerza política tiene que tener autonomía del gobierno y el gobierno su autonomía de la fuerza política.
Una cosa es que el gobierno deba mantenerse fiel a las grandes carreteras del programa y otra es que el gobierno tenga que responder miméticamente a lo que diga la fuerza política. Ahora bien, la fuerza política tiene que tener capacidad de crítica, capacidad de reacción frente a lo que el gobierno hace y dice. Por eso me pareció bien cuando al Pacha Sánchez le preguntaron por el aumento de $ 200 a los jubilados, dijo “es un error político”. Nosotros tenemos que recuperar la capacidad de pensar críticamente como fuerza política, lo cual no significa ponerse a tirarle piedras al gobierno.
Todo esto tiene que ver con una idea gramsciana de hegemonía cultural que yo la sintetizo así: cuando vi la encuesta donde le preguntaban a los uruguayos por la razón de la pobreza y el 70% respondió (después de dos gobiernos nuestros) que era por la gente que no quiere laburar, entendí que estábamos perdiendo la batalla ideológica. Si la gente que nos vota entiende que el pobre es producto de la holgazanería, es porque estamos perdiendo la batalla cultural. Entonces esa es la batalla que tiene que dar el Frente.

¿Cómo recuperar el ida y vuelta con la gente? Porque los Comités de Base no funcionan…
Es una herramienta que hay que rescatar, pero hay que generar otras. Mirá, la primera cosa es laburando mucho. Hay que tener la capacidad de trabajar muchas horas para que la gente se movilice y te crea. Yo recuerdo en la campaña del 71, cuando iba al Comité que estaba a cuatro cuadras de mi casa, que ahí estaba la gente. Era la herramienta del momento y la edad media entonces era de 25 años.

Pero ahí se discutía de política, lo cual no sucede hoy…
Porque ahí no llegaba el orden del día oxidado de la Mesa Política. Ahí no había senadores barriales –con todo respeto a los compañeros que son delegados– porque el problema es cuando los que representan a un organismo se conforman con ser los representantes y no se preguntan a quién representan. Porque para saber lo que piensan los frenteamplistas tenés que fajarte en discusiones políticas con los frenteamplistas.
¿Cómo recuperar las dinámicas participativas? Yo creo que, con creatividad, con audacia y trabajo y para eso se precisa gente joven.

¿Qué papel debe cumplir la ideología en ese rescate del Frente?
Tiene que jugar un papel muy importante sin partir de un modelo ideológico totalmente acabado por el cual haya que caminar. Yo pienso hoy –a través de mi experiencia política– que la construcción de la ideología es un proceso muy dinámico, interactivo y que no es una fórmula cerrada. Hay que saber que la renovación ideológica es una necesidad muy importante, que hay que trabajar en ese plano, pero para que eso acontezca, hay que abordar el tema de la formación. No con esquemas viejos, sino creando foros ciudadanos para construir ideología y pensamiento. Aprovechando lo que haya del tema acumulado, reconstruir, renovar y recrear un marco ideológico amplio para un frente y una coalición como el FA, cuidando de no matar los múltiples sectores que tiene, en términos de proyectos estratégicos.

Yo voto al Pacha
Esto no lo dije en ningún lado, lo digo acá por primera vez. A mí me hablaron para ser un eventual candidato de consenso a la Presidencia del Frente Amplio y aunque es algo que me halaga, yo pensé que estaba manejándose el nombre de un tipo que podría ser mi hijo. Todavía no había sido nominado, pero me di cuenta que para dinamizar el Frente se precisa energía, entrega y una cuota de riesgo – que te guste o no, después de los 50 tenés menos y después de los 60 tenés menos aún– y Pacha tiene casi treinta años menos que yo. Para construir en el Frente hay que recorrer y buscar la realidad incansablemente, eso es imprescindible. Hay que estar con la gente, generar herramientas de diálogo, escuchar y lograr credibilidad. Correr el riesgo de equivocarse, reconociéndolo y rectificar el rumbo. Dar lugar a la emancipación de las cabezas y a que la gente se sienta construyendo políticas.
Por todo eso voto al Pacha sin importarme el sector político al que pertenece.

La demanda de Philip Morris
Se ganó el juicio y fue un triunfo para el país, pero si Uruguay hubiera sido pusilánime cuando la tabacalera amenazó con llevarnos a juicio, si no hubiéramos tenido la decisión política de seguir el camino trazado, aunque la multinacional se opusiera, hubiéramos seguido una política antitabaco tibia. Hubiéramos retrocedido en el tema perdiendo soberanía, aun sabiendo que el tema era justo. Acá lo que hubo fue voluntad política de pisar cayos para seguir transformando, porque si no tenés voluntad de tocar intereses no cambiás nada.

*Entrevista publicada en El cambio.uy. 23/7/16

El Colorado Fernández Galeano
Le dicen el Colorado y es del barrio La Mondiola, de toda la vida. Nació en 26 de Marzo y Luis Alberto de Herrera y sigue viviendo allí, “donde estaba el boliche de mi abuelo Galeano, que se vino de España y con mucho sacrificio puso almacén, bar y cancha de bochas”, dice. En ese tiempo La Mondiola era barrio, barrio. Fue al liceo Nº 7 Joaquín Suárez y a partir de las movilizaciones por el boleto estudiantil, comenzó su militancia. Después pasó al Iava y estuvo en la formación del FER (Frente Estudiantil Revolucionario). Militó en el Comité de Base del FA, dentro de las tendencias más de izquierda. Luego participó en la discusión que dio paso a la fundación del PVP en Buenos Aires. Después vino el exilio en España y el retorno al país donde se graduó de médico en 1990.
Fue edil de la Junta Departamental de Montevideo: 1990-95; director general de la División Salud de la Intendencia capitalina: 1995-2000; director general de Salud y Programas Sociales de la Intendencia de Montevideo: 2000-2005; subsecretario del Ministerio de Salud Pública: 2005-10; presidente de la Comisión Honoraria Administrativa del Fondo Nacional de Recursos: 2005-10; presidente de la Comisión Nacional de Lucha contra el Sida: 2008-13; actualmente es consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en sistemas y servicios de salud.

Etiquetado de alimentos transgénicos: un derecho del consumidor

Por Lic Pablo Anzalone *
Director de Salud de Intendencia de Montevideo 2005-2007 y 2010 -2015

CONSULTA
En el año 2012 la Intendencia de Montevideo a iniciativa de División Salud envía nota formal al Ministerio de Salud Pública proponiendo la adopción de un etiquetado específico para los alimentos que tengan componentes transgénicos, basados en los derechos del consumidor a tener esta información.
El Ministerio de Salud Pública responde también a través de una nota formal, que no existe por el momento una ley nacional que lo habilite pero que la Intendencia de Montevideo y los gobiernos departamentales tienen potestades para adoptar esa norma en sus ámbitos propios

APROBACIÓN
En el año 2013 la Intendencia de Montevideo envía a la Junta Dptal un proyecto de decreto para establecer la obligatoriedad del etiquetado de los alimentos transgénicos.

En diciembre de 2013 la Junta Dptal aprueba el decreto Nº 34.901 con esos contenidos, sin votos contrarios.

En los primeros meses de 2014 la reglamentación del decreto encuentra dificultades técnicas ya que debe aclararse que el etiquetado corresponde cuando el componente transgénico sobrepasa el 1% de cada ingrediente del alimento, considerado por separado. Por esta razón desde Div. Salud se promueve una modificación del texto del decreto que es aprobada por la Junta Dptal a mediados de 2014.
Es decir que la norma fue aprobada dos veces por la Junta Departamental.

En setiembre de 2014 la IM aprueba la reglamentación del decreto adoptando el símbolo establecido por Brasil (triangulo con la T en el medio) para simplificar su implementación. La especificación en el rotulado del texto “contiene elementos transgénicos” que podría implicar la necesidad del cambio total de la rotulación se deja para una segunda etapa, posiblemente cuando se haga una revisión global del etiquetado, que es muy necesaria.

DIALOGO CON LOS SECTORES EMPRESARIALES
Durante los últimos meses de 2014 se reciben en Div. Salud notas de algunas empresas multinacionales cuestionando los fundamentos de la medida por atentar contra la libertad de comercio y las normas de la OMC, dejando planteada la posibilidad de medidas legales y solicitando la suspensión de la misma. También se recibe una consulta/comunicación de la Cámara de Alimentos de Argentina a través de Cancillería en el mismo sentido

La CIALI Cámara de Industrias de Alimentos adopta una actitud distinta. En primera instancia solicita una reunión con División Salud donde entrega nota planteando dificultades para la implementación y solicitando una prórroga de un año. Consulta sobre posibilidad de reunión amplia con empresarios y técnicos en CIALI para que la IM pueda responder a dudas y cuestionamientos.

El 3 de diciembre se produce la reunión con alrededor de 30 representantes empresariales que plantean dificultades de dos tipos: conocer la presencia de OGM e implementar el etiquetado. La delegación de la IM (Pablo Anzalone, Dir. Div. Salud, Gustavo Lancibidad, Dir. Lab. Bromatología) concurre con los prof Claudio Martinez y Mailen Arleo de Fac de Ciencias, escucha y recoge los planteos, aclara los aspectos técnicos y operativos.
Luego de la misma también se realizaron reuniones con empresas como Pepsico y la Cámara de Importadores de Productos de Almacén.

Cabe señalar que el proceso de dialogo con la CIALI culminó en una reunión donde la Cámara manifiesta que no se opondrán a la medida sino que colaborarán en su implementación. “No es un invento de Montevideo sino que se aplica en 64 países”.

MECANISMO DE IMPLEMENTACIÓN
La IM trató de combinar la aplicación inmediata del decreto con la flexibilidad necesaria para que el etiquetado fuera viable:

No se aceptan prorrogas a la aplicación del decreto; las empresas deben declarar la presencia de OGM y comprometerse en plazos concretos para etiquetar. Al mismo tiempo se concederán plazos para el etiquetado de los distintos alimentos frente a argumentos razonables como muchos de los esgrimidos. Dichos plazos variaron entre 30 y 90 días según los casos particulares.

Frente a las dificultades de empresas que no conocen si los alimentos tienen o no OGM la IM trabajando en convenio con Fac. de Ciencias realizará los análisis correspondientes, informando a las empresas si debían o no etiquetar.

APLICACIÓN DE LA NORMA
Durante el año 2015 se ha avanzado en la implementación del decreto. Hay más de 600 productos que han declarado la presencia de OGM y están cumpliéndose los plazos para el etiquetado. Algunas empresas solicitaron plazos para modificar la composición de los alimentos, evitando tener que etiquetar, y fueron concedidos.
Resueltos los aspectos técnicos comenzaron a realizarse los análisis en aquellos productos con maíz y soja que no declararon poseer OGM.
Las sanciones por problemas de etiquetado tienen un tope de 5UR de acuerdo al Digesto, y son acumulativas. En junio de este año se publicó en la página web de la IM http://www.montevideo.gub.uy/empresas/regulacion-alimentaria/informe-sobre-etiquetado-obligatorio-de-alimentos-transgenicos , un informe sobre lo avanzado en la implementación del etiquetado de transgénicos, incluyendo los nombres de los productos y empresas que han sido sancionadas por incumplimiento. Si las empresas no declararon la presencia de OGM ni plantearon la dificultad para acceder a la información y los análisis dan positivos se constata el incumplimiento de la norma y se aplican sanciones.

Un caso particular se generó cuando una empresa importadora presenta documentación de la compañía fabricante Otis McAllister de EEUU que informa que tres tipos de almendras que se comercializan en nuestro país son transgénicos. Está muy claro que en Uruguay solo se puede producir o comercializar eventos transgénicos de maíz y soja. Por lo tanto todo otro alimento con OGM está violando las normativas nacionales al respecto.
.
IMPORTANCIA DEL TEMA
El etiquetado de los alimentos transgénicos es obligatorio en 65 países, si incluimos a Uruguay por la normativa montevideana. Nada menos que la Unión Europea, Japón y Brasil forman parte de esas naciones.
A nivel nacional se realizó en setiembre de 2014 un importante Curso sobre Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados organizado por el MSP, MRREE, MVOTMA, Udelar, I.Clemente Estable, con el auspicio de la IM, contando con la presencia de los ministros respectivos, del pro rector Randall de la Udelar y de la intendenta Ana Olivera. Quedó muy clara el interés de estas instituciones ( Gobierno y Universidad) de incrementar la capacidad nacional en materia de investigación sobre transgénicos, con miras a una vigilancia y control sobre sus efectos. El apoyo técnico del gobierno de Noruega fue muy relevante para el curso.

Por otro lado distintas organizaciones de la sociedad civil han apoyado la medida del etiquetado, la han difundido en seminarios y jornadas, promoviendo la reflexión y discusión del tema.

Sin duda la ingeniería genética y la biotecnología son grandes avances científicos con enorme potencial de incidencia sobre la sociedad humana y también sobre las formas de vida y los ecosistemas. Tal vez por eso mismo (y porque el manejo de esos conocimientos y técnicas está muy concentrado) deben estar sometidas a regulaciones que protejan los derechos de la población en distintos planos: el conocimiento y la información son uno de ellos.

¿TEMA RESUELTO? Hay varios capítulos pendientes:
a) Continuar los controles para determinar quiénes están incumpliendo y no han declarado OGM a pesar de que estén presentes en el alimento.
b) Controlar el cumplimiento de los plazos comprometidos por los que declararon la presencia de OGM y se comprometieron en fechas determinadas a tener pronto el etiquetado.
d) Que el principal mercado del país esté aplicando esta normativa simplifica la adopción de la misma por parte de otros departamentos y a nivel nacional, ya que la mayoría de las empresas de cierto porte están interesadas en acceder a este mercado.
DERECHOS DEL CONSUMIDOR: El gobierno departamental fundamenta la norma en los derechos del consumidor a conocer si los alimentos que consume tienen o no OGM. La posibilidad de saber y de decidir contando con la información adecuada, es un derecho y una defensa del consumidor en un mundo como el actual.

Existen a nivel mundial muchos otros debates referidos a los alimentos genéticamente modificados: científicos, sanitarios, ambientales, económicos, pero el gobierno departamental no ingresa en ellos sino que reivindica los derechos del consumidor a saber.
OTRAS LÍNEAS DE TRABAJO POR LOS DERECHOS DEL CONSUMIDOR

Crear condiciones para que los consumidores ejerzan sus derechos no es solo un discurso sino un reclamo legítimo de la población, y una forma de democratizar la sociedad brindando más instrumentos para tomas de decisiones más libres e informadas. Constituye una tendencia a nivel mundial, que ampara a la población en un contexto de grandes concentraciones de poder en manos de pocas corporaciones económicas.
En esta dirección se implementaron diversas medidas desde la División Salud de la Intendencia de Montevideo .

* La Intendencia de Montevideo puso su Base de datos de Alimentos en la página web http://www.montevideo.gub.uy/empresas/regulacion-alimentaria a disposición de toda la población. Próximamente estará la Consulta de Empresas y Locales disponible en página web de forma similar. Cualquier persona puede consultar por cada producto, características, empresa, registro bromatológico, etc.
* La Información sobre la habilitación bromatológica de los locales alimentarios está incluida en el Codigo QR junto con la información de DGI y BPS, con lectura fácil desde teléfonos celulares. Pero además existe por via celular desde el mismo código QR la posibilidad de realizar denuncias en materia bromatológica hacia el local en cuestión.

* Funciona desde hace años el CICA , Centro de Información al Consumidor de Alimentos en tel 1950-2131 donde se pueden hacer consultas y denuncias, desencadenando procesos inspectivos.

* Actualmente se está ampliando la información disponible en la base de datos de alimentos en página web para poder identificar más facilmente los alimentos según determinados parámetros (OGM, Alto contenido en sodio, grasas, azúcares, Claims, etc)

* Se aprobó en Montevideo un Decreto sobre Trazabilidad obligatoria de los alimentos desde el productor hasta el consumidor, que permitirá hacer un seguimiento de los procesos de la cadena alimentaria, facilitando el retiro en caso de problemas con la inocuidad.

SUNAE

Está a consideración del Congreso de Intendentes la firma de un convenio para la creación de un Sistema Único Nacional de Alimentos y Empresas. Es una iniciativa que se viene discutiendo entre las intendencias y OPP desde hace varios años. Incluye la creación del Registro Único de Alimentos, Empresas y Vehículos. Entre las exigencias para integrarse están los requisitos del Reglamento Bromatológico Nacional. El acceso al mercado de Montevideo implica cumplir además con los decretos de POES (Procedimientos Obligatorios de Limpieza), el etiquetado de OGM y la implantación de sistemas de Trazabilidad en los alimentos.

*Artículo para la revista Carnes y Alimentos