El rol de Uruguay en el debate mundial de políticas de drogas. Enfoque de derechos humanos, salud pública y regulación de mercados.
Uruguay ha sido elegido por amplísima mayoría, por sexta vez consecutiva desde el 2008, como estado miembro de la Comisión de Estupefacientes para el periodo 2020-2023 en el Consejo Económico y Social (ECOSOC). Es un acontecimiento inédito la permanencia de un estado por tantos periodos consecutivos. Solo puede leerse como un reconocimiento internacional al liderazgo de nuestro pais en el plano del problema mundial de las drogas incluida la iniciativa del mercado regulado del cannabis.
El 26 de marzo en su revista Semanal del diario El Pais de Madrid publicaba un reportaje a Carola Perez, Presidenta del Observatorio Europeo de Cannabis Medicinal bajo el provocativo título de: Cannabis, el negocio que apunta a convertirse en el pelotazo del siglo. En torno al cannabis legal se calcula un negocio mundial de 50.000 millones de euros. Canadá ya ha tomado la delantera. Mientras, España mantiene la prohibición. Pero todos los implicados tienen un ojo puesto en el día después.[2] El 2 de mayo titulaba: Compra multimillonaria en el negocio de la marihuana de Estados Unidos¨ e informaba:
¨La economía de la marihuana legal en Estados Unidos recibió este miércoles un nuevo empujón de confianza. Curaleaf Holdings, un entramado que controla desde la producción de marihuana hasta dispensarios en 12 estados, anunció la absorción de Cura Cannabis Solutions, la compañía más importante del sector en el estado de Oregón, en un acuerdo valorado en 1.200 millones de dólares. Se trata del mayor acuerdo entre compañías de venta legal de marihuana en Estados Unidos.Curaleaf Holdings tiene sede en Massachussetts y cotiza en el mercado canadiense¨
La diplomacia de bienes intangibles
Las relaciones internacionales para un pais como Uruguay, no pueden medirse, ni
proyectarse desde una óptica reduccionista que solo analice la conquista de mercados para nuestros productos o las estrategias para atraer capitales de inversión. Que son un eje imprescindible. Pero no el único. Tienen una importancia relativa respecto a otros bienes intangibles que permiten a Uruguay posicionarse con ventajas comparativas.
Las negociaciones sobre acuerdos comerciales, tan polémicas, complejas y difíciles para un pais de nuestras dimensiones, son un aspecto central de la acción en política exterior. No puede ser de otra manera. Sin embargo no siempre incorporamos objetivos que aunque no sean medibles en lo inmediato, generan no solo prestigio sino posibilidades potentes. Hay una estrategia de aproximación indirecta, que permite posicionarnos como un Estado responsable, de promoción de principios y valores, y en ultima instancia, paradójicamente, abre otras puertas.
No es algo novedoso este concepto en relaciones internacionales. Está en las raíces de rol de la diplomacia. Que viene siempre a sustituir la fuerza o el peso hegemónico, por la persuasión, la negociación y las vías de solución negociada de las diferencias. Es bueno subrayarlo en un momento donde el economicismo tiñe todos los terrenos. Como se podrá apreciar, esto no es idealismo puro. Sino una forma inteligente de colocarse en el contexto internacional y lograr posiciones que de otra manera serían imposibles. En el plano de las políticas de drogas y de la regulación del mercado de cannabis, esto es mas que contundente.
Bienes intangibles: vieja y nueva agenda de derechos
La vieja y nueva agenda de derechos, nuestro rol en los aspectos del cuidado y protección del ambiente, el apego de Uruguay y promoción en el debate y en las prácticas mundiales del amplio marco de derechos humanos, ya han mostrado las virtudes políticas y diplomáticas de estos bienes intangibles. Es mas. La cesión soberanía que como todos los estados aceptamos a favor de decisiones de organismos regionales e internacionales de derechos humanos, proclamar agenda abierta para todo tipo de visita de evaluación en cumplimiento de las mismas, la amplia participación de la sociedad civil en la materia, cumplen un rol no solo a nivel de prestigio internacional. Implica un compromiso a priori y posteriori en las obligaciones de nuestras políticas nacionales. Ser fieles a esos principios, admitir, evaluar y cumplir aquellas señalizaciones e incluso sentencias que nos obligan. Los gobiernos deben liderar la indignación cuando de violaciones a derechos humanos se trata. Porque los instrumentos y organismos de DDHH existen porque los estados violamos derechos. No hemos sido, no somos ni seremos partidarios de aplicar criterios de doble rasero. Ni para otros, ni para nuestro pais. La diplomacia basada en bienes intangibles no es un articulo de lujo for export. Es un compromiso hacia afuera y hacia adentro.
En un mundo complejamente multipolar, donde el multilateralismo parece opacarse (esperemos que por corto tiempo) se imponen ademas desplegar otras lógicas. Replantearse la necesidad de avanzar desde estos ejes enunciados. Una renovada oportunidad para nuestra diplomacia. El problema mundial de las drogas, atado al sistema internacional de fiscalización y control de drogas, regido a partir de las tres principales Convenciones Internacionales sobre drogas, los organismos de NNUU y de OEA, no parecía ser el mejor campo para avanzar en posicionamiento de prestigio político. Mucho menos de abrir puertas vinculadas a los mercados y capitales de inversión. Los acontecimientos que se han precipitado en el mundo y que ha tenido a Uruguay como protagonista y líder, muestran un campo de posibilidades de gran importancia.
2008: Uruguay en la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas
Cuando Uruguay debutó en la Comisión de Estupefacientes en el 2008, con decidida actitud se promovió un Proyecto de Declaración sobre ¨debida integración de los instrumentos de DDHH con la política de fiscalización de drogas¨. Fue una batalla política y diplomática muy dura. Nos llevó al extremo de solicitar votación en el pleno de la Comisión, rompiendo la tradición del consenso de Viena. Fue co patrocinada por Argentina, Bolivia, Suiza y luego la Unión Europea. Generó para nuestra sorpresa, una resistencia insólita, que llegó a un obstruccionismo persistente de varios estados, partidarios del enfoque prohibicionista. No estaban dispuestos a admitir la incorporación de la perspectiva de derechos humanos en el tema drogas. Esto parece insólito, pero esa es la cruda realidad.
La Resolución 51/12 de CND 2008 fue aprobada finalmente. A partir de ese higo, el los documentos que han surgido sobre drogas, el relato que hoy se construye en este plano, ha incorporado definitivamente esa óptica. Este lugar de liderazgo nos posicionó y abrió caminos. Cuando fue sancionada la Ley 19.172 de Control y Regulación de la marihuana el campo abonado se transformó en un top mundial. Es un camino para cambiar. Ha sido un acto de coraje político con una decisión soberana de poner en práctica un nuevo modelo en política de drogas. Uruguay tiene liderazgo porque sobre lo que ya habíamos hecho a nivel nacional y con las propuestas a nivel internacional, proponemos un modelo humano con enfoque de salud pública, reducción de daños, derechos humanos y desarrollo sustentable. Esta conceptualización, avalada por un marco legal e institucional serio y creíble, se abre camino con fuerza en el mundo. Pero además y por añadidura: correr el velo prohibicionista del cannabis, recuperar para la legalidad el mercado que hasta ahora cursaba en forma ilícita, genera negocios. Se expande rápidamente la creación de empresas y polos de desarrollo de gran pujanza. Mas aún. Se intensifican y multiplican estudios e investigaciones que tuvieron como pioneros, hace ya varias décadas, al Profesor Raphael Mechoulam[3] y el equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalem sobre el principio activo del cannabis sativa, el sistema de endocannabinoides de nuestro organismo, y el descubrimiento de otros componentes (CBD) que cumplen otros efectos.
Los mercados regulados del cannabis de tipo medicinal y no medicinal son ya una realidad pujante en varias jurisdicciones. En EEUU ya son 10 Estados con marihuana recreativa legalizada, incluido California (que por si sola representa la séptima economía del mundo) y otras 30 con cannabis medicinal. Canadá comenzó a recorrer el camino de la regulación en amplia colaboración con nuestro pais. En poco tiempo México y quizás CARICOM se unan a este club. Holanda esta revisando sus leyes. Varios países de America Latina y Caribe van por el camino del cannabis medicinal y algunos de Europa ya han incorporado investigación, inversión, movimientos en la bolsa, fundamentalmente en cannabis medicinal. También en la explotación industrial del cáñamo. Capítulos todos, contemplados en la Ley 19.172 y en los planes del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA).
Mercado regulado del cannabis: pieza clave en el concierto internacional.
La formación de nuestros diplomáticos.
Los hechos demuestran que nuestro pais, no solo ha avanzado en el reconocimiento internacional en este tema, sino que ahora se abren puertas vinculadas a mercados, inversiones y buenas oportunidades para desplegar oportunidades de desarrollo económico y social. Un campo de cooperación y acuerdos que son totalmente inéditos y donde tenemos ventajas comparativas altas. Se han ido formando en estos temas varios funcionarios de nuestra Cancilleria. Embajadores, representantes y funcionarios diplomáticos han ido adquiriendo experticia en las singularidades del sistema internacional de fiscalización de drogas, de sus complejidades, normas y procedimientos de ámbitos internacionales y regionales. Ahora, hay que formarse también en las oportunidades comerciales y financieras que se despliegan en el tema. Uruguay ya es un centro de atención. Tiene ventajas comparativas por su legislación y por la experticia en el tema. Ya existen cámaras empresariales[4] de peso en nuestro pais y consultas del exterior en forma creciente.
La regulación de mercado de cannabis: una larga construcción política y técnica
No fue un arrebato ni una improvisación. Es potente porque es la expresión de una política nacional desarrollada con una concepción y modelo de avanzada. De un posicionamiento critico a nivel internacional que desafió el status quo dogmático y hegemónico del enfoque prohibicionista y de guerra contra las drogas. Reclamando un debate serio y fundamentado, no ideologizado sobre el tema. Es un largo trayecto de maduración a partir de los logros conquistados en el plano de la Red de Atención en Drogas, de los programas de reducción de daños desplegadas por la sociedad civil, de investigaciones del Observatorio Uruguayo de Drogas, por la creación de Juzgados y Fiscalías especializadas en Crimen Organizado, de la Secretaria Antilavado y la creación del Fondo de Bienes Decomisados que administra los bienes incautados al narcotrafico. Uruguay tuvo un rol decisivo en la construcción de la Estrategia Hemisférica de la CICAD OEA. En el funcionamiento del Mecanismo de Evaluación Multilateral de OEA. Promovimos instancias regionales sobre política de drogas en MERCOSUR, UNASUR y CELAC. Desplegamos la cooperación, particularmente con la Union Europea America Latina desde el mecanismo de COPOLAD.
Capítulo especial fue la colaboración con la construcción del Informe sobre Drogas en las Américas. En la Sexta Cumbre de las Américas celebrada en
Cartagena de Indias, 2012, encargaron a la Organización de los Estados Americanos la elaboración de es Informe [5] Construido con una inteligente metodología, contiene dos capítulos: Informe Analítico y otro de Escenarios Posibles. Tienes también seis anexos documentales. En la 43 Asamblea General de OEA celebrada en Antigua Guatemala, convocada especialmente para abordar el problema mundial de las drogas se aceptó e incorporó este importante documento.
Se aprobó también la Declaración de Antigua que entre otras cosas afirma:
RECONOCIENDO que las experiencias y nuevos enfoques que distintos gobiernos y sociedades han desarrollado en relación al problema mundial de las drogas pueden ser fuente de aprendizaje global para la evolución de las actuales políticas de drogas, particularmente cuando consideran a la persona humana, su entorno, la inclusión social y la dignidad humana, bajo criterios para mitigar los impactos negativos del uso indebido de las drogas, tomando en cuenta los principios contenidos en los instrumentos internacionales vigentes, incluidas las tres convenciones sobre drogas de las Naciones Unidas y los instrumentos internacionales de derechos humanos
Las criticas al modelo de regulación del cannabis desde la JIFE
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) es un órgano independiente y cuasi judicial constituido por expertos que fue establecido en virtud de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. Está integrada por 13 miembros, cada uno de ellos elegido por el Consejo Económico y Social, para desempeñar un mandato de cinco años. Diez de ellos se eligen de una lista de candidatos propuestos por los gobiernos. Los tres restantes se eligen de una lista de candidatos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uruguay expuso su posición ante JIFE en el 109º Período de Sesiones que se desarrolló en Viena, entre el 3 y el 7 de febrero de 2014[6] Apenas unos meses antes, habían trascendido insólitas declaraciones del ex Presidente de JIFE Raymond Yans, calificando a nuestro pais, de ¨estado pirata¨, generando un rechazo general, incluso de sus propios pares que en la persona del Ec. Francisco Thoumi, dieron a conocer su opinión contraria a los términos usados por el mismo. [7]
En diciembre del 2016, una Delegación de JIFE encabezada por el Dr. Werner Sipp visitó nuestro pais, y pudo recorrer, visualizar y evaluar no solo el funcionamiento concreto del mercado regulado: del Instituto de Regulación y Control del Cannabis, de los mecanismos de registros, auto cultivadores, clubes cannabicos, y funcionamiento del sistema, sino la amplitud de nuestras políticas en drogas desde todos los aspectos: prevención, tratamiento, aplicación de la ley. La convencionalidad de nuestro modelo y las orientaciones del sistema internacional de fiscalización siguen en debate y este aspecto esta todavía en disputa, pero avanzando por el lado de las decisiones soberanas de un creciente numero de estados.
Algunas organizaciones de la sociedad civil con estatuto en NNUU, amigas de Uruguay, han expuesto una solución posible a esta situación compleja en términos juridicos referidos a la convencionalidad. El año pasado TrasNational Institute (TNI) y Washinghton Office for Latinoamerica (WOLA) presentaron un Informe con propuestas que habrá que estudiar detenidamente. Se presentó aqui en Uruguay bajo el título de ¨El equilibrio entre la estabilidad y el cambio: La modificación inter se de los tratados de fiscalización de drogas de la ONU para facilitar la regulación del cannabis¨[8]
La Sesión Especial de la Asamblea General de ONU UNGASS 2016
El debate internacional tuvo un hito el 16 de abril del 2016 con UNGASS 2016. El documento aprobado llegó a un consenso respecto a los nuevos enfoques regulatorios, con la dosis de pragmatismo que supone el texto y la realidad.
¨Reconocemos que existen retos persistentes, nuevos y cambiantes que deberían afrontarse de conformidad con lo dispuesto en los tres tratados de fiscalización internacional de drogas, los cuales ofrecen a los Estados partes suficiente flexibilidad para formular y aplicar políticas nacionales en materia de drogas con arreglo a sus prioridades y necesidades, de conformidad con el principio de la responsabilidad común y compartida y con el derecho internacional aplicable¨[9]
Las posteriores reuniones de la Comisión de Estupefacientes en Viena, y la intención de realizar nueva cumbre para avanzar se han visto frustradas. Existe una tentativa del bloque prohibicionista en volver atrás. Una nueva situación se presentara en el próximo año, a partir de nuevas definiciones de la Organizacion Mundial de la Salud respecto al lugar que debe ocupar el cannabis en las Listas del control.
Seguirán siendo las decisiones soberanas de los estados, las que sigan abriendo oportunidades para la modificación de los modelos de control y regulación de sustancias. La experiencia uruguaya muestra que hay caminos posibles para un cambio de modelo, y que cada país de acuerdo a su tradición, cultura e historia podrá superar el modelo prohibicionista que ha generado muchos mas daños que las drogas mismas.
La evaluación del modelo uruguayo muestra que los usuarios de cannabis han confiado en la Ley y el Estado, se han registrado como obliga la Ley (aspecto este que fue muy debatido) y la opinión publica ha variado respecto a la legitimidad de este modelo. Ninguna de las previsiones catastróficas de quienes auguraban el fracaso del modelo se han cumplido. Mas bien todo lo contrario. El Instituto de Regulación y Control del Cannabis [10] ha gestionado este modelo con éxito, apegado a derechos y garantías. Existen casi 50.000 personas registradas en el IRCCA. Usuarios que ya no concurren a lugares inseguros ni compran en el mercado ilícito, tienen un vinculo de confianza con el Estado. Al 15/5/19 el IRCCA informa que han sido otorgadas 4 licencias para cultivo de cannabis psicoactivo, 15 para cannabis no psicoativo, 3 para industrialización de cáñamo,14 licencias para investigación, 36152 registrados como adquirentes en farmacia, 114 clubes que reúnen a 3573 personas y 7124 autocultivadores. Existen informes periódicos del Observatorio Uruguayo de Drogas, del propio IRCCA, de Monitor Cannabis (organización independiente que funciona en acuerdo con la Facultad de Ciencias Sociales) y de la Unidad Especializada en Evaluación y Monitoreo que funciona en virtud de la ley. Como en otros temas, esta agenda está abierta a nivel internacional, como lo estuvo el Comité Científico Asesor que funciono hasta el 2016.
El prohibicionismo: un dogma que comienza a resquebrajarse
Uruguay ha promovido un enfoque critico del actual modelo prohibicionista reclamando la necesidad de un debate abierto, inclusivo y sin tabúes sobre las drogas.
Las sustancias sometidas a estricto control y fiscalización internacionales son una decisión de tipo político que se ampara en indudables daños que dichas sustancias producen, cuando se consumen en forma abusiva. Desde el inicio la Comisión del Opio de Shanghai, que se reunió a instancias de EEUU y China en 1909, pasando por todas las conferencias, convenciones, revisiones y la celebración de tres Sesiones Especiales de la Asamblea General de NNUU ( UNGASS 1990, 1998 y 2016) ha seguido la lógica basada en datos y construcciones científicas sobre la peligrosidad de las sustancias clasificadas en las Listas I, II, III y IV de la Convención Unica del 61 y las correspondientes a las de la Convención del 71. En los fines últimos enunciado en el prólogo en las convenciones pretendían garantizar el uso médico y científico para mitigar el dolor de dichas sustancias. El sistema internacional de fiscalización se propuso objetivos morales distópicos (un mundo libre de drogas) y no solo ha fracaso en ello, sino que además tampoco ha podido asegurar la libre accesibilidad de los opiaceos para calmar el dolor. La lógica de la peligrosidad de esas sustancias, no se compadece con el hecho que otras mas nocivas como el alcohol y el tabaco, han quedado fuera del sistema. Están sometidas a otro tipo de regulaciones internacionales. El tabaco y el alcohol, según la OMS aportan cada uno el 4,1 y 4,2 % de carga de morti morbilidad en el mundo. Todas las sustancias ilícitas bajo fiscalización aportan el 1,8%.a la carga de mortimorbilidad. Solo el tabaco cobra cerca de siete millones de seres humanos y el alcohol cerca de cuatro millones. El sistema internacional de fiscalización de drogas ha estado permanentemente cuestionado, por su incoherencia, rigidez, y resistencia a admitir la diversidad de modelos. Los hechos han mostrado que el sistema ha generado (no porque lo exijan los textos de las convenciones) la criminalización, incluido del consumo, la inclinación a endurecer las penas incluido la aplicación de la pena de muerte para ofensas menores. Llegamdo a lo que el presidente Nixon lanzó en los 70: la guerra contra las drogas. Subrayemos los objetivos geopolíticos inocultables de esa política: despliegue de equipos, bases y asesores de EEUU en toda la región. Hemos asumido una responsabilidad diferenciada, que despliega la erradición de cultivos, la criminalización y la guerra en nuestros suelos. Los grupos criminales trasnacionales no solo trafican cocaina de sur a norte. Su cartera de negocios incluye tráfico de armas de norte a sur, lavado de dinero, trata de personas, etc. Sumemos a ello la constelación de corrupción de toda la cadena que esto promueve. Al decir del ex Secretario General de ONU Kofi Annan: ¨Las drogas han destruido muchas vidas, pero las malas políticas han destruido muchas más.Todos queremos proteger a nuestras familias del peligro potencial de las drogas. (…)A nivel internacional, la guerra contra las drogas no ha tenido éxito. Se estima que la prohibición global cuesta al menos 100.000 millones de dólares (90.700 millones de euros) al año, mientras que hay 300 millones de personas que consumen drogas en el mundo, contribuyendo a un mercado ilícito internacional con un volumen de 330.000 millones de dólares al año, uno de los mayores mercados de materias primas del mundo. La prohibición ha tenido poco impacto en la oferta y demanda de drogas.(…) La prohibición no ha reducido considerablemente el consumo. Los estudios han fracasado una y otra vez a la hora de establecer un vínculo entre la dureza de las leyes sobre drogas de un país y sus niveles de consumo. La criminalización y el castigo generalizados de las personas que consumen drogas -las cárceles masificadas- significan que la guerra contra las drogas es, hasta cierto punto, una guerra contra los consumidores: una guerra contra las personas¨ [11]
En el Segmento de Alto Nivel del 58 Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes (Viena 2015) año previo a UNGASS 2016 desplegamos, una serie de preguntas, que siguen vigentes:
¨Tenemos el desafío de ser más efectivos, eficientes y humanos. No siempre tenemos el coraje de mirar la realidad de frente y sin autocomplacencia. El pensamiento único, dogmático, a veces moralista, otras veces pseudocientífico y poco abierto a las buenas prácticas, dominan el panorama. Corremos el riesgo de una nueva frustración si UNGASS 2016 no tiene el coraje de admitir que hay diversidad de enfoques, de miradas diferentes, de nuevas experiencias y de un rumor que recorre el mundo entero: ¿Estamos verdaderamente cumpliendo con la integridad de las políticas? ¿son efectivamente equilibradas? ¿No es una evidencia que los fondos dedicados al control de la oferta y el peso de la estrategia están en lo punitivo? ¿Se respetan los DDHH cuando ofensas menores, incluso el consumo se penaliza hasta con pena de muerte? ¿O cuando se practican las internaciones compulsivas y los campos de trabajo forzado para adictos? ¿Podremos al menos pensar acercarnos al diálogo sobre otro tipo de regulación? ¿Seguiremos aceptando que la responsabilidad es común pero compartida en forma no equitativa, que algunos costos humanos, económicos y sociales están diferenciados y pesan en los más pobres? ¿Que en los países de producción y de tránsito se despliega con más intensidad la violencia, a pesar que el consumo de drogas es muy bajo, y la demanda de consumo y los terminales del lavado de dinero siguen la ruta hacia el Norte? ¿Seguiremos aceptando una interpretación flexible de las Convenciones en un sentido represivo: porque hay Estados que las interpretan aplicando pena de muerte. ¿Verdaderamente se custodian y garantiza el derecho a la salud y la seguridad humana con políticas que incrementan la violencia y castigan por igual a toda la cadena de las drogas? ¿Continuaremos hablando de tratamientos cuando es notorio que el derecho a la salud no está contemplado en la mayoría de los sistemas de salud, que el enfoque religioso no es aceptable como base científica? ¿Seguiremos negándonos siquiera a mencionar el término y el enfoque de reducción de riesgos y daños, como en si estuviéramos en la Inquisición, negándonos a aceptar que los programas de intercambio de jeringas y los espacios de venopunción asistida fueron una respuesta humanitaria y eficaz para el embate de heroína de los años 80?¨[12]
[1] Licenciado en Psicología. Docente de Psicopatología. Secretario General de Junta Nacional de Drogas de la Presidencia de la República (2005-2011/2015-2016). Embajador Itinerante para Drogas y DDHH. Representante Permanente de Uruguay ante OEA (2012-2014). Representante de Uruguay en: Comisión de Estupefacientes de NNUU, Comisión Interamericana contra el Abuso de Drogas CICAD-OEA, Reunión Especializada de Autoridades de Aplicación en Materia de Drogas del MERCOSUR (RED), Consejo Suramericano para Problema Mundial de Drogas de UNASUR. Jefe de Delegación de Uruguay en la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS 2016).
[2] https://elpais.com/elpais/2019/03/18/eps/1552929980_035433.html
[3] Celebre científico israelí que en sus investigaciones aisló y determinó la estructura y síntesis total de la molécula Δ9-tetrahidrocannabinol THC
[4] https://www.elobservador.com.uy/nota/uruguay-tendra-una-camara-de-empresas-de-cannabis-medicinal-20181015164824
[5] https://www.oas.org/docs/publications/layoutpubgagdrogas-esp-29-9.pdf
[6] http://www.mrree.gub.uy/frontend/page?1,inicio,ampliacion actualidad,O,es,0,PAG;CONC;128;2;D;presentacion-de-uruguay-ante-la-jife;4;PAG;
[7] http://www.telenoche.com.uy/mundo/yans-contra-el-mundo.html
[8] Autores: Martin Jelsma, Neil Boister, David Bewley-Taylor, Malgosia Fitzmaurice,John Walsh En colaboracion con Global Drug Policy Observatory (GDPO), Washington Office ol Latin America (WOLA) Programa Drogas y Democracia TNI
[9] Documento final del trigésimo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, titulado “Nuestro compromiso conjunto de abordar y contrarrestar eficazmente el problema mundial de las drogas” https://www.unodc.org/documents/postungass2016/outcome/V1603304-S.pdf
[10] www.ircca.gub.uy/
[11] https://www.huffingtonpost.es/kofi-annan/legalizar-las-drogas_b_9317094.html
[12] Intervención del Jefe de Delegación de Uruguay. Segmento de Alto Nivel 58 Periodo de Sesiones de CND. Viena. Marzo 2015. https://www.tni.org/files/interevencion_m_romani_cnd2015_0.pdf
Publicado en la Revista Diplomática enero-junio 2019