Reportaje Gráfico
CARAVANA FRENTEAMPLISTA reportaje gráfico por Adriana Cabrera Esteve

Un sitio para el pensamiento crítico, para reflexionar y aportar a la construcción de políticas de izquierda
Reportaje Gráfico
Los resultados del balotaje generaron una situación política inédita en el país. Un empate técnico estaba fuera de las previsiones de todas las encuestadoras y, por esa misma razón, de todos los actores políticos. Aunque sea previsible que, de todas maneras, Lacalle mantenga esa pequeña ventaja en el escrutinio de los votos observados, el escenario cambió mucho.
Tuvieron que crear una coalición de cinco partidos para poder disputarle el gobierno al Frente Amplio (FA), tragando muchos sapos, redactando cuidadosamente un programa que evitara los puntos polémicos, ocultando los contenidos de la ley de urgencia que proponen, haciendo grandes esfuerzos para no cometer errores. Obtuvieron una primera vuelta en la que los cinco partidos juntos superaban el 54% del electorado. Sin embargo, contra todos los pronósticos, el resultado del balotaje fue extremadamente parejo. Los coaligados bajaron en su votación y el FA creció, superando las expectativas.
Todos los análisis coinciden en que la movilización frenteamplista fue uno de los factores fundamentales de este resultado. Pero lo más importante es que la propia gente se reconoce como factor decisivo, reafirmándose anímica y políticamente. Ya durante octubre la movida de los frenteamplistas fue gigantesca, llenando de banderas las casas, las calles, los barrios y las ciudades, recomponiendo el vínculo con grandes sectores de jóvenes, superando ampliamente a la coalición en presencia y entusiasmo. No cabe duda de que el FA incrementó su votación por estas miles y miles de personas que se involucraron en la acción política. No alcanzó para un resultado mejor, no hubo mayoría parlamentaria y el escenario hacia el balotaje se complicó. Pero en términos políticos se generó un fenómeno que fue más allá de los votos obtenidos y que lo llevaron a ser una vez más la primera fuerza política del país. El resultado del 27 de octubre fue un balde de agua fría porque difería de las expectativas. Pero en muy pocos días comenzó a surgir una forma nueva de movilización, y la autoconvocatoria de los jóvenes fue la primera señal. Se crearon colectivos autoconvocados de la sociedad civil, gente de la cultura, el deporte, la educación, trabajadores de la salud, arquitectos, economistas y otros.
Vale la pena señalar varias características novedosas de esta movilización:
Estos colectivos y muchísimos jóvenes fueron el alma de la campaña Voto a Voto, que en lugar de apostar centralmente al desempeño de los dos candidatos, puso el énfasis en lo que podían conseguir los frenteamplistas que se movilizaron en todo el país. Las encuestadoras no supieron medir los efectos de esta movida, y en la última semana lograron crear un clima de “inevitabilidad” del triunfo de Luis Lacalle Pou, que los resultados desmintieron categóricamente.
El video de Guido Manini Ríos, el editorial de la revista Nación reproducido por el Círculo Militar y la amenaza del Comando Barneix generaron un rechazo muy amplio, de movimientos sociales y colectivos frenteamplistas, ante el silencio estruendoso de la dirección blanca y colorada. La indignación que despertaron esas intervenciones llenas de ideología antidemocrática que apoyaban a Lacalle, jugaron en su contra. La enorme mayoría de la población no quiere volver a la dictadura ni a las retóricas que fundamentaron su accionar. El repudio fue posible porque se había construido una amplísima movilización política; ambas explicaciones del resultado electoral no se contraponen.
Todos los discursos del 24 tuvieron que reconocer las dos mitades que el resultado arrojó y apelar a contemplarlas en las próximas políticas públicas. No hay lugar a la soberbia de ninguno de los actores.
Para el FA se inicia un proceso de reflexión sobre las perspectivas del país, que tome en cuenta la experiencia de estos 15 años de lucha política y de gobierno para pensar las próximas décadas. Con cabeza unitaria, crítica y autocrítica. Importa mucho sostener los vínculos con los “frenteamplistas de a pie” y seguir ampliando el diálogo con la gente. Esa capacidad de escuchar, dialogar y “hacer junto con otros” es la esencia de la “acción política permanente” de la población, una seña de identidad que se ha debilitado con la reducción de la política a la gestión de gobierno. La movilización alcanzada y el Voto a Voto dejan esa experiencia colectiva de diálogo, de trabajo en redes, como estrategia de acumulación. Las formas de acción política y de organización para el próximo período deberán tomarla muy en cuenta.
Las elecciones departamentales y municipales son una instancia fundamental en el nuevo escenario del país. No sólo por el mapa político, sino por las posibilidades de construir nuevos avances en derechos y en calidad de vida junto con las comunidades, enfrentando todo intento de retroceso social y cultural. Recrear la movilización alcanzada en noviembre será un factor clave para estas batallas.
Pablo Anzalone es licenciado en Ciencias de la Educación y Magister en Sociología. Fue director de Salud de la Intendencia de Montevideo.
Publicado el 27 de noviembre de 2019 en La Diaria
“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres¨. ¨Quien no se mueve no siente las cadenas.” Rosa Luxemburgo
Estoy luchando para que Daniel
Martínez sea nuestro Presidente y Graciela Villar nuestra Vicepresidenta. Que
lo serán. No sólo por las ideas que están en las Bases Programáticas del Frente
Amplio. Ellos expresan una histórica,
vieja y nueva agenda de derechos. Ellos son la expresión de una renovación
necesaria, un enfoque de trabajo en equipo; la recuperación de los afectos y
sentimientos que acompañan siempre a los programas. Llevan en sus cuerpos y sus
almas, la vida y la lucha, de los y las laburantes, porque lo son. Saben lo que
es levantarse todos los días para conseguir un salario, enfrentar los
temporales del desempleo, la persecución, y también los de la libertad.
Es un honor y un compromiso integrar la lista de 3311. Promover a Constanza Moreira al Senado y Fabiana Goyeneche Diputada
El Frente Amplio necesita mujeres y hombres, en los ejecutivos, pero también en el parlamento, con valentía para promover todo tipo de igualdad y combatir todo tipo de privilegios. No hay justicia social sin igualdad.
Valentía para defender proyectos de inclusión social integral, asumiendo entre otros, el derecho a una vivienda digna para todos y todas, que es de los temas que tenemos que hacer mejor.Defender nuestro derecho a un medio ambiente saludable y en armonía con el desarrollo humano.
Voluntad y coraje políticos para invertir recursos en acciones afirmativas y transversales en territorio que tengan por objetivo hacer efectivos el derecho de la gente a vivir mejor, a desterrar la fractura social que margina a amplios sectores de una vida y convivencia compartida. Que nos permitan llegar a las familias con niños, niñas y adolescentes que todavía viven por debajo de la linea de pobreza.
Para defender un modelo de convivencia y seguridad con enclave principal en la prevención de las violencias y de todas las delincuencias . Del combate a todo tipo de corrupción. De un abordaje interinstitucional, (no solo policial) con asiento en la gestión territorial de todas las agencias del Estado, y de todos los actores locales con participación adecuada y responsable de la ciudadanía.
Avanzar en acciones que destierren definitivamente la concepción antidemocrática de la doctrina de seguridad nacional en las FFAA. Que sigue animando a muchos la misión autoasignada de definir los destinos de la nación. Desterrar los privilegios ofensivos de pensiones y retiros militares que ademas de ser un peso insostenible para las cuentas fiscales, profundiza la grieta de los uniformados con la sociedad.
Por un abordaje humanitario, de reparación y responsabilidad social compartida del sistema penitenciario, promoviendo acciones que ya existen, desmontando toda acción degradante para el ser humano. Una nueva institucionalidad de cárceles, un modelo que respete con el derecho a la convivencia, al trabajo y al estudio de todos y todas.
Profundizar la lucha por Verdad y la Justicia continuando la búsqueda de nuestros desaparecidos, levantando todos los obstáculos donde sigue enquistada la cultura de la impunidad. Apoyar la Ley 19.822 que le otorgó el cometido de la búsqueda de detenidos desaparecidos a la Institución Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo. Voluntad política, recursos humanos y presupuestales válidos para lograr ese cometido.
Profundizar y extender las acciones afirmativas para levantar la Memoria como lo está haciendo la Red de Sitios de Memoria y todas las acciones de reparación jurídica, humanitaria, social y económicas de las heridas que todavía quedan de la dictadura.
Lo lograremos.
Los frenteamplistas tomaron la calle, justo una semana antes de las elecciones del 27 de octubre. Las calles se vieron inundadas con pocas banderas sectoriales y muchas banderas frenteamplistas. Con una participación multitudinaria tuvo lugar la Caravana del FA. Detrás de un candidato que cada vez los convence más, creció el entusiasmo paso a paso. Desde el pie. Otra vez.
En este último tramo de la campaña el Frente Amplio está recuperando adhesiones por varios motivos. El peligro de que gane Lacalle y que se reviertan los derechos sociales y cívicos conquistados es el principal. Los avances de estos 15 años son muchos y diversos, hecho que en esta campaña se está esgrimiendo como argumento fuerte para la continuidad del proyecto de país de desarrollo con justicia social y mayor democracia.
Legítimamente el FA reafirma: hechos y no palabras. Sin duda hay hechos muy contundentes que no se limitan al bolsillo de cada individuo, sino que fueron pensados para una sociedad más justa y democrática.
Al mismo tiempo está claro que el que la población se beneficie económicamente de determinadas políticas no tiene una traducción política automática. Las personas pueden adjudicar esa mejora a factores tan diferentes como la voluntad divina, la suerte o la bonanza internacional. Y a su vez pueden pesar en su decisión otros factores como la percepción de la inseguridad, el discurso de otros líderes políticos o religiosos exigiendo más represión, apoyando valores reaccionarios contra “la ideología de género”, contra los programas sociales y varios otros temas. Generar conciencia requiere un relato claro que vuelva sobre los avances sociales para identificar la iniciativa del Frente Amplio o su respaldo a reclamos de la sociedad civil; que recuerde que la oposición votó en contra, y que nunca implementaron políticas de ese tipo cuando fueron gobierno. Exige que la gente participe de los cambios y los sienta suyos. En ese plano hay muchos esfuerzos en las políticas del FA y también déficits y debilidades. Tanto el Partido Nacional como el sector Ciudadanos del Partido Colorado han redactado cuidadosamente sus programas para aparecer críticos sin anunciar su voluntad de arrasar con conquistas sociales. Sin embargo apenas empiezan a hablar sus candidatos aparecen barbaridades que evitan llamarse motosierras, pero se le asemejan en todo. El “Shock” de recortes en el presupuesto del Estado que propone Lacalle y los 900 millones de dólares que quitarían, son un buen ejemplo. Sólo superado por la voluntad de Talvi de prescindir de 50 mil funcionarios públicos.
También es muy significativa de la intencionalidad oculta de Lacalle su estrategia política de promover una ley de urgencia enorme, con cientos de artículos, cuyos contenidos no se animan a presentar, negociada a espaldas de la población en una coalición que no se sabe quiénes integrarán, para luego presentar como de urgente consideración en el inicio del nuevo parlamento. Tiene sierra, motor e intencionalidad política, es una adivinanza fácil.
Daniel Martínez ha logrado resolver muy bien la idea de continuidad y cambio, defendiendo lo bueno y haciéndolo mejor, como dice la consigna central de su campaña. El nuevo impulso a las transformaciones se apoya en lo logrado para ir a más. Se aparta sin estridencias de la soberbia y el conformismo, pero reivindica el orgullo de todo lo hecho bien. Martínez demostró claramente, en el debate con Lacalle, que tiene propuestas programáticas innovadoras y capacidad de gestión, un contraste muy fuerte con el candidato herrerista que se omitió absolutamente en estos aspectos. Y en su debate con Ignacio Álvarez resultó evidente su “boliche” para enfrentar chicanas y no dejarse avasallar.
No creo que haya grandes problemas de gobernabilidad en un triunfo frenteamplista, pero tampoco con un gobierno de derecha. Blancos y colorados han trabajado juntos en muchas administraciones y el neoliberalismo económico es una inflexión ideológica que comparten sus élites dominantes. Otra cosa sería la disposición de la población a aceptar los retrocesos.
Cada vez más la movilización frenteamplista despierta ese entusiasmo que caracterizó las luchas populares en los momentos claves. Eso también influye, y mucho, en el estado de ánimo ciudadano. Seguramente también en los resultados.
Artículo publicado en el semanario Voces el 16 octubre 2019
En el debate entre candidatos Daniel Martínez afirmó que en el período que gobernó el Partido Nacional la educación (ANEP y UDELAR) redujo su presupuesto en valores constantes.
Lacalle Pou dijo que no tenía esos datos.
Seguramente no habrá leído el informe (entre otros) de la Evolución y ejecución presupuestal de la ANEP 1985 — 2015 de disponible en su página web.
En ella se toman los valores presupuestales de la ANEP hasta 2015 a precios de este año.
Y de allí surge el siguiente cuadro:
Es decir, es claro que en el gobierno del Partido Nacional el presupuesto de la ANEP cayó. Y como el presupuesto de la UDELAR quedó estancado entre 1989 y 1994 en términos reales, se concluye que la suma del presupuesto de las dos instituciones relevantes en la educación pública se redujo en el gobierno del Partido Nacional.
Y cuando desglosamos el presupuesto de ANEP por subsistemas, la caída es aún mayor: 17% en la UTU, 9% en secundaria y 11% en Primaria dado que la que sí aumentó fue la Unidad ejecutora CODICEN en 69%. ¿Para qué habrá sido ese aumento de las estructuras centrales?
El cuadro 2 nos trae otras informaciones del acumulado del presupuesto en estos períodos tomando ahora ANEP y UDELAR:
Este cuadro nos muestra que el gasto promedio sumado de ANEP y UDELAR de estos períodos ha ido creciendo en el tiempo y hoy el gasto es más del doble en el promedio 2010 a 2015 que en el período del gobierno del partido Nacional.
Lo mismo si lo comparamos con el PBI, que en aquellos años fue 2,86% y entre 2010 y 2015 promedió 3,79%.
Tenemos en claro que desde 2015 a 2018 ha seguido creciendo, llegando en el promedio de los 4 años que llevamos a un gasto de 75.000 millones de pesos y al 4,11% del PBI ´promedio de los 4 años y con tendencia ascendente.
Es claro además que ello ha traído aparejado un cambio relevante en la capacidad de atender la educación.
Solo 2 datos para la ANEP.
Mientras que a precios de 2018 el gasto por alumno en el quinquenio del Partido Nacional fue de 50.000 pesos, hoy, a pesar de una mayor matrícula en la ANEP, el gasto por alumno es de 92.000 pesos/año.
Y ese aumento de la dotación fue acompañado de aumento de trabajadores. Tomando el total de trabajadores de ANEP y su matrícula, al final del gobierno del partido Nacional había un funcionario cada 11 estudiantes. A 2018 hay un funcionario cada 7,5 estudiantes.
Entonces más presupuesto, mejora del salario real y más trabajadores hacen que el gasto en salario marque la diferencia. Lacalle padre arranco con 12.000 millones de pesos a precios 2015 y terminó con 11.000, es decir, ahorró en salarios, esa fue su estrategia fiscal. De 2010 a 2015 pasamos de 29.000 a 38.000 millones de pesos. Noten la diferencia.
Entonces no hay duda: el peor gobierno para el presupuesto de ANEP y UDELAR fue el del gobierno del Partido Nacional. Y desde que asumió el Frente Amplio todo fue crecimiento de presupuesto, de masa salarial, de recursos humanos y de participación del gasto educativo público en el PBI.
He aquí la verdadera historia.
Publicado el 7 de octubre en La República
Por una sociedad menos violenta y desigual.
¿Por qué?
1. Porque las políticas violentas aplicadas por diversos gobiernos del mundo, esencialmente represivas, de mano dura, de gatillo fácil y endurecimiento de penas, no han servido para reducir los delitos.
2. El estado de ocupación o de sitio de ciudades, por parte de policías parecidas a ejércitos, o directamente ocupadas por el ejército, tampoco dieron resultados. Al contrario. Hecha la ley, hecha la trampa. La delincuencia se adapta para actuar. Adquieren armamento de mayor capacidad de fuego y extreman los métodos operativos para sus robos, rapiñas, secuestros, tráfico de drogas, asesinatos, entre otros tantos delitos. Ejemplos cercanos: Brasil, Colombia, México, EEUU.
¿Qué hacer?
3. Los grupos delictivos se combaten con prevención, que necesita de mucha inteligencia policial, aplicada contra las personas que controlan la droga, el abigeato, el contrabando, los hurtos, las rapiñas, los secuestros, el sicariato, la prostitución, la trata de personas, etc. Debemos apoyar a la policía, profesionalizarla al máximo, convertir parte de ella en los ojos y oídos que conozcan el mundo del delito para desarticularlo con habilidad, creatividad, innovación y audacia.
4. La persuasión se logrará con la efectividad policial categórica en sus funciones, tanto en su visibilidad pública como en sus operativos encubiertos.
5. Debemos cambiar radicalmente el actual modelo carcelario. Todo preso debe trabajar, debe prepararse para salir, debe estudiar, donde los educadores sociales trabajen cabeza a cabeza con cada detenido y su familia, y cuando salgan no vuelvan al territorio que los vio formarse como delincuentes. Debemos generalizar en todo el país la buena experiencia hoy de la U. Penitenciaria N° 1, UPPP, de Punta de Rieles.
6. Debemos reprimir la comercialización de armas y reducir al máximo que las mismas estén en manos civiles.
7. Los temas de la violencia de género, los del entorno familiar y los referidos a todas las formas de delincuencia, deben ser tratados permanente en todos los niveles educativos. El diálogo, la convivencia, la importancia y el valor de la vida del otro como la propia, el significado de la vida en sociedad, deben ser tratados y reflexionados también con los niños y los jóvenes de manera periódica.
8. La cultura de paz y la educación para la paz deben prevalecer sobre la cultura de la guerra y de la violencia. Debemos comenzar por lo más simple, analizando y reflexionando sobre las formas de violencia que nos rodean. Desde un locutor deportivo que dice que “los delanteros deben lastimar al contrario” o “debemos jugar para hacerle daño al otro equipo”, hasta la presencia de violencia en los video juegos, en las películas, en los informativos, en los programas de entretenimiento denigrantes, ofensivos y violentos.
9. Cada niño, niña y joven debería convertirse en un vocero, en un mensajero, en un embajador de la Paz. Debemos promover programaciones en los medios masivos de comunicación y en los centros de estudio que alienten conductas de paz, de convivencia, de tolerancia y del irrestricto respeto por el prójimo.
10. Votar la Reforma de la Constitución NO traerá la paz, sino que seguirá alentando la violencia. El cambio se hará sólo eliminando las causas sociales y culturales que provocan la violencia y los delitos.
Publicado en VOCES el jueves 4 de julio de 2019