PRIMERA INFANCIA, VERGÜENZA NACIONAL (II): POR IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Por Jorge Bentancur
La principal riqueza que tiene un país es su gente. En el Cerro y Municipio A nacen 4000 niños por año, somos la cuna del país. El 57,2 % nacen en hogares pobres, es decir que 2300 niños por año de nuestro barrio están en riesgo de tener un retraso mental.
Uno piensa que un pobre es simplemente una persona que no tiene plata pero no es así. El pobre que no tiene para alimentarse es también pobre en amigos, en afectos, en historia, en entusiasmo, en lenguaje.
Hace unos años con un concejal y amigo estábamos haciendo un trabajo social en el Cerro Norte,llegó el día de cumpleaños de uno de los líderes de ese barrio y nos invita a comer asado para festejar. El era una de las llaves que nos permitía el ingreso sin problemas en determinados territorios. Una vez en su casa, comienzan a desfilar compinches del lugar que no estaban invitados al cumpleaños, el les había dicho que vinieran para mostrarles que tenía amigos. Así que tengamos en cuenta: tener amigos es una riqueza incalculable.
Una familia pobre utiliza en promedio 180 palabras para comunicarse, mientras que normalmente se usa entre 2000 y 3000 palabras de promedio.
En una ocasión que fuimos a Maracaná Sur para realizar un taller de salud, los anfitriones eran una familia muy numerosa y conocida del lugar. Resultó que los que vivían en la precaria vivienda que nos recibió con puertas abiertas al resto del barrio, no existían, no tenían ni cédula, ni partida de nacimiento, con carencias de todo tipo y sin acogerse a ningún plan. Logramos coordinar con un funcionario que fue al lugar para registrar su existencia y así pudieran acceder a los derechos que les corresponde. Cuando vamos a constatar las cédulas tenían como apellido el sobrenombre. El funcionario se hizo un entreveró porque no había podido entenderles debido a que el vocabulario utilizado era muy limitado y no tenían idea de nada. Estamos hablando a pocos metros de Cibils y la Ruta 1. Es que la desnutrición y la malnutrición provocan dificultades en el desarrollo de las personas, son , un problema tremendamente complejo.
LAS DIFERENCIAS SON NATURALES, LAS DESIGUALDADES SON SOCIALES
La desigualdad comienza en el vientre de la madre. Depende del medio ambiente adecuado donde nacen, de la alimentación. La etapa del embarazo y los primeros años de vida son fundamentales.
El 80% del cerebro crece el 1º año de vida. Cada uno al nacer tiene una información o programa genético que es nuestro DNA. La idea de un concepto de igualdad de oportunidades radica en que todos puedan expresar este programa genético. Una buena nutrición y estimulaciones afectivas y medioambiente correcto van a permitir que se exprese al máximo ese potencial de desarrollo genético.
El cerebro de un bebé cuando nace pesa 300 gramos, al año anda por 800 y a los 2 años alcanza al peso máximo de 1000 gramos. Es el órgano que se desarrolla más rápidamente si le damos nutrientes, seguridad afectiva y estímulos. De lo contrario tendremos muchos niños con retardo mental en primaria que no podrán comprender, con problemas de conducta y retrasarán al resto de la clase, toda esa historia que bien sabe un maestro del oeste.
Hace 10 años que en el Cerro existe la Red de Primera Infancia planteando esta problemática y parece que a los gobiernos no les interesa actuar seriamente sobre la raíz de esta problemática. Hablan de los índices de repetición y no visualizan que los niños tienen dificultades intelectuales por la falta de desarrollo de su cerebro. Plantean los problemas de seguridad y no se vincula a jóvenes nunca recibieron amor sino violencia y agresión.
En los últimos años se han incorporado gradualmente los programas: Uruguay Crece Contigo, Jóvenes en Red y Cercanías del MIDES que seguramente se suman positivamente a los Centros CAIF(Centro de Atención a la Infancia y a la Familia).Pero los CAIF que hay en la zona son insuficientes para contener los niños que crecen en la calle, y estamos aburridos de promesas incumplidas: en 2005 prometieron 23 nuevos y no hicieron ninguno, en 2010 prometieron 15 nuevos y nos hicieron 2, ahora prometen 27 CAIF nuevos para municipio A en este quinquenio ¿cumplirán? En 2012 la organización de usuarios de salud del Cerro consiguió un terreno donado de 1000 metros cuadrados en Camino de las Tropas y Ruta 1 porque dijeron que les faltaban terreno, entonces la Arquitecta de Plan CAIF dijo: “si quieren que les haga uno en ese lugar no les hago el otro”, una verdadera tomadura de pelo. Después nos enteramos que para cumplir la cuota de 100 en todo el país habían hecho donde era más fácil conseguir el terreno y la personería jurídica que se hiciera cargo, fue así que en un lugar que tenía capacidad ociosa terminó concurriendo hasta el hijo del intendente. Los CAIF es una respuesta a partir de 2 años, que ahora se piensa bajar a partir de 1 año. Lo cual es insuficiente para revertir la situación.
No alcanzan los programas muy focalizados, necesitamos políticas generales y además planes territoriales que actúen sobre los problemas comunes. Hay que reconocer, como hizo el INE en estos días, que la segregación territorial, la concentración de la pobreza en la infancia y en determinados barrios sigue. Se hizo mucho pero no alcanza. Revertir la pobreza infantil y actuar sobre la fractura social que separa unos barrios de otros, no es una cuestión que pueda esperar.
Un problema grave de la infancia es todo lo vinculado al neurodesarrollo. Las capacidades intelectuales de gran parte de nuestros niños están comprometidas y esto tiene pocas posibilidades de ser revertidas sino actuamos de 0 a 3 años.
Todos los niños de la zona tiene dificultades a ser vistos por especialistas. En el programa SERENAR para recién nacidos de alto riesgo, existe gran preocupación, como nos hacen saber los médicos que allí trabajan, porque han derivado muchos casos y la espera es hasta de 2 años sin tener una respuesta, lo cual resulta ridículo o totalmente inhumano.
Los bebés pobres no tienen sindicato y no reclaman, tampoco hacen ganar dinero a los que se preocupan por ellos, y no votan.
La clase política, los que toman las decisiones y los que las ejecutan deberían entender que invertir en los niños no nos da dinero pero nos dará en el futuro un país de primera. No hay desarrollo sin el desarrollo de nuestra gente. Todos debemos sumarnos a esta justa causa.

Primera infancia, vergüenza nacional

Por Jorge Bentancur
Corrían los años 50, el país se había enriquecido gracias a la guerra mundial. Mientras Europa atravesaba una de las mayores hambrunas, Uruguay aumentaba las arcas del tesoro nacional vendiendo alimentos a los países en guerra. Un rol fundamental había desempeñado la industria de la carne. El Frigorífico Nacional en el cual mi padre trabajó 40 años, enlataba todos los productos derivados de la carne, además de dulces, frutas y legumbres. En los frigoríficos emplazados en la barriada Cerro-Teja, llegaban a trabajar 12.000 vecinos. Cada trabajador recibía dos kilos de carne por día como beneficio social, lo cual equivalía a un consumo aproximado de medio kilo por persona.
La calle Grecia era una romería, las familias paseaban mirando vidrieras de comercios de todo tipo que también eran fruto de la prosperidad. El punto culminante era la heladería “Esteban” que con su fórmula secreta preparaba exquisitos helados para paladear no solo los cerrenses sino los visitantes de distintos barrios que venían a confirmar lo que la fama alcanzada difundía por Montevideo.
El Duna Hotel alojaba turistas, sobre todo en el verano, casi sobre la playa más destacada del Oeste con zona de pesca incluida.
En setiembre de 1950 surge una Comisión de Vecinos que patrocina ante la población cerrense la instalación de un hospital, una escuela industrial, un liceo de Enseñanza Secundaria, un mercado vecinal, oficinas públicas, parques de recreo y deportivos, alumbrados, viviendas económicas, etc…
Se considera oportuno realizar una exposición demostrativa sobre las necesidades locales.
Bajo el lema “El Cerro merece tener en obras algo de lo mucho que con su aporte dio al tesoro nacional”, tiene lugar la exposición organizada en la parte ejecutiva por Luis Vaia, el 7 de marzo de 1951 en la sede de la Sociedad Filantrópica “Cristóbal Colón”, ubicada en Grecia y República Argentina.
A partir de allí la Comisión de Fomento Edilicia y Social del Cerro se propone fundar un liceo para los hijos de los trabajadores. Algunos Consejeros de Secundaria opinan “¿para qué quieren estudiar los hijos de los obreros?”, se llega a decir que eran material de descarte. Luego sucedió que entre los primeros egresados del Liceo 11, el Dr. Tabaré Vázquez sería dos veces Presidente de la República, para los contras que decían que los hijos de los trabajadores no podían llegar.
Con muchas idas y venidas la Comisión Pro Liceo, logra comprar el Duna Hotel y transformarlo en un liceo. La comisión de vecinos logra acceder a un crédito bancario por la garantía que firmarían el Dr. Harretche y el boticario Etchesarre, dos célebres vecinos de nuestra barriada.
No solo la comisión pagó el préstamo con riguroso cumplimiento sino que trabajaron arduamente todo un caluroso verano para poner en condiciones el hotel y que pudiera abrir sus puertas para comenzar a dictar clases el 2 de mayo de 1953. Luego que el proyecto se transformó en una hermosa realidad, en la década del 60, los mejores profesores elegían el Cerro para enseñar a los hijos de los trabajadores.
Nosotros fuimos los privilegiados que recibíamos educación en un liceo de primera que cada año se mejoraba con el aporte de padres, alumnos, profesores y la comunidad toda.
Fue así hasta que llegan los años tristes de la dictadura y la mayoría de los profesores fueron destituidos. Eso significaba que ya no podrían impartir clases en liceos públicos, pero sí se les permitiría dar clases en los liceos privados para instruir a las clases dominantes.
En esa triste época cierran los frigoríficos, desaparecen las fuentes de trabajo y el barrio se transforma en una ciudad dormitorio. También comienza la época en que la carne se exportará desde los mataderos solo como materia prima y no como producto industrializado. Nada fue por casualidad.
A la esposa del dictador de turno se le ocurre traer cantegriles enteros para los núcleos de vivienda evolutiva construidos en Cerro Norte. Casas prefabricadas de techo liviano, muchísimo más caras que las viviendas dignas de ladrillo que construían las cooperativas. Vaya a saber quién se quedó con la diferencia.
Vecinos organizados en un grupo pre cooperativo necesitado de vivienda (COVICENOVA), deciden ocupar las casas apoyados por el Comité Vecinal del Cerro. Días después serían desalojados brutalmente y concretado el traslado del cantegril con el objetivo de romper la identidad de una barriada solidaria.
Mucha agua ha pasado bajo el puente, hoy nuestros nietos reciben en los mismos lugares que fuimos nosotros, una baja calidad de educación.
El barrio más rico socialmente de Montevideo es una de las zonas más marginadas.
Somos la cuna del país, nacen 4.000 niños por año en el Municipio A. La mitad corre riesgo de que no le crezca el cerebro como corresponde en el primer año de vida por falta de alimentación adecuada y de estímulos afectivos. Sus madres muchas veces tienen trece o catorce años y son niñas de hogares muy marginados en todos los sentidos de la vida.
Estos niños no solo serán víctimas de la desigualdad de oportunidades, sino que con esa gran discapacidad intelectual y afectiva, pronto se le cerraran muchas puertas de la vida y perderán la libertad, porque serán esclavos de otros que sí tuvieron todas las oportunidades o la suerte de nacer en otros barrios. Porque no es lo mismo una escuela pública en el Cerro que en Punta Carretas. La mejor escuela privada del Cerro no se podrá igualar a la escuela pública de otras localidades del este de Montevideo.
La comunidad cerrense ha desempeñado un rol activo que no solo se ha quedado en la denuncia y el reclamo de estas situaciones. Por mandato de los vecinos organizados, hace diez años que la Organización de Usuarios de Salud del Cerro fundó la Red de la Primera Infancia para buscar solución a estos problemas a través de la interdependencia.
En el 2006 se realizaba la primera feria de los bajitos en el Hogar del INAU de la Boyada, allí las autoridades de la época se comprometían con 25 CAIF nuevos para la zona. Al final de ese quinquenio no se había concretado ninguno. En el 2010 se prometieron quince CAIF nuevos, solo se concretaron dos.
Este año 2015, nos prometen 27, pero ya nos avisaron que de los 180 proyectados en todo el país para el quinquenio, el Ministerio de Economía dijo que sobre ese total se recortaran 20.
Yo me pregunto: ¿si fueran los nietos de las autoridades del gobierno los que corrieran el riesgo de no poder desarrollarse adecuadamente qué harían?
Los CAIF son una escuela para padres, un lugar para contener a los niños a partir de un año para realizar políticas integrales de desarrollo. Este es un problema complejo que no se soluciona con la varita mágica de los CAIF ¡Es lo que hay hoy! Pero de cero a un año, el período fundamental para el crecimiento de las neuronas y el cerebro, ¡no se les ha ocurrido nada!
Hoy, anuncian que con el Sistema de Cuidados está previsto el aumento de la licencia por maternidad. ¿De qué estamos hablando? ¿No se dan cuenta de que la mayoría de las jóvenes madres no tienen trabajo? ¡Basta de mirar para el costado! Nosotros tenemos una mesa de trabajo permanente por este tema, el Ministerio de Salud, el de Desarrollo Social y el de Educación deben participar y hacerse cargo.
Si la sociedad sigue reponiendo la población con bebés que no tendrán la oportunidad de desarrollarse física y afectivamente ¿De qué Uruguay 2030 estamos hablando?
Señor Presidente, Usted ha manifestado que la primera infancia es prioridad nacional, lo cual celebramos positivamente. Pero esta manifestación debe tener una concreción. Instamos a Ud. a poner las cosas en su lugar. No hay política pública que pueda desarrollarse si no tiene un reflejo acorde en el presupuesto y está claro que no lograremos un Uruguay equitativo, si no comenzamos a solucionar, aquí y ahora, las profundas desigualdades que se producen desde la cuna.