¨DENLES USTEDES DE COMER por Antonio Coelho Pereira

Dijo Jesús. Y ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos y compremos alimentos para toda esta gente». Denles de comer.

Una pequeña reflexión para contextualizar el texto del Evangelio, Jesús al llegar en una barca ve que lo esperaba una multitud hambrienta, se conmueve y decide ordenar la tarea a sus seguidores y seguidoras más cercanos, dar de comer.

Este mandato de Jesús a sus apóstoles en Lucas 9,13 molesta profundamente al Ministro Lema y a todo el gobierno herrerista. A su coalición con el riverismo, y militarismo cabildante que fue bendecida por el Cardenal Sturla.

En realidad, ese mandato cristiano es el que reciben y cumplen las diversas organizaciones que se nuclean en las Ollas Populares y merenderos. “Solidaridad genética” o solidaridad construida con fe y esfuerzo, lucha y militancia. Sensibilidad con él, los otros y otras que pasan hambre. Todo lo que no pueden tener ni sentir los niños mimados en los jardines del poder y de las casas ricas. No saben lo que es eso. Como no saben lo que es ir a un tablado de carnaval.

Es tan grande la soberbia, de los que se creen dueños de los bienes que son comunes, que intentan borrar años de luchas y construcción de ciudadanía, generando odio a los pobres (aporofobia) estigmatizándolos, culpabilizándolos de su falta de acceso a los bienes esenciales para una vida digna. Es una incapacidad humana que deviene de su apego a los mal llamados ¨malla oro¨: ganaderos, exportadores, grandes empresarios. Con ellos es imposible cumplir el mandato de darles de comer a los hambrientos. Mas bien les cabe esta frase de las epístolas:

¨Los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (Timoteo 6:9,10)

La alimentación adecuada es un Derecho Humano que todas las personas poseen Únicamente por haber nacido y ser parte de la especie humana. Es un derecho inalienable, no pueden ser negado por nadie. De hacerlo se ataca la dignidad que todos tenemos.

Los DDHH están por encima del actual y de todo gobierno que tiene la obligación de que todas las personas que habitamos el territorio llevemos una vida digna, con acceso a la libertad, igualdad, al trabajo, a la tierra, al techo, la salud, a la educación, al agua.

Los DDHH existen para evitar la tiranía y la injusticia y garantizar la dignidad e igualdad de derechos entre mujeres y hombres, con la finalidad última de garantizar el progreso de las sociedades, el bien común, la paz y la justicia.

Pero el hambre es una realidad en el Uruguay. Una afrenta que debería levantar la indignación pública: 22% de los niños menores de 6 años es pobre. De hogares pobres. Es imposible negarlo. Mas ofensivo aún: en el país no hacen falta alimentos, la exportación de carne vacuna y ovina lo demuestran, lácteos, soja como algunos ejemplos. Lo que falta, es mejor y justa distribución de los bienes comunes, tener presente las necesidades del otro, aprender a repartir para que nadie pase necesidad, trabajar por seguridad alimentaria para todos.

Vivir sin lo necesario, durmiendo en la calle, pasando hambre, sin un lugar donde higienizarse, morir de frio en invierno, no es algo natural ni deseado por nadie- Eso tiene que quedar claro por más que los poderosos intenten generar por los medios de comunicación prejuicios y violencia hacia esa población.

Es tiempo de solidaridad

Tiempo de transformar las situaciones de injusticia y opresión, de construir espacios solidarios que logren romper el individualismo. Espacios que logren inclusión, participación, construcción de ciudadanía, de dialogo y danza.

Tiempo que nos llame a reconocer nuestra fragilidad, de ser consientes que somos uno con la tierra.

Tiempo de enfrentar el modelo económico que no defiende la vida ni la naturaleza, que no garantiza el trabajo, la salud, el techo, la alimentación necesaria para que gran cantidad de niños puedan tener un desarrollo intelectual y físico acorde a su edad.

Tiempo de que los adultos mayores puedan recibir una jubilación justa y digna como retribución a sus años de trabajo.

Tiempo de decir no al individualismo egoísta, neoliberal que promueve el éxito a cualquier precio, sin importar lo colectivo, ni la exclusión, ni el empobrecimiento ni la soledad.

Las relaciones que ha generado la clase dominante demuestran su fracaso, su incesante afán de lucro, avaricia . El desprecio a los humildes los lleva a los actos de corrupción reñidos con la moral y para eso se apoyan en los aparatos del Estado.

Pero el tiempo de organizar la rebeldía viene asomando.

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